El color inunda Guadalajara

Isabel Salas Méndez es una artista de Guadalajara. Nació en la capital en 1985. Y aunque para poder completar su trayectoria académica y profesional tuvo que irse fuera de la provincia, nunca se ha desvinculado de la misma. De hecho, durante estas semanas se puede disfrutar de su labor pictórica en el Centro Cultural de Ibercaja. Allí está exponiendo parte de su trabajo, gracias a la muestra «Color de cambio», una propuesta que se inauguró el pasado miércoles, 18 de noviembre, y que se mantendrá abierta hasta el 18 de diciembre.

“Esta iniciativa es una exposición de acuarela y tinta en la que se hace referencia al cambio que se necesita primero con uno mismo”, indican los impulsores de la actividad en la presentación que han realizado al respecto. Durante el recorrido, el visitante podrá disfrutar de 38 obras, distribuidas en 140 metros cuadrados y divididas en dos series. Una primera parte se encuentra centrada en la abstracción, mientras que la segunda se halla protagonizada por unas composiciones sobre la anatomía femenina.

El primero de los espacios, el destinado a la abstracción, “se trata de puro color y de la transmisión de emociones a través de estas tonalidades”. Para ello, Isabel emplea toda la paleta cromática. No se corta. Pretende que la comunicación de los sentimientos no tenga límites, que broten en todo su esplendor. “Cuando pinto en abstracto lo que reflejo es pura emoción, yendo hacia un lenguaje más instintivo”, asegura.

Además, la creadora también enfatiza la relevancia de la segunda parte de la exposición, más figurativa, en la que aparece representada su propia figura humana. Sin ropa. “El desnudo de la mujer es protagonista de la escena pictórica y seguramente zarandee tabús. La figura en blanco y negro está en proceso de cambio. El color es diversidad, tanto con el propio mundo como en el exterior. El cambio es necesario, porque pensar, replantear, cuestionar/se y vivenciar el instinto rompe moldes”, confirma Isabel Salas.

Esta segunda serie ha sido pensada y creada por Salas Méndez específicamente para la muestra inaugurada en Guadalajara. “Intento abordar los cambios, las transformaciones que estoy viviendo como mujer. A la par que he ido descubriendo cosas de mí, también he hallado cosas relativas al colectivo en general”. No hay que olvidar que “nos falta conexión y necesitamos desprendernos del hacha invisible. Un hacha bien compuesta por la sociedad patriarcal, capitalista y, en definitiva, aburrida”, explica la artista.

Una labor de gran calidad
Entre las obras que se observan en «Color de cambio» se encuentra «Desvanecerse», que también funge como ilustración principal del cartel anunciador. “En el medio de la composición aparece la mujer desnuda, cayéndose. Y a los lados de la figura femenina surge el color”, explica Isabel Salas. En este cuadro, “quiero mostrar que al iniciarse la serie hay que caerse y desvanecerse, para comenzar desde un nuevo lugar”.

Otra de las pinturas destacadas es la que se denomina «Supernova», en la que se representa a una mujer erguida orinando. Y, en otra más allá, que se titula «La fuerza», surge la efigie de femenina desnuda y con el dedo “se apunta al centro del pecho”. En la misma se pretende reivindicar “la fuerza que tenemos [las mujeres], pero que está oculta bajo el patriarcado y los machismos”, explica la artista.

Estas obras se unen al resto de las que se pueden disfrutar en «Color de cambio», que hacen un total de 38 y que se definen por la calidad y la buena utilización del color.

Además, seis de ellas están acompañadas por sendos poemas de la escritora y periodista de Guadalajara Ana Belén Gutiérrez. Esta última creadora, para elaborar sus piezas, se ha basado en las composiciones que acompañan a sus versos. “Yo le hacía llegar algunos de los cuadros que sabía que se iban a exponer y en los que me interesaba mucho el punto de vista artístico que transmite la palabra. Seguidamente, Ana Belén escribía la poesía”, explica Isabel Salas.

Bajo este método de trabajo han visto la luz composiciones poéticas como «Epicentro»:

La demencia desvaneciéndose
y tras de sí, rastros de algo que
ahora aligera.
No más prisionera
de las desencantadas horas
ni de los ratos dulces.
Hechicera comulga con diluvios
sin fronteras,
penetra en lo ancho del fondo,
en la forma escondida.
Frenando sin vueltas
las eternas posibilidades,
las esquinas venideras,
los alientos,
el embrujo de las deshonras
descontentas.

La colaboración entre Isabel Salas y Ana Belén Gutiérrez comenzó hace unos meses. “Yo ya conocía su trabajo. Y ella, el mío. Pero en una exposición que hice en la Biblioteca Pública de Guadalajara me ayudó a montarla y, de sorpresa, escribió rápidamente una introducción a la exposición. Y me pareció tan fabulosa que surgió la posibilidad de colaborar las dos en algún proyecto. Una idea que se condensó en «Color de cambio»”, explica Salas Méndez.

El desembarco en Guadalajara
En este sentido, ¿cómo apareció la intención de hacer esta iniciativa en el Centro Cultural de Ibercaja? “Yo siempre había querido exponer en este espacio”, confirma Isabel Salas. Entonces, lo solicitó. “Eché mi currículum y un dossier con la propuesta y me dieron el visto bueno”. Eso ocurrió hace más de un año, antes de que llegase la pandemia de la COVID–19. Una circunstancia que no ha impedido que la muestra se pudiera celebrar, pero sí que ha afectado a los aforos…

De hecho, sólo pueden acceder al recinto un máximo de 18 personas simultáneamente. Además, el pasado 18 de noviembre, día de la apertura de la muestra, no hubo una inauguración oficial como tal, con el fin de evitar aglomeraciones. “Entonces, la gente entraba y se iba de forma continua, por lo que yo no encontraba el momento de presentarme y entablar una conversación con los asistentes”, rememora Salas Méndez.

Pero, al menos, el proceso creativo de esta especialista no se ha visto trastocado por la crisis sanitaria. “A la hora de pintar he podido seguir mi curso. Incluso, he estado más centrada, porque –al no poder salir– he tenido más tiempo para realizar las obras”, asegura. En cualquier caso, transmite su alegría por la acogida que está teniendo su labor entre el público. “Está siendo bastante buena. Hay gente que le está gustando más la primera parte de la exposición –la de pintura abstracta–, al ser más amplio el contenido y ofrecer más posibilidades a los asistentes a la hora de buscar su propio mundo”, asegura.

En cambio, la segunda sección “suele gustar más a la mujer que al hombre”, al verse más representada. De cualquier manera, la responsable de «Color de cambio» expresa su alegría y optimismo por la acogida de la exposición en Guadalajara. “Estoy muy contenta. Además, el montaje ha quedado espectacular”, confirma.

De todos modos, ¿la cultura en Guadalajara se está moviendo realmente? ¿Existe un apoyo explícito hacia la misma? “En la ciudad hay cosas e iniciativas. Pero observo que falla la publicidad. Sí que existen propuestas culturales, pero –en muchas ocasiones– no llegan a la gente de la calle. Se quedan a medias”. Por tanto, se debe trabajar en este sentido, con el fin de que la ciudadanía disfrute de todas las iniciativas existentes en la capital.

Y para ello, Isabel Salas habla de un proyecto existente en Granada. Se trata de la revista «Yuzin». “La reparten de forma gratuita en bares, tiendas, etc. Y está por todas partes. Es mensual. Contiene todos los eventos del mes. Además, la portada la diseñan artistas, por lo que se hace propaganda a un creado. Y cada edición es diferente la imagen y el estilo de la primera página”, describe Isabel Salas Méndez.

Pero, mientras tanto, se puede disfrutar de «Color de Cambio», la exposición pictórica protagonizada por el buen hacer de esta joven pintora arriacense. Una idea que a nadie dejará independiente y que generará debate y –por tanto– ciudadanía y opinión pública.

Porque, al fin y al cabo, y como asegura Isabel Salas Méndez, “la cultura es la base que enriquece a cualquier persona. Y luego somos cada uno de nosotros los que elegimos el camino al que deseamos dirigirnos”….