Una macrogranja porcina planea sobre Luzón

Imagen aérea donde se pretende construir la macrogranja de cerdos en Luzón
Imagen aérea donde se pretende construir la macrogranja de cerdos en Luzón

Ha sido el gran debate en España durante los últimos días. Se han emitido muchas opiniones al respecto. Y todo a raíz de un programa de televisión. La última edición de Salvados, presentado por Jordi Évole, dedicó su último espacio a la producción de la industria cárnica en España. El debate sobre la ganadería intensiva llegaba así a los grandes medios y –sobre todo– a las redes sociales. Justamente cuando la polémica se encontraba en su punto álgido, saltaba la noticia en Guadalajara. Ecologistas en Acción (EA) alertaba sobre un nuevo proyecto de macrogranja porcina en la provincia. Más concretamente, en Luzón.

Según denunciaban desde la organización conservacionista, consiste en una iniciativa promovida por un particular, que contaría con el beneplácito del Ayuntamiento de la localidad. De hecho, y según los portavoces de EA, dicha institución local “cederá una parcela municipal y la recalificará”, para que se pueda construir la mencionada explotación. “Se trata de una propuesta que, como viene siendo habitual, ha sido presentada con grandes carencias, obviando los graves impactos que provocan este tipo de explotaciones”, aseguran los ambientalistas.
Por tanto, ya han registrado las correspondientes alegaciones. “La infraestructura se pretende construir dentro de la Red Natura 2000, en la zona de especial conservación «Parameras de Maranchón, Hoz del Mesa y Aragoncillo». También incumple la normativa regional de evaluación de impacto ambiental, al no proponer ninguna alternativa al emplazamiento elegido”, señalan. “A pesar de la cantidad de terrenos públicos y privados existentes en el término municipal de Luzón, en el proyecto se indica que sólo hay una opción, la ofrecida por el promotor”, denuncian desde Ecologistas en Acción.

Las afecciones sobre el entorno
Sin embargo, ¿cuáles serían los principales daños que generaría esta industria? En primer lugar, la sobreexplotación de los acuíferos de la zona. El consumo anual de líquido elemento por parte de la mencionada factoría sería de unos 7.280 metros cúbicos. “De acuerdo al estudio de impacto ambiental presentado por la promotora, la macrogranja no tendría garantizado el suministro de agua”, critican desde EA.

“En el mencionado documento, los impulsores reconocen que se surtirían a través de un pozo cuya existencia no especifican, como tampoco precisan si tiene concesión y si cubriría las necesidades sin mermar el caudal de manantiales o cauces públicos”, añaden. Por tanto, los ecologistas creen que la captación se realizaría sobre el acuífero de Sigüenza-Maranchón, por lo que los recursos hídricos de las proximidades se verían muy afectados. Algo que podría acabar perjudicando a los manantiales, ríos y otros puntos de abastecimiento existentes en la comarca.
Pero si el consumo de agua podría ser importante, tampoco se debe pasar por alto la posible contaminación que, sobre la hidrología, generarían los purines producidos por la mencionada industria. De acuerdo al tamaño del proyecto, podrían ser unos 4.300 metros cúbicos al año. Se trata de unos residuos ricos en nitrógeno que, posteriormente, se esparcirían por los campos de labor como fertilizante, pudiendo filtrarse y llegar hasta las reservas acuáticas. “Además, la cuenca de vertido sería la del río Blanco, un afluente del Jalón. Por tanto, la contaminación también afectaría a Castilla y León y Aragón, territorios que atraviesa la referida red fluvial”, alegan desde EA. “El impacto sería irreversible”, indican.

Sin embargo, las consecuencias negativas de esta explotación intensiva sobre el entorno no acabarían aquí. Los habitantes de la comarca también deberían soportar malos olores o el incremento de emisiones contaminantes. Entre ellas, las protagonizadas por el metano –uno de los principales causantes del efecto invernadero– y el óxido de nitrógeno, que puede generar lluvia ácida.

Y los vecinos, ¿qué opinan de esto?
Desde la entidad ambientalista aseguran que mantienen conversaciones con varias personas de la zona. “Estamos en contacto con algunos vecinos de Luzón, pero sobre todo hemos hablado con gente de Maranchón y Layna –en la provincia de Soria–, debido al vertido de purines, los malos olores y la afección a la red hidrológica que podría tener la macrogranja”, confirma Alberto Mayor, de Ecologistas en Acción. “Están muy preocupados por este proyecto”, corrobora el representante ambientalista a Henares Al Día.

De hecho, este portavoz asegura que la proliferación de industrias como la que se quiere domiciliar en Luzón no es el camino para conseguir un desarrollo sostenible, ni desde el punto de vista ambiental ni desde la perspectiva económica. “Estas iniciativas representan un modelo altamente contaminante, además de impactante con otras potenciales actividades que se quieran instalar en el medio. Se trata de realidades que actúan en detrimento de las pequeñas explotaciones, más respetuosas con el entorno y que generan más empleo”, explica. “Por tanto, la idea que se está planteando perjudica al medio rural y al asentamiento demográfico en los pueblos”, asegura.

– En consecuencia, ¿qué opina del apoyo del Consistorio de Luzón a este proyecto? – pregunta el periodista.

– Nos parece indecente que se ceda una parcela municipal para apostar por una industria contaminante y perjudicial para el desarrollo sostenible de la comarca –indica Alberto Mayor–. Además, ya se está llevando a cabo el procedimiento administrativo para recalificar el espacio donde se ubicaría la explotación. Una zona que, no lo olvidemos, forma parte de la Red Natura 2000…

Desde Henares al Día hemos intentado contactar con el alcalde de Luzón, Francisco Julián Romero, para conocer su posicionamiento sobre este tema. Sin embargo, nos ha sido imposible hablar con él. No ha respondido a nuestras llamadas. Mientras tanto, los representantes de Ecologistas en Acción insisten en su oposición al proyecto. Y, por consiguiente, solicitan a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que “impida la ejecución de del mismo y que modifique la legislación actual para evitar que la región sufra los graves problemas que ya padecen otras comarcas de Cataluña, Aragón o Murcia debido a este tipo de explotaciones intensivas”. Asimismo, piden que “tanto los ayuntamientos afectados como toda la población se opongan a esta macrogranja, debido a los graves impactos ambientales y económicos que supondría su puesta en marcha”.

Sin duda, la ganadería intensiva se constituye como un tema polémico que, en los últimos días, se encuentra de gran actualidad. Además, se trata de un asunto que afecta a dos realidades fundamentales para la supervivencia del ser humano. Por un lado, la producción alimentaria y, por otro, la conservación del medio ambiente. Dos caras de una misma moneda que están condenadas a entenderse. Porque, como señala el escritor y economista español Fernando Trías de Bes:

«El mejor modelo de negocio no es aquel que más crecimiento proporciona, sino el que más fácil y rápidamente genera beneficios dentro de una sostenibilidad»