Huellas del Triásico en Padilla del Ducado; del Jurásico en Esplegares

Vista general de los ripples de oleaje del Triásico
Vista general de los ripples de oleaje del Triásico

Este artículo es fruto de la revisión y ampliación del publicado en Henares al Día el 29 de Marzo de 2023, agradecemos a Enrique Díaz Martínez que nos haya ilustrado con su saber para mejorarlo. Los errores en la versión anteriormente citada son exclusivamente nuestros

El patrimonio histórico-artístico de nuestra provincia es muy conocido, aunque no por ello deja de darnos gratas sorpresas con frecuencia. El patrimonio natural de tipo geológico se ha difundido menos, pero en los últimos años está empezando a divulgarse, necesita un fuerte impulso para que pueda ser apreciado por aquellos que desean disfrutar del asombroso y desconocido mundo que nos rodea en nuestro cotidiano vivir. Este patrimonio es un descubrimiento permanente.

En este artículo vamos a centrarnos en dos localidades de Guadalajara: Padilla del Ducado (topónimo histórico) y Esplegares (de resonancias olorosas). En la primera, sus ripples de oleaje datados en el Triásico medio serán el centro de nuestra atención. En la segunda, nos vamos a detener en los icnofósiles de batoideos (rayas) del Jurásico inferior. Ambos yacimientos están próximos, distan unos 19 km por carretera y se complementan mutuamente. Son un material único para estudiar estas etapas de la formación del planeta Tierra. Disponible tanto para científicos especializados, como para estudiantes de Bachillerato y Secundaria. Junto a la geología, podemos ampliar el estudio de la flora y la fauna. La flora se caracteriza por arbustos que soportan bien el frío, el viento y la sequía: aliagas, cambrones (muy abundantes), gamones…

Nos situamos, inicialmente, en Padilla del Ducado, en la margen izquierda del Río Cubillas (indicado como Río de la Madre en el mapa topográfico).

El verano de 2019 recibimos la sorpresa de la existencia de ripples oleaje del Triásico Medio. Los ripples eran conocidos por las autoras de este texto desde el verano de 2011, los habían mostrado a especialistas de Ciencias Naturales, pero fue el impulso de Enrique Díaz Martínez, geólogo e investigador del CSIC, el que los valoró y difundió. Debemos a este especialista la elaboración del informe oficial sobre el afloramiento, fechado en 2021 e identificado como IELIG – IB246 Ripples de oleaje del Triásico medio de Padilla del Ducado.
(https://info.igme.es/ielig/LIGInfo.aspx.?codigo=IB246-.).- Este documento lo identifica como parte del inventario nacional de patrimonio geológico, responsable de la Junta de Castila-La Mancha para su protección frente a posibles actuaciones sobre el terreno (minas, tendido eléctrico, aerogeneradores, placas solares, etc.). Afortunadamente, se trata de terreno municipal, solo útil para la ganadería y la caza, pues su aprovechamiento agrícola no es rentable.

Detalle de los ripples de oleaje del Triásico
Detalle de los ripples de oleaje del Triásico

Su ficha técnica, citada anteriormente, nos indica que se sitúa en el Barranco de la Madre. Los mapas topográficos lo citan por este nombre. En el pueblo se conoce como el “Río” Cubillas. La palabra río le viene muy grande, pues apenas es un arroyo. Cubillas es denominación árabe, que significa “afloramiento de rocas elevadas”. Esta referencia sí es precisa.

El afloramiento de los ripples se extiende unos centenares de metros a ambos lados del Cubillas. Los más destacados son los de la margen izquierda. El acceso está cubierto de vegetación, destacando los cambrones (taraz). Los afloramientos de la margen derecha ocupan una extensión menor, siendo más cómodo el acceso, El río ha dividido la plataforma rocosa formando un barranco que en algunos lugares conserva huertos.

Las capas de roca en los ripples presentan una anchura de unos 30 metros desde el borde del barranco hacia afuera. La longitud de onda de los ripples oscila entre 40 y 60 cm, y tienen una amplitud entre 3,5 y 5,5 cm.

En palabras de Díaz Martínez: “Se trata del mejor y, por ahora, único lugar en España con una extensión tan grande en que se puede ver la morfología de este tipo de estructuras sedimentarias del fondo marino.”(cita del informe).

Todas estas características dotan de un gran interés a este yacimiento. Creemos que aparecerán formaciones desconocidas que aportarán más conocimiento sobre tan remota era de nuestro planeta. Esperamos conocer mejor el terreno y que en el futuro se difunda más su estudio y disfrute.

El término municipal es abundante en formaciones rocosas. Entre ellas, destaca una crestería caliza que discurre paralela a otros afloramientos de areniscas. También, es frecuente el yeso rojo, de color muy vivo; y el blanco, así como los cristales de aragonito, que hacen las delicias de los niños.

Conjunto de icnofósiles de batoideos del Jurásico
Conjunto de icnofósiles de batoideos del Jurásico

Viajamos ahora, mentalmente, a Esplegares, para conocer las huellas de icnofósiles de batoideos (rayas) del Jurásico inferior. El término municipal de Esplegares es muy extenso y accidentado, se halla recorrido por el Río Ablanquejo. Hasta hace 50 años, la escasez de fuentes obligó a que el pueblo se sirviera durante siglos de pozos, para beber y mantener el ganado. Es por tanto un lugar donde el agua es muy apreciada y bien aprovechada.
Para los datos técnicos, hemos consultado el informe oficial redactado por Díaz Martínez, fechado en 2021, IELIG – IB247 Huellas de batoideos (rayas) del Jurásico inferior de Esplegares.(https://info.igme.es/ielig/LIGInfo.aspx?codigo=IB247). La identificación de estos icnofósiles (huellas fósiles) ha sido posible gracias a la labor de estudio y difusión realizada por este investigador, que con gran entusiasmo y dedicación está mostrando al público en general la riqueza natural de esta zona de la provincia.

Hemos empleado palabras desconocidas para la mayoría de los lectores, vamos a tratar de explicarlas de forma sencilla. Icnofósil es una huella dejada por un organismo y que ha fosilizado. La marca no contiene, generalmente, restos del animal, pero sí confirma su presencia en ese lugar. Los icnofósiles aportan información de utilidad sobre los organismos que los originaron, pues indican su modo de alimentación, desplazamientos, etc. Batoideo: Pez cartilaginoso del tipo de la raya. En este caso se trata de batoideos epibentónicos, es decir, que se desplazan sobre la superficie del suelo marino. Para alimentarse, se coloca sobre el fondo marino, “sopla” para hacer un hueco en el sedimento y devora los seres vivos (bivalvos, crustáceos) que encuentra en él.

Estas huellas subcirculares oscilan entre 20-25 cm de largo por 15-20 cm de ancho y corresponden al Jurásico Inferior. Este periodo geológico es uno de los establecidos para estudiar la formación de la Tierra, según la cronología internacional se inició hace 201 millones de años (Ma) y concluyó hace 174 Ma. Desde que se formaron las huellas en el sedimento del fondo del mar de Tethys, (dicho mar cubría la provincia), se transformaron en rocas y crearon los icnofósiles de batoideos.

Detalle de los icnofósiles de batoideos del Jurásico
Detalle de los icnofósiles de batoideos del Jurásico

En palabras de Díaz Martínez refiriéndose al situado en el Barranco del Buey (o del Pozón):“Se trata del más antiguo de los dos yacimientos de este icnofósil en España”. (informe citado). El otro yacimiento del que se tiene constancia, se encuentra en Isona, Lérida, y es de menor antigüedad. Por lo tanto, en la actualidad, contamos con dos localidades con icnofósiles, Esplegares, del Jurásico, en Guadalajara; e Isona, del Cretácico, en Lérida.

En Esplegares, la visita a la zona conocida como Barranco del Buey es de dificultad media, y se encuentra distante del pueblo. Compensa por la belleza del paisaje y la abundancia de las huellas. Al haber sufrido las rocas un plegamiento, parte de ellas quedaron visibles en un paredón vertical. Las situadas en el paraje llamado El Cabozo, (Barranco del Pozón), lugar de un antiguo lavadero público, son de fácil acceso, sin ser terreno suave, hay desnivel y mucha piedra suelta. Deben visitarse los dos yacimientos de Esplegares para tener una visión más completa.

Consultando con vecinos de la zona sobre estas formaciones, hemos sabido que esto huecos en las rocas reciben el nombre de codornos. Es muy interesante que el castellano popular haya creado una palabra para dicha formación, aunque hay muchos procesos que originan huecos en las rocas. La palabra dota de individualidad a la formación que se quiere nombrar. Si buscamos en el Diccionario de la Lengua Española encontramos dos significados: 1. Árbol frutal, casi desaparecido, cuyo fruto se asemeja a la pera. 2. Rescaño de pan, porción pequeña similar a un bocado.

Diccionarios antiguos o de vocabulario rural no recogen esta palabra. Se da el hecho curioso de beber de ellos, tanto el pastor como el rebaño, cuando están llenos de agua de lluvia y no hay manantiales en la zona o es trabajoso llegar hasta uno. Conviene, también, recordar que los pastores llevaban meriendas de alimentos muchas veces conservados en sal que requerían beber y era pesado llevar el agua consigo. El agua permanecía en estos huecos poco tiempo, el necesario para evaporarse. Cuando un pastor dudaba de la potabilidad del agua, antes de beber, ponía un pequeño pedazo de pan en el agua, y según lo que observaba la consideraba potable o no. Para nuestros antepasados, que no imaginaban la posibilidad de que algunos de estos huecos fueran icnofósiles, eran algo extraño, excepcional, de ahí la necesidad de nombrarlos.

Hemos mencionado el significado de codorno recogido en el Diccionario de la Lengua Española, pero también es usado en palabras de Enrique Díaz con el sentido general de: “huecos en la roca, independientemente de su origen”.

Otro hecho observable es que en aquellas zonas que presentan una formación rocosa curiosa, rara, los pastores suelen sentir la tentación de grabar su nombre, fechas, pueblo, y dejar constancia de ello para generaciones futuras. Muchas veces estas inscripciones no tienen más de 50 ó 100 años, pero son una prueba más de que el lugar es considerado especial. Inscripciones de este tipo, dispersas, son frecuentes en toda la zona.

Dirigiendo una mirada de conjunto a los municipios del entorno encontramos variedad de formaciones geológicas. Santa María del Espino y Riba de Saelices destacan por sus cuevas con abundantes grabados prehistóricos, (no es necesario describirlas aquí, pues su valor arqueológico es sobradamente conocido) y el Valle de los Milagros. Aguilar de Anguita y Saelices de la Sal ofrecen sus salinas. Sería de desear que las salinas de Aguilar fueran recuperadas, como lo fueron las de Saelices. El manantial de agua salada no ha desaparecido. Villarejo de Medina, guarda en su pinar la joya de la Peña del Moral, santuario rupestre datado en la Edad de los Metales. Sotodosos cuenta con una sima.

Esplegares, las ya comentadas huellas de batoideos. Hortezuela de Océn, la laguna y los cuchillares. Luzaga ofrece una hoz digna de interés, que da acceso a la localidad (Castro del Castejón) y los meandros del Tajuña en Albalate. Toda la zona está atravesada por numerosas hoces, por algo es llamada Los Ocenes. Padilla, situada en el centro de la comarca, nos regala los ripples de oleaje. Esta diversidad geológica bien merece ser conocida. En este sentido, creemos que la comarca debe ser protegida y visitada.

No queremos acabar este artículo sin dedicar un párrafo a las iglesias románicas rurales, construidas con las piedras de esta tierra. Los materiales naturales en manos profesionales dieron lugar a numerosos pequeños templos, obra de los vecinos con el material de construcción a cargo de los concejos. Son iglesias de una sola nave, con ábsides semicirculares, sencillas portadas, canecillos de rollo y proa de nave, ejemplos de la sencillez cisterciense, pilas bautismales talladas, imágenes religiosas antiguas y hermosas galerías porticadas. Mención especial merecen las supervivientes de los despoblados antiguos. Hoy, ermitas patronales como la de San Bartolomé en Villaverde del Ducado, Santa Catalina en Esplegares y la Virgen de Océn en Hortezuela.

El románico concejil muestra su mayor atractivo en las galerías porticadas, este espacio no aparece en otras zonas de España. Las alcarreñas se deben, principalmente, a la influencia de Soria, Burgos y Segovia. Destacan por esta característica las iglesias de Carabias, Jodra del Pinar, Tortonda, Sauca, Cubillas del Pinar y Abánades.

Invitamos a todos los amantes de la naturaleza y el arte a recorrer esta zona de nuestra provincia. No quedarán defraudados.

Texto y fotos: Celsa Martínez García
Olimpia Martínez García