La tercera edición de ‘Una noche en la biblioteca’ trae estrellas, pasapalabras y cuentacuentos a Valdeluz

Centuriones romanos, astronautas, trogloditas, pistoleros del Oeste, sacerdotisas… Personajes salidos de las páginas de los fascinantes libros de aventuras que el viernes cobraron vida para pasearse por los rincones y pasillos de la biblioteca municipal de Valdeluz. Hasta confundirse con los participantes de ‘Una noche en la biblioteca’, que este año llegaba a su tercera edición. Veinte niñas y niños de cinco a 10 años y una docena de adultos disfrutaron de una inolvidable velada al lado de los anaqueles donde se depositan los secretos del saber, la magia, el conocimiento, la ilusión, los sueños, la emoción, la sabiduría y el entretenimiento. Con la magnífica y confortable compañía de los cientos de libros que se apilan en las estanterías de este escenario y algo de retraso, este grupo de intrépidos noctámbulos quiso tributar su particular homenaje a este servicio cultural con ocasión del Día Internacional de las Bibliotecas, que se conmemoró el pasado 24 de octubre.

Para la ocasión, la biblioteca municipal de Valdeluz había preparado un divertido y sugestivo programa de actividades paralelas. Desde las ocho de la tarde y hasta la medianoche con gymkhana, observación astronómica, pasapalabras literario, mural prehistórico, manualidades… Y de colofón, un entrañable cuentacuentos antes de meterse en los sacos de dormir. Por el que desfilaron ovejas que ayudaban a conciliar el sueño, bostezos traicioneros o personajes estrafalarios. Los más pequeños se fueron a la cama con los dientes cepillados, un magnífico sabor de boca y la excitación aún en los ojos. Antes y sabedores de que la noche iba a ser larga, habían repuesto fuerzas en una opípara cena colectiva sobre cuya mesa se agolpaban suculentos platos que los participantes habían traído preparados desde casa. “No se nos ocurre una manera mejor de que los usuarios de la biblioteca aprecien este servicio como propio y se sientan como en su hogar”, explica Juan Antonio Perojo, concejal de Cultura.

Más de la mitad de la población tiene el carnet de socio de la red de bibliotecas municipales de Yebes y Valdeluz, que en 2016 se hizo merecedora del Premio a la Biblioteca del Año de Castilla-La Mancha. El mes pasado, el Ministerio de Educación y Cultura la incluyó por cuarta vez consecutiva en la relación de premiadas del ‘María Moliner’ de animación a la lectura. Y en lo que va de año ha gestionado más de 8.000 préstamos de material. Perojo opina que el Día de la Biblioteca no debe circunscribirse a una jornada específica, sino que “merece el reconocimiento y apoyo” de los usuarios durante todo el año. Un respaldo que se debe traducir en visitas más asiduas, la masiva participación en el programa de actividades para todos los públicos que se organiza, el disfrute de los servicios que presta y el cuidado del valioso material que custodia. No obstante, se trata del “primer, más cercano y gratificante, y mejor recurso cultural que los municipios ponemos al alcance de los vecinos”, sentencia.

Con la llegada del alba no quedaba ni rastro de los personajes que horas antes decidieron salir de los libros y que, a buen seguro, habían regresado a sus páginas para seguir entreteniendo a los lectores. Y qué mejor despertar que el reparador desayuno a base de churros con chocolate que se sirvió por cortesía del Ayuntamiento de Yebes. Atrás quedaba una noche de encantamientos, fantasía, magia y emociones a flor de piel. Fueron muchos los que se resistieron a regresar a la realidad, a sabiendas de que dentro y entre las paredes de la biblioteca municipal de Valdeluz, que había velado y acompañado su descanso durante toda la noche, todavía quedaban miles de mundos repletos de aventuras,ilusión, fantasía e innumerables hazañas por descubrir.