Los Reyes Magos, además de regalos e ilusión, trajeron la lluvia

Seguramente más de uno pidió en su carta a los Reyes Magos que nos trajeran la lluvia que tanto necesitamos después de esta pertinaz sequía.

Pues bien los Reyes Magos de Oriente, que todo lo consiguen, trajeron la lluvia a Guadalajara, algo molesta, pero no importaba para ver a los Magos pasarse en carroza tirada por bueyes por las calles de Guadalajara.

No dejó de llover prácticamente durante toda la cabalgata. A media tarde, en las cercanías de la calle Madrid, comenzó la cabalgata, pasar por la Plaza de España, Miguel Fluiters, calle Mayor, pase de Fernández Iparraguirre hasta el belén que se había instalado a las puertas de San Ginés.

La comitiva real la encabezaban las diferentes agrupaciones de dulzaineros: Mirasierra, Pico del Lobo y Kalaberas; les seguían el pueblo llano precedidos de unas 200 ocas que hicieron que muchos niños miraran asombrados a estos animales.

Después la Virgen Maria montada en un borriquillo camino de Belén y la carroza de Herodes, totalmente serio e impertérrito, estático y casi sin mover un solo pelo. Después llegaron los tres magos de Oriente ante el griterío de los miles de niños que abarrotaban las calles. Primero, Melchor, saludando a todos los niños e incluso recogiendo alguna carta rezagada, iba montado en una carroza tirada por un gran buey; mientras su pajes tiraban miles de caramelos que eran recogidos por la chiquillería e incluso sus padres provistos de paraguas.

Seguidamente llego Gaspar y por último Baltasar en sus respectivas carrozas también acompañados de sus pajes. La emoción de los niños iba en aumento y no paraban de gritar a sus reyes preferidos.

La cabalgata finalizó con los Minioms, Dave, Stuart, Jerry, Jorge, Tim, Mark, Phil, Kevin, Bob, Jon y Carl que saludaron a toda la chavalería, seguida de los emojis.

Finalizando el recorrido por las calles de la capital se llegó hasta las puertas de San Ginés donde sus majestades fueron recibidos por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román y acto seguido subieron a la plataforma para recibir el saludo y el cariño de los niños de Guadalajara, a los que el Rey Melchor dedicó una emotivas palabras en nombre de sus dos compañeros de viaje.

La noche no daba para más y el acto se aligeró por la persistente lluvia que en este caso sí era bienvenida. Los padres con sus chavales abanderaron rápidamente el recinto para llegar casa pronto y acostarse y a la espera a los regalos que los Magos de Oriente les han dejado en esta noche.