El mercado de la tierra de Azuqueca: una apuesta sostenible

La población mundial se encuentra cada vez más concentrada en las ciudades. Las áreas metropolitanas son progresivamente de mayor tamaño, mientras que el medio rural se despuebla de forma irremediable. Se trata de una tendencia planetaria. Se observa en los cinco continentes. Las urbes están más habitadas, al mismo tiempo que los pequeños pueblos tienen graves problemas demográficos. Es una evolución que se debe corregir si queremos mantener un territorio estructurado y un medio ambiente sano y conservado.

Sin embargo, y a pesar de lo complicado de la situación, están surgiendo propuestas a nivel local que podrían mitigar esta realidad. Ideas que permitirían, por un lado, la aparición de productores de proximidad, y, por otro, la adquisición de artículos sostenibles y desmarcados de los grandes circuitos de compra. Lo que, a la larga, posibilitaría una remuneración más justa a sus fabricantes…

Un ejemplo de ello lo tenemos muy cerca, en Azuqueca de Henares. Hablamos del mercado de la tierra, que llega hasta la localidad el tercer sábado de cada mes. Todo un lujo al lado de casa. Más concretamente, se ubica en el parque de la Constitución de la villa. Y, si llueve, se traslada a los soportales de la casa Consistorial.
– Pero, exactamente, ¿en qué consiste esta propuesta?

– Se trata de una iniciativa impulsada por una serie de productores ecológicos que venden sus mercancías en el municipio –señala el concejal de Desarrollo Sostenible azudense, Juan Pablo Román–. Son un total de 16 puestos, aunque no todos vienen a la vez. De media, suelen acudir unos ocho profesionales al mismo tiempo…

¿Y cuál fue el origen del evento? “En un inicio, éramos un montón de horticultores que queríamos montar varios mercados en diferentes pueblos de la provincia”, confirma Nuria Tornero, una de las participantes en la actividad. De hecho, la primera edición de este evento no tuvo lugar en Azuqueca. Se desarrolló en Moratilla de los Meleros, en plena comarca de la Alcarria.

“Uno de los productores procedía de allí y propusimos la idea a la alcaldesa, que era encantadora. Le gustó la iniciativa y, por tanto, la realizamos en dicho lugar”, recuerda Tornero. Y, posteriormente, organizaron la cita en otros emplazamientos de Guadalajara. “Si había un pueblo al que le gustase la propuesta, nos daba cobijo e íbamos para allá”, confirma los organizadores.

La llegada a Azuqueca
Pero enseguida, el Consistorio azudense se interesó por el mercado de la tierra. Y nos propuso establecerlo en sus calles. “A Azuqueca le gustó mucho la actividad y nos llamó para que la hiciéramos allí”, rememora Nuria Tornero. De hecho, se comenzó a programar en esta localidad hace ya cuatro años, en octubre de 2014. Y, desde entonces, nunca ha fallado, salvo por el tradicional parón estival –se toma un respiro los meses de julio y agosto–.
– Sin embargo, ¿por qué la iniciativa se organiza mensualmente y no con una mayor periodicidad?

– Lo ideal sería que en el mercadillo semanal existente en la localidad se destinara un apartado orientado a los productos locales –explica Nuria Tornero–. Pero de acuerdo al modelo que hay en la actualidad, en el que nuestra propuesta tiene entidad propia, al final optamos por organizarlo cada mes.

De esta manera, el cliente que deseé acudir a dicho encuentro se puede encontrar con una multiplicidad de posibilidades. Desde alimentación a cosmética natural, pasando por repostería, ropa u otras alternativas. “Incluso hay puestos con mercancías de segunda mano”, confirman desde el Ayuntamiento.

Y, siempre, se logran colmar los parámetros de las personas más exigentes. “Han venido productores fantásticos, como un chico que realizaba un vino ecológico de una gran calidad, así como otro profesional que vendía unos quesos magníficos”, añade Nuria Tornero. “Es una manera de recordar a la ciudadanía que estamos ahí y que ofertamos unos artículos realizados de forma sostenible”, añade.

No hay que olvidar que las mercaderías que se venden durante esta propuesta, además de ecológicas, también son de cercanía. En su mayoría se producen en la misma localidad de celebración o en sus proximidades. “Algunos de los profesionales que participan en la iniciativa son de aquí, de Azuqueca, mientras que otros vienen de distintos puntos de Guadalajara e, incluso, de la Comunidad de Madrid”, confirma el concejal Juan Pablo Román.
– Empero, ¿qué respuesta obtiene la mencionada convocatoria por parte de la ciudadanía? ¿Se acercan muchos azudenses a comprar?

– Tiene bastante acogida –confirman desde el Consistorio–. Quizá no toda la que les gustaría a los productores, pero existe una clientela fija.

Los implicados en el mercado confirman este extremo. “Sí que existe una buena afluencia”, señala Nuria Tornero. “Lo que pasa es que, quizá, no sea tan grande como nosotros quisiéramos”, señala. Pero, en cualquier caso, están contentos con que la iniciativa se pueda realizar y que cuente con una serie de compradores habituales.

El compromiso de las administraciones públicas
Y el Ayuntamiento, ¿cómo colabora con la iniciativa? “Ofrecemos un espacio a los participantes, les damos apoyo institucional y les ayudamos en la difusión”, confirma el edil responsable de Desarrollo Sostenible, Juan Pablo Román. “Desde el Equipo de Gobierno municipal siempre han respaldado esta iniciativa”, corrobora Nuria Tornero.

E, incluso, el Consistorio llegó a echar una mano en lo económico. “Al inicio, el Ayuntamiento de Azuqueca también cooperó con dinero, que nosotros empleábamos para dinamizar el mercado. Traíamos cuentacuentos, malabares… Y, en alguna ocasión, llegamos a montar una exposición de agroecología. Hubo gente que, con el fin de apoyarnos, redujo su caché para que pudiéramos disfrutar de sus espectáculos y trabajos”, rememora Tornero. De todos modos, “si los responsables políticos de la localidad no nos hubieran asistido, a lo mejor el mercado no estaría en funcionamiento”, aseguran sus organizadores.

En cualquier caso, y tras cuatro años de ediciones ininterrumpidas, esta propuesta se ha constituido como un evento imprescindible en el calendario provincial. Muchas personas se reservan el tercer sábado de cada mes para acudir a la mencionada actividad, para –así– poder adquirir productos ecológicos y de cercanía. “Se trata de un acontecimiento que se ha consolidado”, confirma el edil.

De esta forma, se da cabida a productores locales en contextos urbanos. Es una manera de mantener vivo el medio rural y la industria sostenibles. Pero, al mismo tiempo, es cierto que, en España, falta mucho por hacer en este sentido. Sobre todo, desde los poderes públicos –salvo honrosas excepciones, como la del Ayuntamiento azudense–. Por ello, son necesarias políticas de apoyo al campo y a los profesionales que trabajan en él.

Y no hay que irse muy lejos para observar modelos positivos. El caso francés nos puede servir de ejemplo. Pero, mientras tanto, ideas como la que tiene lugar en Azuqueca son fundamentales. Se deben conservar. Y apoyar. Debemos seguir apostando por ellas. Al fin y al cabo, en las mismas se ofrecen artículos de gran una calidad, que se adquieren directamente a las personas que los han producido. Sin intermediarios. Todo un lujo al alcance de todos.