Celebrar la Soldadesca de Mazuecos

Las soldadescas se han consolidado como citas clave del calendario festivo de la provincia de Guadalajara. En concreto, en este apartado sobresalen tres fiestas que bien merecen ser conocidas y visitadas aunque por desgracia no todas se llevan a cabo en la actualidad.

Por un lado, hay que destacar la Soldadesca de Hinojosa, que lleva unos años sin celebrase. Se trata de una fiesta de moros y cristianos que incluye la representación teatral de un auto sacramental con un texto que narra la toma de la localidad por las tropas árabes y su posterior reconquista por los cristianos. Se representaba el primer domingo de junio, de una manera ininterrumpida hasta mediados de los años 50. Sin embargo, como consecuencia de la emigración dejó de hacerse durante muchos años, aunque se ha ejecutado alguna representación esporádica.

En cuanto a Codes, el segundo pueblo con soldadesca, en realidad, aunque su origen fuera de moros y cristianos, se trata de un alarde, que es el recuento de la tropa y que tiene lugar previo a la entrada en combate. La vestimenta actual no tiene nada que ver con su origen, llevando un traje azul y rojo con gorro con los mismos colores, algunos llevan picas y otros armas de fuego.

La seguntina procesión de “Los Armaos” es la encargada de custodiar el monumento del Jueves Santo y de acompañar en las procesiones. Van ataviados con un llamativo atuendo: calzón, polainas y faldilla roja, camisa, babero y guantes blancos y una coraza que les cubre el pecho, de ahí su nombre. Se cubren con un yelmo y llevan una pica en las manos, a semejanza de las utilizadas por los tercios españoles en los siglos XVI y XVII.

Y por último, la que nos ocupa, la Soldadesca de la Virgen de la Paz de Mazuecos. Mazuecos es un próspero pueblo situado en la Alcarria Baja dedicado a la agricultura, a la ganadería, con vides y olivos que pueblan su término municipal. Dispone de un gran iglesia parroquial dedicada a Santo Domingo, de estilo barroco y levantada en el siglo XVII; en ella destaca el Cristo Crucificado de su altar mayor y los retablos barrocos y una talla de su patrona la Virgen de la Paz.

El pueblo de Mazuecos celebra la fiesta de la Virgen de la Paz, declarada como Fiesta de Interés Turístico Provincial, los días 24 y 25 de enero. La fiesta consiste en rememorar cada año un hecho histórico acaecido a un hijo del pueblo en la Batalla de Lepanto. El 7 de octubre del año 1571, en el Golfo de Lepanto, tuvo lugar el combate naval de capital importancia que cambiaría el curso de la historia. Se enfrentaron una coalición cristiana, denominada Liga Santa, y formada por España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya y, por otro lado, los turcos otomanos.

Las tropas cristianos vencieron a las otomanas en una dura batalla naval. Embarcado en la galera Patrona Real, capitaneada por Acosta, el vecino de Mazuecos Juan López formó parte de esta expedición. Pero al resultar herido gravemente en un brazo, se encomendó a la Virgen de la Paz, patrona de su pueblo, que finalmente le acabó salvando de modo milagroso. Esto es lo que dice la leyenda que sirve de base para la Soldadesca, si bien cabe recordar que por allí andaba Daza Chacón, cirujano de la batalla de Lepanto, algo que seguro que influyó en su “milagrosa” recuperación.

En todo caso, al regresar a su pueblo, Juan López desfiló detrás de la virgen vestido de soldado con sus mejores galas, para agradecerla su milagro. En ese día hunde sus raíces la Soldadesca de Mazuecos, cuyo único fin es escoltar y acompañar a la virgen durante la procesión. Hoy el grupo de la Soldadesca lo compone un número indeterminado de jóvenes. Antaño participaban los quintos y hoy ya hay chicas en el grupo. Van vestidos con los trajes de los Tercios de Flandes: botas altas hasta la rodilla, casaca amarilla con manga abullonada, pantalón corto bombacho y calzas color rojo anaranjado y tocados de amplio sombrero de ala ancha. El capitán luce traje morado, mientras en el atuendo del abanderado predomina el color dorado.

Habitualmente, el grupo lo forman un capitán, un alférez abanderado, un sargento, dos cabos y cinco soldados, pero el número suele variar de año en año. Cada uno porta una pica y tienen como estandarte una gran bandera con atractivos colores, verde, blanco y rojo. A la salida de la iglesia, el abanderado hace un primer baile a la bandera, momento de gran expectación por las cabriolas que traza con el paño y el silbido de ésta al cortar el viento. La procesión hace diferentes paradas por las calles del pueblo y todos los soldados, capitán incluido, bailan a la bandera. También pueden bailarla cualquier vecino que lo desee y muchos lo hacen exhibiendo una verdadera maestría, ya que nos es fácil mover un paño tan grande y sin que se cometa un error.

La fiesta concluye con el regreso de la imagen a su templo parroquial acompañada de todos los vecinos y del personaje de la botarga que viste de vivos colores: verde, amarillo, rojo. Guarnecida por la cachiporra que blande entre las manos, la botarga es el personaje encargado de poner orden en la procesión por las calles al tiempo que corre a la chavalería. La Soldadesca de Mazuecos sigue siendo una de las tradiciones más vistosas y coloristas de Guadalajara.