
Primer sábado de septiembre. Los pueblos del entorno del Santo Alto Rey, situado a 1.858 metros de altitud, se reúnen con sus cruces parroquiales en la explanada que hay junto a la ermita que corona el pico, para celebrar una de las romerías más sugestivas de la provincia. Este año, la fiesta será el sábado día 2 de septiembre.
Estimado lector, cuando piensa en una celebración tradicional, ¿qué evocaciones le vienen a la cabeza? ¿Música? ¿Baile? ¿Jotas? ¿Dulzaina? ¿Quizá una merendola entre amigos en el pueblo? ¿Diversión? Existe algo de todo esto. Sin embargo, en algunas de estas fiestas se trasluce mucho más. Se observa un trasfondo cultural e histórico muy relevante. En Guadalajara tenemos varios ejemplos de ello.
Uno es la romería de del Santo Alto Rey de la Majestad y de Nuestra Señora de los Ángeles. «El Alto», según se conoce popularmente en la zona. Como todos los años, se celebra el primer sábado de septiembre. En un par de días, uno de los techos de la provincia se llenará de gente con un mismo objetivo: reencontrarse con viejos amigos y pasarlo estupendamente.

En total, siete poblaciones intervienen en la tradición más elevada de la provincia –se desarrolla a más de 1.800 metros, en la cima de la sierra del Alto Rey–. Los vecinos de Albendiego, Aldeanueva de Atienza, El Ordial, Bustares, Las Navas de Jadraque, Gascueña de Bornoba y Prádena de Atienza no dudan en acercarse hasta el lugar. Bien sea andando o en automóvil, a través de una antigua pista militar existente en la zona.
“Desde varios pueblos de la comarca, en torno a la gran montaña, salen grupos de romeros. […] Por la actual carretera que permite la subida hasta la cumbre se establece una larga fila o procesión de gentes”, explican los investigadores Tomás Nieto Taberné y Esther Alegre Carvajal en Guía de la Arquitectura Negra de Guadalajara.
Los asistentes pasan la jornada entre amigos. Durante la celebración disfrutan de actos religiosos, de una comida de hermandad, de actuaciones musicales… Y, sobre todo, de muy buena compañía y diversión. “Es allí donde acuden jubilosamente los pueblos de los contornos a darse la mano fraternalmente”, confirma el etnógrafo José Ramón López de los Mozos en Fiestas Tradicionales de Guadalajara.
El origen de todo
Nos encontramos, por tanto, ante una fiesta de gran raigambre popular. Más de 1.000 personas acuden anualmente a la cita. Son fieles seguidores de la misma, llueva, truene o haga calor. No faltan nunca. Sin embargo, ¿qué trayectoria tiene la mencionada romería? ¿Los templarios habitaron este sitio? ¿Son reales las leyendas que se cuentan en la comarca?
Lo que se conoce a ciencia cierta es que se trata de un evento de gran antigüedad. Tiene, al menos, cinco siglos de historia. “Existe constancia documental de las romerías a este lugar desde 1580 y de la existencia de la Hermandad del Santo Alto Rey de la Majestad desde 1532, momento en el que la ermita ya pertenecía a la abadía de Santa Coloma de Albendiego”, explica el periodista Ángel Almazán en Guía Templaria de Guadalajara. “Incluso hay documentación cien años antes –las actas del Cabildo seguntino del 21 de agosto de 1448– donde se mandaba reparar el santuario «del Rey de la Majestad» a costa del abad de Santa Coloma”, asegura el mencionado experto.
Más tarde, en el siglo XVIII, hay testimonios que demuestran la pervivencia de la festividad. Benedicto XIV, durante su pontificado, otorgó una serie de privilegios a la romería, como la indulgencia plenaria a los fieles que ascendieran al Alto Rey y entraran en el oratorio durante la segunda celebración de Pentecostés. Además, dicho pontífice también aprobó la absolución a los cofrades con graves enfermedades, concediendo asimismo el perdón a los Hermanos que accedieran al referido templo durante el día grande.
“En el siglo XVIII subían hasta la ermita los feligreses de Albendiego, Bustares y Gascueña los tres días anteriores a la Ascensión”, se asegura en Guía Templaria de Guadalajara. “Igualmente acudían la segunda y tercera jornada posterior a Pentecostés, si bien la fiesta principal correspondía a la vigilia de Nuestra Señora de la Natividad, el 8 de septiembre”, se añade.
La Orden del Temple
Pero si la romería del próximo sábado, 2 de septiembre, tiene una gran tradición, las narraciones sobre los posibles moradores de la ermita a lo largo de la historia también cuentan con una importante solera. Una de las más conocidas es la que asegura que los templarios pasaron por el lugar. Sin embargo, no se ha encontrado ningún documento que lo demuestre. Al menos, en la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara. “Al transformarse la Orden del Temple en una especie de prelatura personal del Papa, sus miembros sólo tenían que rendir cuentas a éste y ni siquiera los obispos tenían autoridad sobre estos monjes y sus posesiones”, indica Ángel Almazán.
No obstante, la leyenda en torno al establecimiento del Temple en la comarca ha pervivido. Una tradición que fue reflejada en diferentes documentos del siglo XIX, como el Diccionario de Pascual Madoz. “En la cúspide [de la montaña] hay una ermita dedicada al Todopoderoso, bajo el título de Rey, de gran nombradía y veneración entre los pueblos comarcanos; […] antiguamente hubo en su inmediación un convento de templarios, cuya iglesia parece fue la ermita indicada”, escribía el pamplonica hace más de 150 años. Unas menciones que se repitieron en otros compendios, como los de Pablo Riera –editado en 1881– y el de Juan Catalina García, aparecido a inicios del siglo XX.
Sin embargo, y frente a esta hipótesis, también se comenta que el oratorio podría contar con un origen agustiniano. “Toribio de Minguella da a conocer la existencia de un documento en la catedral de Sigüenza, fechado el 21 de abril de 1197, en el que el obispo Rodrigo Jiménez exime del pago de diversos impuestos a los Canónigos Regulares de San Agustín del monasterio de Sancte Columbe de Albendiego”, explica Ángel Almazán. “Y, a partir de Minguella, al no encontrarse información escrita que atestigüe la presencia templaria en Albendiego, Santo Alto Rey y Bustares, deja de darse crédito a las tradiciones orales de la comarca y a lo que recopiló Madoz en este sentido”, añade el periodista e historiador.
“La más cierta teoría, que explica la existencia de Santa Coloma de Albendiego, y justifica la construcción de la ermita del Alto Rey, es la que se refiere a la edificación de ambos complejos por un grupo de monjes de la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín”, indica el cronista provincial, Antonio Herrera Casado, en Monasterios medievales de Guadalajara.

La importancia de la cultura oral
En cualquier caso, lo que sí es cierto es que esta sierra arriacense ha sido un lugar de culto desde antaño. Una tradición que también se observa en las leyendas existentes en la zona, cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Una de estas narraciones tiene que ver con una cavidad existente a los pies del santuario. “En esta cueva caía de su techo gotas de aceite procedentes milagrosamente del centro del altar de la ermita y que recogían los monjes del lugar, que eran los únicos autorizados para ello”, narra Almazán de Gracia. “Pero un día, un pastor entró en la gruta y recogió el aceite para uso personal, lo que provocó que el mencionado líquido se transforma en gotas de agua”, añade.
También se cree que existen diversos tesoros esparcidos por el entorno y que, en su día, fueron escondidos por los religiosos. Entre las mencionadas riquezas se hallarían un caldero áureo o un becerro de oro. Y, si esto fuera poco, también está la historia de una madre que, harta de las peleas de sus tres hijos, les aseguró que acabarían ubicados en lugares en los que se pudieran divisar, pero que no escucharse… “Y hete aquí que se transformaron en tres enormes montañas que, desde entonces, se ven en la distancia y en silencio. Son el Ocejón, el Alto Rey y el Moncayo”, se narra en Guía templaria de Guadalajara.
Otra de las fábulas que se explican en la comarca es aquella en la que se asegura que los monjes encargados de la ermita, debido a la dureza del clima de la cumbre, quisieron construir un nuevo santuario a mitad de ladera, en el actual término municipal de Bustares. Sin embargo, la leyenda asegura que todo lo que se levantaba por el día, se arruinaba por la noche. A pesar de los mencionados contratiempos, los religiosos consiguieron terminar el edificio y bajaron la imagen del santo Alto Rey hasta el nuevo oratorio. Sin embargo, al día siguiente la talla apareció, mágicamente, en su emplazamiento original…
Por tanto, querido lector, esta sierra tiene una gran tradición a sus espaldas. Sólo hay que observar la cultura oral existente a su alrededor. Una riqueza que se debe mantener y difundir. Y un buen momento para hacerlo es la romería que tendrá lugar el próximo sábado, 2 de septiembre. Esta celebración es una forma de encontrarse con la naturaleza, la diversión y con una historia centenaria que año tras año se sigue escribiendo. Porque, como dijo el expresidente chileno Salvador Allende:
«La historia es nuestra y la hacen los pueblos»
Programa oficial de actos de la romería. 2 de septiembre de 2017
12:00 h.: Procesión de las cruces y pendones parroquiales. |
Bibliografía:
ALMAZÁN DE GRACIA, Ángel, Guía templaria de Guadalajara, Guadalajara: AACHE, 2012. |

Historiador y periodista, especialista en comunicación ambiental y en Masonería mexicana. El reporterismo es mi vocación. Ahora informando desde Guadalajara. “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez, 1867).