La Caballada de Atienza a través de la cámara de Pablo Espartosa

Se trata de la tradición más antigua de Guadalajara y una de las fiestas con más solera de Castilla–La Mancha e, incluso, de España. Se lleva celebrando desde hace más de ocho siglos, lo que le ha permitido ser muy apreciada en diversos puntos del país. De hecho, se encuentra declarada de Interés Turístico Nacional. Estamos hablando de La Caballada de Atienza, una cita que tiene lugar cada Domingo de Pentecostés. Así, en 2024 se ha programado para el 19 de mayo –se trata de una fecha móvil–, por lo que todavía falta más de un mes y medio para su desarrollo. Sin embargo, en la villa atencina no se olvidan de ella. Todo lo contrario. A lo largo del año impulsan diversas actividades con este evento como protagonista.

La siguiente cita se inaugurará el sábado, 30 de marzo, a las 13.30 horas, en «La Posada del Cordón». Consistirá en la exposición fotográfica «La Caballada de Atienza», de Pablo Espartosa Fernández, que estará abierta hasta el 2 de junio. En la programación de la misma han colaborado el Ayuntamiento de la localidad, la Diputación Provincial de Guadalajara y la Hermandad preservadora de la tradición.

La muestra se alza como una retrospectiva compuesta por 25 imágenes a color, en las que se repasan los últimos 10 años de La Caballada. “Durante el recorrido, se distinguen primeros planos y perspectivas generales de la celebración, en los que se combinan enfoques paisajísticos con personas”, confirma Pablo Espartosa Fernández, en declaraciones a Henares Al Día. “El objetivo es dar a conocer en qué consiste la fiesta”, así como los valores históricos y patrimoniales de Atienza.

La realización de la exposición surgió del secretario de la Cofradía de la Santísima Trinidad, responsable de la costumbre. “Me preguntó que, como llevaba 10 años haciendo fotografías de la tradición, si tendía instantáneas suficientes como para hacer una muestra de la misma”, confirma el autor. “Le respondí que sí, que contaba con bastante material, por lo que me pidió una recopilación de 25 instantáneas, en la que se resumieran la última década de La Caballada”. Y así se hizo.

– ¿Qué expectativa de público prevé para la exposición?

– Espero que asista bastante gente, porque se trata de un tema que gusta mucho. Sobre todo, al público procedente de Atienza, pero también a los visitantes que llegan a conocer la localidad –confirma Pablo Espartosa Fernández.

La fiesta
La Caballada hunde sus raíces en la Edad Media, cuando Alfonso VIII de Castilla se convirtió en el heredero al trono con apenas tres años de edad, tras la muerte prematura de sus padres. En ese momento, el futuro monarca quedó bajo la tutela de don Gutierre Fernández de Castro, quien, con el fin de soslayar conflictos con Manrique de Lara –su rival–, cedió la custodia al alférez mayor del reino, García Garcés de Haro.

Sin embargo, don García acabó siendo favorable a los intereses de los Lara. Una situación que provocó que esta familia reclamara los derechos sobre el sucesor. Sobre todo, tras el fallecimiento de Gutierre Fernández de Castro, su primer responsable legal. Para ello, solicitaron el apoyo del rey leonés. Este monarca –Fernando II– se aprovechó de la situación, al creer que podría condensar en su persona ambas Coronas, la de Castilla y la de León. Razón por la cual quiso la captura de su sobrino, don Alfonso.

Empero, los nuevos responsables del heredero –los infantes de Lara– se dieron cuenta de las aviesas intenciones del soberano leonés, por lo que intentaron ocultar al niño. Y lo hicieron primero en Soria ciudad, luego en San Esteban de Gormaz y, finalmente, en Atienza. Las huestes de León sitiaron esta última villa. “Pero la astucia de los arrieros atencinos puso a funcionar toda la agudeza de su ingenio y, bien de madrugada, el día de Pentecostés de 1162, salieron con sus recuas por el camino de la ermita de la Estrella, llevándose consigo al niño disfrazado de arriero”, explica José Serrano Belinchón. “Danzaron delante de la virgen y huyeron –después– a todo correr, poniendo –así– en libertad al infante”.

De esta manera, en su caminar, llegaron primero a tierras segovianas para –seguidamente– alcanzar Ávila, donde el futuro mandatario quedaría a salvo de manera definitiva. “La efeméride se celebró con gran júbilo por parte de los arrieros de Atienza a partir del año siguiente”. Fue el inicio de la Caballada, una conmemoración que ha pervivido hasta la actualidad.

Un devenir que también se ha querido poner en valor a través de diversas propuestas paralelas. “Con motivo de la celebración de esta festividad, la Cofradía de la Santísima Trinidad convoca el concurso de fotografía digital «La Caballada de Atienza–Santiago Bernal»”, aseguran los impulsores de la propuesta. El tema de la actividad es la tradición centenaria aludida y la participación es completamente libre. “Las obras presentadas deberán ser inéditas y no podrán haber aparecido en prensa ni en otros medios gráficos o digitales antes del fallo del jurado”.

Desde el certamen «La Caballada de Atienza–Santiago Bernal» prevén tres galardones a las mejores fotografías. Además, se convoca “un «Premio Local», dirigido a un trabajo individual, al que únicamente pueden optar las personas nacidas, residentes o relacionadas con la villa atencina”. Dicho reconocimiento “no puede ser acumulable a cualquiera de las otras condecoraciones generales, si estas se produjesen”.

El emplazamiento
Regresando a la exposición fotográfica «La caballada de Atienza», de Pablo Espartosa Fernández, la misma se desarrollará en «La Posada del Cordón». Este complejo “se ubica en un antiguo caserón del siglo XV, que, en la actualidad, sirve como sede del Centro de Interpretación de la Cultura Tradicional de la Provincia de Guadalajara”, explican desde el Ayuntamiento atencino. Dicha infraestructura contiene más de 600 piezas de gran valor etnográfico. “El edificio consta de dos pisos. En la planta baja se sitúa la oficina de turismo, una sala de actos y exposiciones, así como un taller para actividades didácticas. En total tiene unos 700 metros cuadrados”.

Unas dependencias con más de medio milenio a sus espaldas –aunque adaptadas a las exigencias actuales– que servirán para acoger el trabajo de Espartosa Fernández. De hecho, y amén del mantenimiento colección permanente –coincidente con el Centro de Interpretación de la Cultura Tradicional de la Guadalajara–, el museo realiza –a lo largo de todo el año– diferentes muestras temporales. Sin olvidar la realización de otras propuestas, como presentaciones literarias o conferencias. Gracias a ello, «La Posada del Cordón» se alza como un ejemplo para todo el territorio arriacense.

Bibliografía
SERRANO BELINCHÓN, José. Atienza. Comarca montañosa y medieval. Guadalajara: AACHE, 1993.