Henche: Una viaje por un típico pueblo alcarreño

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Henche

Henche ofrece rutas de senderismo y arquitectura popular

Situado en la Alta Alcarria, en un valle rodeado por colinas y regado por el Arroyo de la Vega encontramos Henche, un espacio donde predominan las encinas, el romero, el tomillo y el espliego, base fundamental  de la sabrosísima miel alcarreña. Es éste un pueblo acogedor donde los visitantes son bien recibidos y donde sobre todo, pueden disfrutar de sus paisajes, naturaleza, zonas  de ocio y rutas de senderismo.

Dentro de su término municipal podemos visitar la covacha de la Mora y la Era Alta, partiendo desde la Fuente del Cenacho. Continuando por una buena vista llegamos a la Fuente de Buempenilla y también a la Cañada Real Soriano. Otra ruta nos lleva hasta la Fuente del Colmenar y continúa después por Picazo regresando a Henche por la ermita de San Bartolomé. Otra itinerario es el del Camino de La Taina, pasando por la Fuente de las Mariquillas.

Si nuestra visita transcurre por sus monumentos, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es una parada obligada. Aunque posteriormente restaurada, el edificio conserva su estilo románico.

Tiene una cúpula con artesanado de forma octogonal y de estilo mudéjar encima del altar mayor. Tiene una pila de agua bendita de estilo gótico y una magnífica pila bautismal de estilo mozárabe anterior al siglo XII.

La ermita de San Roque está al norte en el camino de Solanillos y junto al cementerio municipal, es un pequeño edificio construido en piedra de sillería de planta cuadrada. Dentro se venera la imagen de San Roque.

La ermita de San Bartolomé se encuentra en el despoblado de Majanares, de estilo barroco del siglo XVI, con muros de mampostería. La puerta tiene un arco de medio punto con dovelas, encima de la clave tiene un cuchillo símbolo de San Bartolomé. En esta ermita se celebra la romería de San Bartolomé, el primer sábado de junio.

La Cueva de la Mora está en una colina a la entrada del pueblo y sirvió como vivienda en la que se encuentran grabados en sus paredes. El Molino aceitero-almazara es un edificio del año 1752 donde sus propietarios extraían el aceite para su consumo.

Además, en el pueblo existen más de cien bodegas particulares donde cada vecino elabora su propio vino procedentes de las numerosas viñas que existen en el terreno, se tratan de bodegas subterráneas donde la temperatura y la humedad es la adecuada para la conservación de los vinos.

Destacamos sus fiestas de San Bartolomé, la fiesta mayor del pueblo, alrededor del 24 de agosto y la Romería al mismo Santo, el primer sábado de junio, con la celebración de la Santa Misa y una merienda en las inmediaciones de la ermita. La Fiesta de Santa Cruz se celebra el día 1 de mayo y en el mes de diciembre, la matanza del cerdo, una celebración gastronómica con la que se sigue manteniendo vivas las antiguas tradiciones.