Asistir a un concierto de folk de José Antonio Alonso

Nadie que aspire a escudriñar el legado musical en Guadalajara puede obviar la figura de José Antonio Alonso Ramos. Referente del folklore tradicional, se ha consolidado como un símbolo de la custodia del patrimonio etnológico en la provincia y un icono de la canción de autor en esta tierra, aunque con una proyección que excede Guadalajara porque su figura es muy conocida en estos ámbitos en el resto de España.

Alonso hunde sus raíces en Robledo de Corpes, una pequeña población de la sierra de Atienza, en el norte de Guadalajara. Es licenciado en Geografía e Historia por la Uned y técnico de Etnografía de la Diputación de Guadalajara, puesto desde el que trabaja por el rescate del patrimonio folklórico de una provincia extraordinaria rica y variada en tradiciones que se han visto afectadas por la despoblación. Alonso ha recorrido cientos de pueblos, ha hablado con cientos de informantes y ha recopilado un legado de valor inmaterial incalculable, tanto en sus canciones como en decenas de ensayos y estudios aparecidos en publicaciones especializadas.

La recuperación de la cultura tradicional de Guadalajara tiene en José Antonio Alonso a uno de sus principales baluartes. Durante 17 años dirigió la Escuela de Folklore de la Diputación Provincial, un centro pionero en el ámbito nacional. Precisamente, este trabajo le valió a esta escuela el X Premio Nacional de Folklore “Agapito Marazuela” en 2004. La trayectoria personal de Alonso está marcada desde sus inicios por el contacto con la música tradicional castellana. En su etapa de juventud formó parte de grupos como Pan de Centeno o Alquería. En 1987 obtuvo el primer premio en el Festival Regional de Canción de Autor de Castilla-La Mancha y, desde ese momento, se lanza a la interpretación acompañado de otros músicos.

A lo largo de más de tres décadas de carrera ha ofrecido conciertos por toda España, pero también en el extranjero (Portugal) y, por supuesto, en muchos pueblos de la geografía provincial. Alonso es un habitual en fiestas populares de Guadalajara, como el Día de la Sierra, o en festivales organizados en Guadalajara capital, como el Solsticio Folk.

Tiene a sus espaldas seis discos editados: Tierra de silencio, Guadalajara de Fiesta, Tierra de Silencio y Fiesta, El país de los líquenes azules, A la Luz del Crepúsculo y De puerta en puerta. En todos hace gala de un estilo particular marcado por su dominio de la escena y su voz rotunda y embriagadora. En sus canciones aborda temas variopintos, pero en los que siempre está presente la huella del poso de la tradición oral en la provincia. Entre sus trabajos publicados sobresalen varios estudios relacionados con los instrumentos musicales en Guadalajara, la indumentaria típica, las canciones de la Navidad alcarreña y la juguetería tradicional en la provincia.

Gracias a su fecundo trabajo en este terreno, Alonso se alzó con el premio “Popular Nueva Alcarria” en 1987 y con el galardón del Melero de Plata que otorgaba la extinta Casa de Guadalajara en Madrid. También ostenta la insignia de plata del grupo “Dulzaineros de Sigüenza” y en 2008 fue designado personaje destacado por la Fundación Siglo Futuro de Guadalajara.

Además de su producción musical y su labor en la investigación etnológica, una de las mayores aportaciones a este campo por parte de José Antonio Alonso cobró forma en 2011, cuando suscribió un convenio con la Diputación para impulsar el Centro de la Cultura Tradicional de Guadalajara, ubicado en la Posada del Cordón de Atienza. Este centro alberga una extraordinaria colección de 600 piezas etnográficas, procedentes del archivo de Alonso y de su mujer, Margarita Calleja, y agrupadas en varias unidades temáticas alrededor de la identidad, el medio natural y la arquitectura, el ciclo anual de fiestas y ritos, las creen-cias y espiritualidad, el ciclo vital de hombre y mujer, vida cotidiana y hogar, artes populares y comunicación y la artesanía.

El discurso expositivo tiene como eje central las piezas, colocadas en más de 40 vitrinas y plataformas que se complementan con otros 40 paneles informativos, un vídeo introductorio, siete pantallas interactivas, maquetas, maniquíes, escenas, taller, patio para juegos tradicionales… La Posada del Cordón es un lugar de imprescindible visita para quien desee conocer la cultura tradicional de Guadalajara.