Los vermús regresan a Guadalajara por Navidad…

Foto: @hacemosGuada
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Hay tradiciones que desaparecen. Otras que se mantienen. E, incluso, algunas veces surgen nuevas costumbres… Es una realidad dinámica, como la vida misma. Los tiempos cambian y los jóvenes siempre llegan con empuje y nuevas ideas. Algo que, en la mayoría de las ocasiones, es positivo. Al fin y al cabo, en cada momento existen unas necesidades específicas y la realidad termina por adaptarse a ellas…

Esta circunstancia también se observa en Guadalajara. Más concretamente, durante las Navidades. En los días principales de estas fiestas –24 y el 31 de diciembre– se está dando un cambio en los hábitos ciudadanos. De unos años a esta parte, tanto el centro histórico como el eje formado por La Concordia y el paseo de San Roque se ven «invadidos» por barras de bar, música y ciudadanos.

Desde mediodía y hasta las siete de la tarde –límite establecido por orden municipal– se desarrollan una quincena «vermús navideños». Desde hace aproximadamente cinco años, diversos establecimientos hosteleros han querido estimular esta tradición, que ya se desarrollaba en algunos barrios de la ciudad. Una fiesta que, cada vez, tiene un mayor número de seguidores. Y no sólo de Guadalajara. También procedentes de otros puntos de la provincia y del país, que quieren participar en dicha celebración.

Foto: Casino Principal
Foto: Casino Principal

En consecuencia, durante estos días no es extraño observar una gran animación por las calles y plazas arriacenses. Un ir y venir que, además, se encuentra amenizado por charangas, dulzaineros y otras agrupaciones musicales. Incluso, se han llegado a instalar escenarios en el centro histórico, que permiten el disfrute de DJ´s.

Sin embargo, ¿cómo apareció una costumbre de estas características? “Tenemos el privilegio de ser los pioneros en estos vermús, al ser los primeros en hacer una cosa parecida hace ya cuatro o cinco años”, asegura Irene Morales, una de las representantes del bar «Puerta Gayola», ubicado en la céntrica plaza de San Esteban. “En sus inicios realizamos un «vermú flamenco», que tuvo muy buena acogida. Y lo hicimos tanto el 24 como 31 de diciembre”, rememora la hostelera.

Desde entonces, y teniendo en cuenta el éxito que alcanzó la iniciativa, la mantuvieron. De hecho, a la misma se han ido sumando otros restaurantes y establecimientos de la ciudad. “Se ha convertido en una tradición –incluso– provincial”, confirma Irene Morales. “Es un gran evento para Guadalajara, que le da mucha vida a la capital”, agrega.

– En este sentido, ¿cómo surgió la idea de que su negocio organizase el mencionado «vermú flamenco»?

– Fue algo que surgió de un conjunto necesidades –aseguran desde este bar–. Nuestro establecimiento pertenece a dos familias y vimos la posibilidad de juntarnos en Navidad para vernos, convocando, también, a conocidos y amigos. Y, para ello, decidimos impulsar un evento especial, que fue el vermú…

Desde aquel momento, la mencionada idea ha ido creciendo hasta llegar a lo que es hoy.

Actualmente se programan diversas actuaciones musicales en varios puntos de la ciudad. Un ejemplo de ello es la calle Alfonso López de Haro, donde se ha llegado a instalar un escenario por el que pasan diversos creadores y artistas.

Antonio Fernández Valero es uno de los asistentes a estos vermús. Lo ha hecho durante los tres últimos años. Señala que es una buena justificación para verse con amigos y familiares que ––habitualmente– viven fuera de Guadalajara, pero que regresan a la ciudad durante las Navidades. Sin duda, una excusa magnífica para reencontrarse con hermanos, primos y amistades que, por diferentes motivos, ya no viven en la capital provincial.

Sin embargo, este tipo de celebraciones van más allá. Su relevancia transciende al ámbito privado. Dan ambiente a diferentes plazas y calles arriacense. “No sólo se dinamiza el centro. Estos vermús transcienden a la zona de Bardales. De hecho, en los alrededores de La Concordia también suele haber bastante movimiento”, explica Antonio Fernández, quien considera que este tipo de propuestas son muy positivas.

No obstante, Fernández Valero echa en falta algunos elementos durante este tipo de iniciativas. Entre ellos, un mayor número de actuaciones en directo de grupos, “más allá de música electrónica” y DJ´s. Además, otro vecino de la ciudad, César Fernández, que ha participado en estos eventos como asistente y como trabajador de «El Perdigacho de Bardales», también aboga por una mayor limpieza.

Foto: @hacemosGuada
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“Uno de los puntos que haría falta mejorar por parte del Ayuntamiento sería poner más baños públicos”, recomienda este vecino. Una opinión que es compartida por otro vecino arriacense, Ramón Núñez, quien pide “más urinarios”. De todos modos, César Fernández insiste que estos vermús son ideas a valorizar, ya que congregan a mucha gente, generándose “muy buen ambiente” entre los participantes. “Te encuentras con personas que hace bastante tiempo que no ves”, describe Fernández. Por tanto, dichas iniciativas “están bien para animar el centro, pero no hay que olvidar que es solo dos días, y el problema del abandono del casco persiste el resto del año”, subraya –a su vez– Ramón Núñez.

Sin embargo, algunos hosteleros también tienen peticiones. “Todo el ocio que acuda a nuestra ciudad es bueno, pero hay que controlarlo”, asegura Irene Morales, de «Puerta Gayola». Un control que, según esta empresaria, debería pasar por una mayor vigilancia ante la posibilidad de beber en la calle. “Se trata de una celebración que la estamos organizando negocios de Guadalajara, pero –al final– se ha desvirtuado un poquito debido al botellón. Y los comercios se pueden ver perjudicados por esto”, explica Morales. “Al final, esta fiesta se convierte en un macrobotellón en pleno centro…”, denuncia.

Desde el Ayuntamiento arriacense intentan abordar todos estos asuntos. Un tema sobre el que se está trabajando tiene que ver, precisamente, con la seguridad. “Durante la Navidad se establece un dispositivo especial en el que ya se han contemplado actuaciones de cara a los vermús. En el mismo participa tanto Policía Local como la Nacional”, explica Pilar Sánchez Castro, concejala de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Policía, Bomberos, Protección Civil, Servicios Jurídicos y Parque Móvil.

De todas formas, fuentes del Ayuntamiento de Guadalajara insisten en que estos «vermús navideños» se encuentran organizados íntegramente por una quincena de establecimientos hosteleros de la ciudad. Por tanto, el Consistorio solo aporta “la infraestructura y las normas correspondientes, ya que estos eventos se desarrollan en vía pública, por lo que están sujetos a las ordenanzas pertinentes”.

En este sentido, la segunda teniente de alcalde, Sara Simón, habló sobre este tema durante la tradicional rueda de prensa de Navidad. A preguntas de los periodistas, confirmó que se había reunido con los hosteleros para definir distintas cuestiones. Entre ellas, el estricto cumplimiento de los horarios, también en los «vermús navideños». Asimismo, Simón aseguró que se procederá a limpiar las calles y plazas en cuanto finalicen estas iniciativas, ya que el objetivo consistorial pasa porque “todo salga bien”.

Foto: La Carioquita
Foto: La Carioquita

El futuro de los vermús navideños
En cualquier caso, el grueso de los ciudadanos se muestran optimistas sobre la continuidad de esta celebración. Al fin y al cabo, los vermús del 24 y del 31 de diciembre tienen, cada vez, un mayor número de seguidores. “Si se hacen bien las cosas, iniciativas como esta durarán para toda la vida”, asegura Irene Morales. “A mí me gustaría que fuera así, que se mantuviera esta actividad, ya que se trata de algo muy bonito que hemos creado en una ciudad como Guadalajara”, añade.

De hecho, la celebración de este tipo de actividades también ha encontrado el apoyo de la asociación Paseo Comercial Miguel Fluiters, que agrupa a una cincuentena de establecimientos de la zona. “Estamos a favor de estos eventos. Todo lo que sea realizar actividades –del tipo que sea– en las calles del centro de Guadalajara es positivo”, aseguran. “El movimiento de gente por la ciudad es el primer paso para que se active el consumo en los comercios. Y este es nuestro objetivo final”, agregan.

De todos modos, nos encontramos ante una costumbre en pleno proceso de afianzamiento. Los «vermús navideños» tienen, progresivamente, un mayor seguimiento vecinal. De hecho, y como dato curioso, estas propuestas han comenzado a sustituir –en no pocas ocasiones– a los tradicionales cotillones del 24 y del 31 de diciembre. Así lo cree Antonio Fernández Valero. “Si sales por la tarde, te ahorras el trasnochar. Regresas a casa, cenas, te tomas las uvas y te vas a dormir. Así, el día 1 de enero te levantas más fresco”, confirma.

Una opinión que es secundada, en parte, por César Fernández, otro ciudadano de Guadalajara. “Los vermús siempre han existido en los bares de barrio. Lo único que ha cambiado ha sido sacar la música a la calle”, asegura. Ahora, quizá, exista “más desmelene”, confirma Fernández. En cualquier caso, “mucha gente que participa en estas actividades vespertinas, no sale por la noche”, corrobora.

Por tanto, las costumbres cambian. Se van adaptando a los nuevos tiempos. Hace apenas 10 años, para muchos era inconcebible celebrar un 31 de diciembre sin acudir a un cotillón. Pero, actualmente, muchos arriacenses han preferido cambiar la fiesta de noche por la de tarde. De esta forma, viven todo el ambiente de la ciudad y, al día siguiente, pueden seguir disfrutando de la compañía de familiares y amigos.

En este sentido, como dijo el novelista francés André Malraux:

«La tradición no se hereda, se conquista»