Tres farmacéuticas del hospital de Guadalajara se encuentran atrapadas en Perú

Desde hace unos días, tres farmacéuticas del Hospital Universitario de Guadalajara se encuentran en Perú sin poder regresar a España, debido al clima de inestabilidad que sufre el país, tras la destitución del presidente constitucional, Pedro Castillo, por parte del Congreso. Los nombres de las tres alcarreñas son Tamara, Gema y Patricia. “Nos encontramos nerviosas, intranquilas y preocupadas”, confirmaba la primera de ellas, Tamara, en declaraciones a Guadalajara Televisión. “Estamos viendo que la situación es cada vez peor y no sabemos qué hacer”.

Esta tríada de profesionales llegó el pasado domingo, 11 de diciembre, a Cuzco, una ciudad ubicada al sureste peruano, en la vertiente oriental de los Andes. Desde entonces, todas las actividades que tenían programadas se fueron cancelando progresivamente. No pudieron acudir ni a excursiones en la naturaleza ni a visitas culturales que tanto deseaban. Además, el lunes 12 cerraron el único aeropuerto cercano –el cuzqueño–, por lo que se encontraron en una situación de bloqueo. No se podían mover de la ciudad. Tampoco por vía terrestre.

“Las aerolíneas no se hacen cargo de las cancelaciones de nuestros vuelos, y si los cambiamos, debemos pagar la totalidad del importe”, denunciaba Tamara. “Nadie nos ofrece una solución”. A ello se suma que las afectadas no pueden salir del hotel, debido a las protestas ciudadanas. “Estamos atrapadas y cansadas”, se quejaba esta arriacense.
Las farmacéuticas tenían pensado regresar a nuestro país el pasado 16 de diciembre, jornada en la que partía su vuelo desde Lima hacia Madrid. “El problema es que la conexión aérea que nos iba a llevar hasta la capital peruana también salía la misma jornada. Y el aeropuerto de Cuzco se encuentra cerrado desde hace unos días, por lo también hemos perdido la vuelta a España”, explicaba Patricia, otra de las protagonistas del problema.

Ante este panorama, las tres mujeres decidieron contactar con la embajada de España en Perú y con el consulado general español en Lima, pero “no nos han dado ninguna solución”. Únicamente les ruegan paciencia. Incluso, les han asegurado que estarían trabajando en fletar un “vuelo humanitario”, para que los compatriotas en una situación similar tengan la oportunidad de regresar a España. Pero, tras las primeras esperanzas, ha llegado la decepción. La diplomacia de nuestro país todavía no les ha confirmado fechas…

Lo único que han conseguido es que los servicios consulares hispánicos pongan en contacto a todos los compatriotas en circunstancias semejantes. Así, han realizado un grupo de whatsapp con más de 100 integrantes. “Estamos un poco desesperadas. La incertidumbre es cada vez mayor”, aseguraba Gema, la tercera alcarreña afectada. “Queremos volver a casa cuanto antes”. Se acercan las navidades y desean estar con familiares y amigos. “Incluso, teníamos programados días de trabajo en el Hospital Universitario de Guadalajara, por lo que –si no podemos volver– nuestra labor tendrá que ser cubierta por otros compañeros”.

Tamara, Gema y Patricia forman parte del centenar de españoles que, a día de hoy, se hallan en Perú, sin poder regresar a España. Todos ellos se encuentran repartidos tanto en Cuzco como en Machu Picchu. Este último lugar es una ciudadela situada en las alturas andinas. Se construyó en el siglo XV, aunque muy pronto fue abandonada. Hoy es un parque arqueológico de gran relevancia y uno de los polos turísticos más visitados del país, recibiendo –anualmente– a miles de ciudadanos, que anhelan conocer un poco más a fondo la historia de América Latina.

El origen de todo
Las protestas en Perú comenzaron el pasado 7 de diciembre, tras la declaración de «permanente incapacidad moral» al presidente constitucional Pedro Castillo, aprobada por el Congreso peruano, con 101 votos a favor. Se le acusó de haber querido dar un autogolpe de Estado. De esta manera, despojaban al mandatario de su cargo, siendo detenido por efectivos de la Policía Nacional del Perú. Tras ello, lo internaron en una prisión capitalina.

Seguidamente, accedía al puesto Dina Boluarte, la que –hasta entonces– había sido la vicepresidenta de Castillo. Se hizo con el cargo ese mismo día, el miércoles 7 de diciembre. Una maniobra que muchos de los seguidores de Pedro Castillo consideran ilegítima, lanzándose a las calles para protestar en contra de la destitución del mandatario y de su encarcelamiento. Todavía hoy continúa privado de libertad.

De hecho, el Tribunal Supremo de Perú dictaminó prisión preventiva de 18 meses a Pedro Castillo por autogolpe de Estado, rebelión, conspiración y abuso de autoridad. Por ello, las manifestaciones de la ciudadanía peruana se han ido incrementando, sin que nadie sea capaz de ofrecer una solución política a la situación.