Reivindicar el Monasterio de Bonaval (Retiendas)

Monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval, en Retiendas
Monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval, en Retiendas

Los monasterios no han sido, precisamente, los monumentos mejor conservados de Guadalajara. Algunos, como el de Óvila, sufrieron un expolio consentido a EEUU; otros, como el de Buenafuente del Sistal, han sido reconstruidos y habilitados como lugar de hospedaje o de retiro espiritual. Y algún otro, mucho más desgraciado, permanece anclado en el olvido y condenado, parece que sin remedio, a un proceso de degradación paulatina. Tal es el caso del monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval, en Retiendas. Todo ello no es óbice para que el lugar merezca una visita pausada.

Bonaval ocupa un espacio central dentro de los monumentos que se construyeron en época medieval. Se fundó en 1164 y se confirmó en 1175. Su construcción se debe al rey Alfonso VIII de Castilla, aficionado a la Orden de los monjes cistercienses. El monasterio es hoy una ruina, pero ahíta de historia y arte. Las piedras aparecen esparcidas por el suelo, el interior ofrece una sensación angustiosa de hundirse en poco tiempo y la estructura que se conserva se encuentra muy deteriorada. Los muros incluso han ennegrecido fruto del abandono progresivo al que se ve sometido.

Monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval, en Retiendas
Monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval, en Retiendas

El monasterio se levanta a dos kilómetros de la localidad de Retiendas, cerca de Tamajón, justo en la entrada que comunica con la sierra del Ocejón. El viajero puede acercarse tomando la carretera que une Retiendas con Valdesotos. “Bonaval –escribe el escritor Serrano Belinchón– pasó en sus mejores momentos un tanto desapercibido, no recibiendo demasiadas mercedes ni sufriendo por la misma razón excesivos castigos”.

El historiador e investigador alcarreño Jesús Carrasco Vázquez, escribe: “llegado hasta nosotros por el esfuerzo de las generaciones que nos precedieron, es obligación nuestra mantenerlo, conservarlo, acrecentarlo y entregárselo a nuestros hijos para que recogiendo el testigo, hagan lo que vieron en sus mayores y puedan, a su vez, legarlo a los suyos. De esta forma lograremos que nuestro patrimonio no se pierda”. El monasterio es un soberbio ejemplo de las construcciones cistercienses. El lugar elegido para erigirlo tampoco es casual y responde a los mandatos de esta comunidad de alejarse del bullicio y los núcleos de población. Buscaban la tranquilidad y la sencillez, rehuyendo “cualquier manifestación externa de riqueza”, según el citado profesor.

El más afamado representante de la orden del Cister fue San Bernardo de Clavaral. Carrasco apunta que “su desinterés por el mundo material les llevó a sentir la regla de San Benito de forma estricta, se les conocía como pobres de Cristo y causaba admiración la austeridad en la que vivían”. Esta manera de entender la vida monástica despertó hacia ellos una profunda admiración y los poderosos no tardaron mucho tiempo en facilitar las fundaciones para ser enterrados en los monasterios cuyos monjes llevaban una vida de santidad. Así es como nace el éxito del Cister y que en Bonaval se plasma con una mezcla de belleza amarga. Por lo que el edificio da a entender de lo que un día fue y por su lamentable estado actual.
La parte conservada del monasterio, según los historiadores de arte, data del siglo XIII y cuenta con elementos románicos y del pregótico cisterciense, fundamentalmente, en su cabecera de tres ábsides. La fábrica que ha llegado a nuestros días presenta una factura excelente que impacta a la vista.

El templo, cuya decadencia se remonta al siglo XIII, se hundió parcialmente en el siglo XVII. Actualmente, tanto el Ayuntamiento de Retiendas como la Asociación Cultural Buen Valle de Retiendas, impulsora de la plataforma Salvar Bonaval, son los principales artífices del movimiento que exige la rehabilitación de este monumento y el cumplimiento de las normas de patrimonio.

La Junta de Castilla-La Mancha ha llevado a cabo durante los dos últimos años algunas intervenciones aisladas destinadas a consolidar los muros del monasterio, aunque todas han sido infructuosas y no se ha logrado el objetivo final de su rehabilitación. En 2016, el Gobierno autonómico ha reservado una partida de 200.000 euros para Bonaval en los Presupuestos regionales, lo que abre la puerta de la esperanza para el monumento. La plataforma Salvar Bonaval, no obstante, exige la expropiación del inmueble.