La salud va en bicicleta

Se habla mucho de la sostenibilidad de las ciudades del siglo XXI. Se buscan unas urbes más «amables» con sus residentes, además de participativas y respetuosas con el medio ambiente, en las que el peatón gane espacio respecto al coche, la contaminación se reduzca y el consumo de recursos sea mucho más razonable. En definitiva, unos lugares más habitables, donde la salud de las personas sea tenida muy en cuenta. Se trata de un modelo que –inicialmente– no parece fácil de alcanzar, pero que se nutre de diferentes iniciativas procedentes tanto de las instituciones como –sobre todo– de la sociedad civil.

Una muestra de esto último lo tenemos en Guadalajara. En la capital, un grupo de profesionales sanitarios han tomado la iniciativa. Han decidido dar prioridad a otras formas de movilidad, dejando a un lado los vehículos motorizados. “Nuestra idea consiste en realizar en bicicleta los trayectos de las consultas a domicilio programadas, aquellas que no sean urgentes y cuya complejidad lo permita”, explica Octavio Pascual, uno de los médicos participantes en la propuesta.
– Pero, ¿cómo surgió esta idea?

– Apareció casi por casualidad –señalan los participantes–. Previamente, alguna vez lo habíamos hablado entre nosotros. Hasta que, al final, un grupo de personas a la que nos gustaba la bicicleta decidimos implementar el proyecto.

La mecha se prendió definitivamente cuando uno de los doctores involucrados en la actividad escuchó que las bicicletas eléctricas compradas por el Ayuntamiento habían sido retiradas de las calles. “Tras ello, las habían almacenado”, señala Pascual. Se encontraban sin uso. Ante esto, Octavio y otros compañeros decidieron contactar al alcalde, Antonio Román, para proponerle que desde el Consistorio les prestasen estos materiales con el fin de poder realizar los mencionados trayectos médicos.

Una idea que, al primer edil, le pareció buena. A pesar de ello, el asunto acabó enfriándose. No se supo más. Y eso que los interesados llegaron a presentar una petición por escrito… Sin embargo, no recibieron contestación oficial alguna. “Incluso, se lo comentamos a los grupos de la oposición, que también mostraron interés, pero que –finalmente– tampoco nos dijeron nada”, añaden.

La única respuesta que recibieron por parte del Equipo de Gobierno de Antonio Román –y de manera informal– fue que, desde el punto de vista administrativo, el asunto podría complicarse, al tratarse de un préstamo de recursos materiales entre diferentes administraciones –el Ayuntamiento y el SESCAM–. “Al final hemos sido nosotros mismos los que tuvimos que comprar una bicicleta y pintarla, para poder sacar adelante la iniciativa”, relata Octavio Pascual.

– Y, en este sentido, ¿han presentado el plan a la Junta de Comunidades?

– Todavía no les hemos comunicado nada de forma oficial –dicen los impulsores–. Antes, preferíamos que el proyecto estuviera en marcha.

En cualquier caso, no hay que olvidar que se trata de una iniciativa ciudadana, que surgió de un grupo de profesionales sanitarios al saber que las bicicletas eléctricas adquiridas por el Consistorio arriacense estaban almacenadas y sin uso. Por ello, la iniciativa de los sanitarios se llevaba gestando desde hacía meses. Pero no se pudo poner en marcha hasta hace unas pocas semanas, coincidiendo con el inicio de las vacaciones estivales. “Nuestra intención era haber comenzado hace tiempo, pero por unos motivos o por otros lo hemos ido posponiendo”, corrobora Pascual. Sin embargo, y a pesar de los inconvenientes, “lo que estamos haciendo nos está resultando muy gratificante. Eso es lo importante”, añade el médico.

Una opinión que es compartida por los pacientes atendidos en el marco de esta iniciativa. La ven con muy buenos ojos. Así lo confirma Juan José Palacios, otro de los profesionales que se han involucrado en la idea. “No hay ningún problema en este sentido”, señala. “Llevamos en la bicicleta todos los materiales necesarios para la consulta”, confirma. Y, al mismo tiempo, estos profesionales dan ejemplo con una forma sana y ecológica de moverse por la ciudad…

Se trata, por tanto, de una idea innovadora. Lo es a nivel nacional. La capital provincial se constituye como uno de los primeros lugares del país en los que se ha desarrollado una iniciativa como ésta. “Hace unos años se intentó hacer en Vitoria, pero no sé si se mantiene en la actualidad”, indica Octavio Pascual.

En cualquier caso, y por el momento, “la de Guadalajara se constituye como una prueba piloto. La estamos implementando en nuestro centro de salud, el de la calle Ferial”, añade el doctor. “Ahora, tratamos que se animen los compañeros del complejo de «El Alamín», que tienen como referente la población que vive en «Aguas Vivas»”, un barrio que se ha podido adaptar mejor a este tipo de transporte, explica.

Guadalajara, ¿amiga de la bicicleta?
Sin embargo, la capital provincial, ¿es una ciudad fácil para la práctica del cicloturismo? “No está preparada”, reconoce el doctor Pascual. “Pero también es cierto que si tuviéramos bicicletas eléctricas, más compañeros se animarían a unirse a la iniciativa”, añade.

– Entonces, ¿qué necesitaría la ciudad para que fuera más «amable» con este medio de transporte?

– Una apuesta decidida por ello –señala Pascual–. Es verdad que se ha comenzado a construir un «carril–bici» en aquellas zonas donde es más fácil hacerlo. Me parece muy bien. Pero tendrían que atreverse a llevarlo a lugares más próximos al centro histórico.

No obstante, poco a poco se va utilizando más esta fórmula deportiva. “Hay afición al ciclismo en Guadalajara. Todos los días veo ejemplos que lo demuestran”, asegura Juan José Palacios. “Pero, al mismo tiempo, es cierto que no es una ciudad «amable» para esta actividad, como tantas otras en España”, añade. “En algunos lugares de Europa, como Países Bajos, sí que existen más infraestructuras orientadas a este tipo de movilidad”, incide el médico. Hay que apostar por ello.

De hecho, las ventajas serían muchas. Por ejemplo, si se generalizasen propuestas como la impulsada por los profesionales sanitarios arriacenses, se podrían aminorar los inconvenientes de tráfico existentes en muchas urbes. Entre ellas, Guadalajara. Así lo cree Juan José Palacios. Incluso, una mayor práctica de ejercicio físico solucionaría –en parte– diversos problemas de salud que aquejan a la sociedad actual, como la obesidad. “A través de medidas como la que estamos iniciando, damos ejemplo a los pacientes en lo que al deporte se refiere”, explica Palacios, que ya ha acudido a varias consultas en su bicicleta.

Además de todo ello –que no es poco–, y gracias a ideas como la mencionada, también se podrían mejorar los niveles de contaminación que se dan en las grandes localidades. “Si la movilidad se mejora, habría menos vehículos en nuestras calles, por lo que se reducirían los niveles de polución”, asegura Juan José Palacios. “Además, Guadalajara es una población que, por su tamaño, no se tarda mucho tiempo para trasladarse de un lugar a otro”, describe.

En consecuencia, y a pesar de los inconvenientes que pudieran aparecer, proyectos como el impulsado por los sanitarios de la capital cuentan con un gran número de ventajas en su haber. Por consiguiente, se ha de estimular la generalización de estas nuevas fórmulas de movilidad, tanto a nivel profesional como social. Los poderes públicos, empresas y agentes sociales se deben poner de acuerdo para intentar que el tránsito en nuestras localidades sea más sostenible, participativo y salubre. Han de fomentar la práctica del deporte y –en el caso de grandes distancias– promocionar un transporte público barato y de calidad. Gracias a ello saldrían ganando los municipios, el medio ambiente, la economía y, sobre todo, los ciudadanos, que serían los grandes beneficiados. Ésta es la manera de construir verdaderas ciudades del siglo XXI…