Héctor Guerra: cuando la música se hace compromiso

Normalmente es el periodista quien va en busca de historias para relatar a su audiencia. Sin embargo, en otras ocasiones, las anécdotas son las que se encuentran con el cronista. Hace unos días me ocurrió esto último. Era un jueves por la tarde. Y yo regresaba de visitar a doña Chela, una citadina que regenta una lavandería en la calle «República del Perú», en pleno casco histórico de Ciudad de México. Tras recoger la ropa que le había dejado unos días antes a la señora, hice «parada y fonda» en un «Oxxo», una cadena de tiendas de «24 horas» en las que puedes comprar casi de todo. ¡Necesitaba algo para la cena!

Ya en la línea de cajas, comencé a conversar con el tendero. Y como mi tono de voz no es –precisamente– discreto, el cliente de al lado empezó a caminar hacia mí. Me puse en alerta. Era un hombre joven, más o menos de mi edad, que estaba acompañado por una mujer. Y cuando ya está a mi lado, me espetó:

– Perdona que te moleste, pero te he escuchado hablar y quería preguntarte si eras español…

– ¡Correcto! –le respondí, no sin las debidas prevenciones–. Vengo de Guadalajara (España), aunque he vivido varias veces en México…

Tras esta primera toma de contacto, nos pusimos a charlar un ratito. El muchacho resultó ser el músico Héctor Guerra, nacido en la localidad onubense de Minas de Riotinto. Desde hace varios lustros se ha centrado en diferentes géneros, como el trap, el afrobeat, el hip hop, la cumbia, el reggae e –incluso– las composiciones andinas. En la actualidad, se halla inmerso en un nuevo concepto que ha denominado «perreo cósmico».
De hecho, todavía frente al «Oxxo», Guerra me describió algunas directrices de esta idea.

“Se refiere a la música de baile, al género de club, aunque presentando una lírica diferente, saliendo un poco del cliché de hablar sobre «coches» y «joyas»”. “Presento una alternativa que permita estar bailando a las tres de la madrugada, pero –al mismo tiempo– poder escuchar una letra más profunda que la existente en la industria cultural actual”.

– En cualquier caso, ¿cree que las críticas hacia el reggaetón están vinculadas a un cierto clasismo?

– Las opiniones hacia este estilo se vinculan a una realidad generacional. Por ejemplo, cuando yo era pequeño y escuchaba grupos como «Iron Maiden» o «Metallica», mi papá siempre me decía: «¡Cómo te puede gustar ese tipo de bandas!» –me respondió Guerra–. En cambio, hoy los padres preguntan a sus hijos sobre el porqué de su querencia hacia el reggaetón…

Además, “la música es un reflejo de la sociedad”. “Los artistas sólo dicen lo que ocurre alrededor, no es culpa del género musical”. En este sentido, “vivimos en una sociedad completamente sexualizada”. Por tanto, las críticas a este tipo de canciones “no tienen que ver con el clasismo, ya que he visto cómo bailaban estos temas tanto gente millonaria como ciudadanos con menos recursos”. En consecuencia, “el reggaetón es un ritmo que le ha tocado a la generación actual, como anteriormente se escuchó «heavy» o «jazz»”…

¿Y si hacemos una entrevista?
La conversación se puso interesante. Por ello, nos emplazamos para que –un par de días más tarde– el creador me transmitiera todos los detalles de su trabajo. No en vano, se encontraba en México para presentar «Suéltalo», el primer sencillo de su nuevo disco. Una composición en la que han colaborado autores de amplia trayectoria. Entre ellos, Macaco o Rubén Albarrán, vocalista del grupo «Café Tacuva».

Así, a los pocos días volvimos a encontrarnos. Esta vez, para charlar largo y tendido sobre la labor de Guerra. “«Suéltalo» surgió hace un año, pero llegó la pandemia y no la pudimos sacar hasta ahora”, aseguraba. “Su letra habla de cerrar ciclos y de comenzar nuevas etapas, más luminosas”. De hecho, Héctor venía de pasar una relación “bien tóxica”, por lo que “deseaba desahogarme a través de la música. Así, acabé haciendo una composición muy positiva”.

– En este sentido, ¿cómo surgió la posibilidad de participar junto a Macaco y Rubén Albarrán, de «Café Tacuva»?

– A Rubén ya lo conocía desde hacía años, gracias a colaboraciones anteriores –confirmaba el artista–. Sin embargo, me costó casi un decenio encontrar un proyecto con un buen concepto, donde poder invitar a estos dos músicos.

De hecho, «Suéltalo» “es una de las canciones más importantes de mi carrera e, incluso, de mi vida”, confirmaba. Por ello, “tenían que estar los grandes con nosotros, como Rubén Albarrán y Macaco”. A este último lo invitó a colaborar, ya que procedía de “la escuela tradicional del mestizaje de sonidos”. Una realidad que se adaptaba a la línea de trabajo que ha definido para sí el artista de Minas de Riotinto.

– Tras todo este empeño, ¿cómo está siendo la recepción del tema en América Latina, donde se encuentra haciendo promoción actualmente?

– La acogida está siendo mejor que nunca –aseguraba–. Mucha gente me dice que, en tiempos como los actuales, mi música está adquiriendo más sentido.

No en vano, y debido a la llegada de la COVID–19, los hábitos han cambiado. “Ahora, la gente pasa mucho más tiempo en su casa, por lo que la industria digital del entretenimiento se ha reforzado mucho”, confirmaba. “Todos deseamos música y películas nuevas cada semana”. Y, gracias a ello, el sector se estaría reactivando desde la perspectiva virtual. Además, “en estos tiempos oscuros quiero lanzar un mensaje de luz a través de la música”, explicaba Héctor Guerra. Por esta razón, su trabajo estaría teniendo una buena aceptación entre el público…

– A pesar de ello, ¿echa de menos los conciertos en directo?

– Totalmente. Claro que los extraño –corroboraba el creador onubense–. Sin embargo, esta tendencia hacia lo digital ya se viene anunciando desde hace años. Vienen meses o años en los que se van a desarrollar los conciertos online. Es algo que, desgraciadamente, va a pasar. Y digo «desgraciadamente» porque echo de menos el trabajo en directo. Donde esté el calor humano que se quite el frío de la pantalla…

Además, el creador onubense sabe de lo que habla. Siempre ha estado implicado en diversos movimientos e iniciativas culturales, tanto en España como en América Latina. “No sólo he vivido y disfrutado del panorama cultural del continente latinoamericano, sino que he formado parte del mismo”, asegura. En esta región “existe una gran energía creativa e innovadora. He observado expresiones que estaban a años luz de Europa y que una década después llegaban hasta la otra orilla del Atlántico”.

Y en México, ¿qué se ha encontrado?

De esta forma, y de manera progresiva, la conversación con Héctor Guerra fue caminando por diversos derroteros. Entre ellos, el regreso de este creador a América Latina. “Para mí, la vuelta está siendo una locura. Hace un año que me encerré en Europa y he vivido el miedo de la población en torno al coronavirus. Algo que en Latinoamérica no lo estoy sintiendo tan pronunciadamente, a pesar de que existe la misma amenaza vírica”, explica el artista. “Aquí, la gente lo está abordando de manera diferente”.

Esto ha generado que –a su vez– se hayan tomado “medidas más modernas y prácticas” en Latinoamérica. En este sentido, la pandemia en Europa ha provocado que “salgamos del «Palacio de Cristal» en el que vivíamos y, por eso, estamos más atemorizados”. Así, y como aprendizaje, lo que se debería hacer para enfrentar al COVID–19 estaría basado en el reforzamiento de la «educación para la salud» y de los sistemas sanitarios públicos. Sin olvidar la implementación de un proceso de vacunación más rápido y eficaz, que llegue a todas las capas de la población lo antes posible…

Estas serían –al final– las medidas más efectivas para afrontar la llegada del SARS–COV–2. Por tanto, “estamos viendo cómo en el Hemisferio Norte (Europa y Estados Unidos) el sistema está colapsando”. Sin embargo, esto daría para otra conversación. Quizá, nos volvamos a encontrar en un «OXXO» durante el próximo viaje del cantante a Ciudad de México. No se puede descartar nada…