«Pepito» será el nuevo cabezudo de la comparsa de Guadalajara

Ya se acercan las Ferias de la capital. Un año más, la ciudad se vestirá de largo para recibir a su «Semana Grande». Unos días en los que se disfrutará de una gran variedad de actividades, que van desde la música a las propuestas infantiles, pasando por las peñas o por iniciativas culturales, entre otras ideas. Todo ello tendrá como finalidad llevar la alegría y diversión a los ciudadanos arriacenses.

Entre los eventos con un mayor seguimiento –sobre todo, por parte de los más jóvenes– se encuentran los desfiles de la comparsa de Gigantes y cabezudos de Guadalajara. La referida agrupación posee una gran historia a sus espaldas. De hecho, este año ha incrementado sus componentes con un nuevo miembro. Se trata del popular quiosquero José Montes Ortiz, conocido como «Pepito», del que se ha hecho un cabezudo.

José Montes Ortiz nació en Guadalajara en 1921. Se hizo muy conocido por gestionar su famoso quiosco ubicado en Santo Domingo, donde vendía golosinas, tebeos, cigarrillos sueltos y cromos. Allí trabajó desde el verano de 1952 –cuando le fue concesionado el espacio por parte del Ayuntamiento– hasta 1999, momento en el que se jubiló…

Su «tienda» estaba construida en madera verde y, en su interior, se distinguían decenas estampitas de la virgen. No en vano, Pepito era muy devoto de Nuestra Señora de la Antigua. “Fue miembro de la cofradía de la patrona de Guadalajara desde que nació”, relata Eduardo Díaz Pérez, uno de los impulsores del homenaje a Montes Ortíz.

Además, en las paredes del negocio también se distinguían un sinfín de postales de la capital. “Allí, Pepito era el hombre más feliz del mundo, porque –además de atender a la clientela– en sus ratos libres guardaba todo tipo de recuerdos de la ciudad. E, incluso, recortaba todas las noticias que los periódicos publicaban sobre Guadalajara”, confirma Díaz Pérez.

Al mismo tiempo, este vecino se caracterizaba por su generosidad. “Parte de las ganancias que obtenía las entregaba a las monjas del Asilo de la ciudad, para que las destinasen a aquellas familias que pasaban hambre y calamidades”, confirma Díaz Pérez. Pepito falleció en abril de 2001, dejando un espacio imborrable en la memoria de Guadalajara.

La génesis del homenaje

Ferias y Fiestas de Guadalajara 2017

Entre los últimos deseos de este afamado quiosquero se encontraba la dedicatoria de una calle en la capital. Esta aspiración –como tal– no se ha cumplido. Sin embargo, sí que existe un parque que lleva su nombre. Y, ahora, la comparsa de Gigantes y Cabezudos también incluirá un personaje en su honor.
-Pero, ¿cómo apareció la idea de realizar este reconocimiento a José Montes Ortiz?

– Como era un personaje muy emblemático de la ciudad, hace dos años, durante un café que nos tomamos el periodista Ángel de Juan y yo, surgió la propuesta de rendir un homenaje a Pepito –explica Eduardo Díaz Pérez.

Seguidamente, comenzaron las oportunas gestiones –tanto con los familiares como con el Ayuntamiento– para hacer realidad el cabezudo. Así, y gracias a dicho esfuerzo, “en las Ferias de 2019 se va a estrenar la representación en honor a José Montes Ortíz”, confirman los impulsores.

La puesta de largo tendrá lugar el próximo miércoles, 4 de septiembre, a partir de las 20.30 horas, en el Centro Municipal Integrado «Eduardo Guitián». El evento estará conducido por la periodista Mónica Chaparro. Durante el evento también se podrá disfrutar del recital del grupo alcarreño «Pangea».

Así se quiere dar a conocer el nuevo miembro de la comparsa arriacense. Una agrupación con más de un siglo de historia y que –en la actualidad– se compone de 12 Gigantes y 19 Cabezudos. Los orígenes de la actual agrupación enraízan a inicios del siglo XX. El motivo no era otro que potenciar las Ferias de la ciudad.

Ferias y Fiestas de Guadalajara 2017

“En 1900 se compraron dos cabezudos, los de don Quijote y Sancho Panza”, describía el técnico de patrimonio del Patronato Municipal de Cultura, Pedro José Pradillo. Unas representaciones que todavía hoy se conservan y que se alzarían como las más antiguas de la agrupación actual, según fuentes consultadas por este medio.

Sin embargo, los Gigantes y Cabezudos se fueron deteriorando con el paso de los años. Algunas de las figuras se encontraban en tan malas condiciones que, en 1995, tuvieron que traerse algunas composiciones desde Alcalá de Henares para que la tradición pudiera seguir realizándose. Una situación que llevó a Juan José Molina y a Julio García Bilbao, expertos en la materia, a elaborar un protocolo de conservación y utilización. Tras redactar el documento, ambos autores se lo presentaron al Consistorio arriacense, que lo tuvo en cuenta.

Desde el Ayuntamiento de Guadalajara mandaron arreglar la comparsa. Sobre todo, los seis Gigantes –Alfonso VI, Constanza de Borgoña, el capitán Al-Faray, la princesa Elima, Moctezuma y la Malinche–. “Desde el equipo de gobierno fueron muy receptivos. Nos aceptaron la idea y se pusieron manos a la obra. Incluso, cada año, hubo una nueva incorporación”, describía el músico y folklorista Juan José Molina.

Así, se pasó de seis a 12 Gigantes. Entre los nuevos ingresos se encontraron las parejas formadas por los emperadores chinos; el melero Roque y la alcarreña Antigua; y el Marqués de Santillana y la Princesa de Éboli.

Una ampliación que ha continuado en periodos posteriores. Realidad que se ha podido comprobar con la incorporación de los cabezudos de Mangurrino y Pepino. De esta forma, se ha buscado completar la agrupación, colocándola como una de las principales de España.

Una historia de siglos
Sin embargo, y a pesar de que la actual comparsa arriacense cuenta con poco más de 100 años, nos encontramos ante una tradición centenaria en la ciudad. Existen referencias de la misma en el siglo XV. En aquella época, estas figuras aparecían en la procesión del Corpus Christi. “La noticia más antigua procede de 1459”, aseguraba Pedro José Pradillo.

Sin embargo, años más tarde, durante el reinado de Carlos III –que se prolongó entre 1759 y 1788–, este tipo de representaciones se prohibieron durante el Corpus. Una medida que estuvo vinculada al mantenimiento de la pureza del menaje teológico… “Se habían convertido en personajes teatrales, que desvirtuaban la verdad evangélica de la transubstanciación, según la monarquía”, explicaba Pedro José Pradillo.

Esta decisión generó que los desfiles de Gigantes y Cabezudos aparecieran en otras celebraciones. Una situación que se vio reforzada por una segunda circunstancia. Poco antes de la disposición de Carlos III, Francisco Londoño había renovado la comparsa arriacense. “Entonces, como la inversión estaba hecha, y como al público le agradaba ver a estas figuras, las autoridades municipales decidieron incorporarlas a las fiestas de Guadalajara”, narraba el técnico municipal.

En cualquier caso, y a pesar de que ha tenido una importante evolución durante los cinco siglos de su existencia, la mencionada tradición sigue muy viva en la capital. La reciente inclusión de Pepito es un ejemplo de ello. Porque, como indicó el escritor y diplomático mexicano Carlos Fuentes:

«Para crear debes ser consciente de las tradiciones, pero para mantener las tradiciones debes crear algo nuevo»