Los mozos de Trillo plantaron el mayo

trillo_mayos010516Trillo vivió anoche su fiesta de los mayos, en la que es, junto a las navidades, una de las celebraciones tradicionales más sentidas en la localidad ribereña, puesto que muchas de las parejas de antaño se fraguaron al son de los cantos tradicionales de la última noche del mes de abril, o más bien habría que decir la primera de mayo.

Emilio Bachiller, trillano de 86 años, recordaba ayer cómo cuando oscurecía el día treinta, a partir de las diez, se juntaba su cuadrilla de amigos, de quince o veinte mozos, para cantarle, primero, “los mayos a la Virgen”, en la misma puerta de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, siempre después de pedirle permiso al alcalde. La copla que nunca falta dice: “A tus puertas gran señora, los mozos hemos llegado, a cantar mil alabanzas, a la Virgen del Rosario”.

La ronda comenzaba por el barrio alto del pueblo, para bajar por la calle de la Vega, sin faltar una casa en la que hubiera mozas. Ya con sol, la comitiva tomaba el camino de El Colvillo, hacia el poblado del Hospital Leprológico.

En el entorno de La Isla, los mozos de Trillo cortaron un chopo, de en torno a catorce metros de altura. Su estatura competía con la de la torre de la iglesia. Después de que terminaran los cánticos a la puerta de la Iglesia, de mayos y jotas, a eso de las doce y media de la noche, el mayo estaba plantado en el centro. Al principio se resistió el palo, pero nada pudo luego con la fuerza de la juventud, divino tesoro. El Ayuntamiento de Trillo apoyó esta tradición y propició la degustación de licores de la tierra con vino, churú y aguardiente.