Las carreteras de la Serranía de Guadalajara, a debate

El próximo 23 de marzo de 2021 se cumplirá una década de la declaración del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. Se trata de un espacio protegido que se extiende a lo largo y ancho de 35 municipios serranos y que, cuando se creó, estaba llamado a ser un revulsivo económico, turístico y ambiental para toda la comarca. Pero, ¿qué ha sido de todas aquellas promesas? ¿Se ha producido el estímulo pretendido?

Entre los elementos a analizar –en este sentido– se encuentran las vías de comunicación. En la comarca existen centenares de kilómetros de carreteras, tanto de titularidad provincial como autonómica. Pero también se pueden recorrer pistas forestales y caminos vecinales, que conectan diferentes puntos y poblaciones de la zona. Sin embargo, ¿cuál es su estado de conservación? ¿Se pueden transitar?

Por regla general, su mantenimiento no es malo. “Las carreteras de la Sierra Norte de Guadalajara se encuentran en una condiciones idóneas, tanto de seguridad como de conservación para poder circular por ellas”, asegura Pedro David Pardo de la Riva, diputado provincial de Fomento. “Desde que estamos nosotros en el equipo de Gobierno de la Diputación se han invertido un millón 910 mil euros en las carreteras serranas”.

Una perspectiva que es compartida por la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha. “La carretera autonómica que cruza el Parque Natural de la Sierra Norte es la CM–1.006, que en estos momentos la tenemos en buenas condiciones”, asegura Teodoro Baldominos, delegado de Fomento en Guadalajara. “Actuamos sobre el mantenimiento de las señales de tráfico, de las pinturas viales y de las cunetas”.

Sin embargo, hay trayectos que no están exentos de polémica. Uno de ellos está relacionado con los primeros siete kilómetros de la carretera que sale de Tamajón con dirección a Campillo de Ranas, la GU–186. Este tramo pertenece al Canal de Isabel II, aunque el mantenimiento recae en la Diputación de Guadalajara. Empero, su estado de conservación es «mejorable». Así lo denuncia Francisco Maroto, alcalde de Campillo.

“Por lo que sea, presenta un pavimento que no absorbe el agua cuando llueve y se convierte en una auténtica pista de patinaje. En este trecho tenemos accidentes dos veces por semana. Se trata de un «punto negro»”, denuncia Maroto. El regidor asegura que el año pasado tanto él como la primera edil de Majaelrayo, Sonia Atienza, se pusieron en contacto con la Institución Provincial para intentar solucionar la situación. “Nos dieron muy buenas esperanzas, porque dijeron que –en cuanto mejorara el tiempo– pavimentarían este tramo, ya que se había aprobado un proyecto para ello”.

Sin embargo, las semanas pasaron y no se llegó a ejecutar la obra. “Y cuando volví a ponerme en contacto con ellos, me enteré que la interventora no había aprobado la partida presupuestaria”, explica Francisco Maroto. “No se puede estar patrocinando y animando a que la gente venga a la «Arquitectura Negra» y luego tener los accesos de esta manera”. “Además, por esa carretera transcurre el autobús escolar que lleva a los niños hasta el instituto de Yunquera de Henares, con el peligro que eso conlleva”, critican los alcaldes afectados.

Desde la Diputación aseguran que las obras en este tramo se ejecutarán en 2021 y que se ha previsto una partida de 327.000 euros para ello. “El proyecto se encuentra realizado, visado y aprobado desde este año y en el presupuesto de 2021 está prevista la partida adjudicada a la mencionada carretera”, señala Pedro David Pardo de la Riva.

– Y desde la Diputación, ¿tienen previsto reclamar la titularidad de esta parte de la carretera al Canal de Isabel II? Al fin y al cabo, son ustedes los que se encargan de conservar esta parte de vía…

– Existe un convenio firmado por el que nosotros realizamos el mantenimiento de esta carretera. Y no vamos a llegar a más –asegura Pardo de la Riva.

Pero los regidores afectados siguen mostrando su escepticismo sobre el arreglo de este tramo. Y, además, se quejan de que si no alzan la voz, no se habla del problema. “Yo, personalmente, me he salido de esta carretera en dos ocasiones. No es una cuestión ni de alta velocidad ni de ir deprisa, sino que –por el tipo de pavimento– el coche patina y te acabas yendo de la vía”, expone Francisco Maroto. “Tiene una capa de conglomerado que, por lo que sea, no es absorbente”.

Más casos en la Serranía

La "Muralla China"
La “Muralla China”

Sin embargo, éste no es el único ejemplo de infraestructura en malas condiciones. También se ha de mencionar el camino que une Campillo de Ranas y el término municipal de El Cardoso de la Sierra. “Está lleno de baches, se encuentra hecho polvo, no tiene mantenimiento ni pasa el quitanieves…”, describe el regidor campillero.

Además, El Cardoso de la Sierra pertenece a Guadalajara, pero no tiene conexión directa por carretera con el resto de la provincia. Siempre se ha de pasar por Madrid. Por ello, es perentorio que la calzada que une este término municipal y Campillo de Ranas se mantenga en buen estado. Pero, en la actualidad, se trata de una pista “inhóspita”. “Es un camino de cabras”, denuncian los afectados.

Desde la Diputación señalan que ya están trabajando en un convenio con los ayuntamientos de Campillo de Ranas y El Cardoso de la Sierra para poder mantener en condiciones el referido trayecto. “Se les va a dar un dinero para la conservación y el mantenimiento del camino que une ambas localidades”, asegura Pedro David Pardo de la Riva.

Otra de las comunicaciones que presenta problemas es aquella que une Majaelrayo y Riaza. “Te encuentras 25 kilómetros de lo que supuestamente es una pista, pero que parece una carretera, con su pavimento y señalización. Sin embargo, nadie la mantiene y no se anuncia que se trata de un trayecto sin conservación”, explican los alcaldes. “Hace dos años se metió un autobús por esta vía, nevaba y se quedó atascado antes de llegar al «Puerto de la Quesera». Tuvo que intervenir el «112» para sacar a toda la gente, porque no pasaba el quitanieves”.

Por otro lado, se debe destacar la conexión entre Majaelrayo y Cantalojas. “Es una pista forestal que se encuentra pavimentada con zahorra blanca y se entiende que se trata de un camino, no de una carretera”, explica Francisco Maroto, de Campillo de Ranas. Así, el viajero no se lleva ninguna sorpresa, como en el caso de la vía que conduce hasta Riaza.

De hecho, ésta última “debería ser asumida por la Junta, porque conecta dos provincias diferentes pertenecientes a dos Comunidades Autónomas distintas”. “Es una vergüenza que hasta «La Quesera» se encuentre en perfecto estado de limpieza y conservación y luego, cuando se entra en Guadalajara, se convierta en un camino de mala muerte”, señala Francisco Maroto.

Sin embargo, la asunción de nuevas vías no es una posibilidad que contemplen desde el gobierno regional. “No hay ninguna intención de cambiar cartas o cromos de carreteras y caminos con otras administraciones”, asegura Teodoro Baldominos, delegado provincial de Fomento en Guadalajara. “Además, esta zona es muy sensible medioambientalmente. Y la Junta ha decidido que en este tipo de lugares es mejor actuar sobre la renovación del firme y no intervenir sobre el terreno [por las afecciones al entorno]”.

Pero, a pesar de ello, desde diferentes instituciones han diseñado programas de ayudas para el mantenimiento de pistas forestales. Un ejemplo es la Diputación, que convoca un «Plan de Caminos», al que pueden optar todos los municipios. Las subvenciones buscan mantener y conservar las referidas vías de comunicación.

Unas ayudas que también se pueden pedir a la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla–La Mancha, que otorga partidas para el arreglo de los caminos rurales. Así lo asegura José Luis Tenorio, delegado provincial de este departamento en Guadalajara. “Desde la Junta de Comunidades sí que trabajamos sobre este tipo de trayectos a través de diferentes líneas”, confirma.

En consecuencia, y aunque se ha avanzado en la conservación de algunas pistas y carreteras de la Serranía, todavía queda trabajo por hacer. Existen determinadas vías de comunicación que se han de mejorar, como la que une Campillo de Ranas y El Cardoso de la Sierra. Un trabajo que se ha de realizar para asegurar que la comarca siga teniendo vida. Porque poseer unas buenas comunicaciones es el primer paso para evitar que los pueblos se sigan vaciando. Y unas localidades llenas de vida es el mejor seguro para que la Sierra Norte conserve los valores naturales, culturales y etnográficos que la definen…