El fútbol-chapas vuelve a resurgir…

Que levante la mano quien tenga más de 30 años y que –durante su época de alumno de Primaria– haya jugado a las chapas en el patio del colegio… A casi todo el mundo le suena este entretenimiento. Se trató de un divertimento que practicamos muchos durante nuestra infancia. Nos juntábamos con los compañeros de clase para echar unos «partidillos» durante el tiempo libre que nos dejaban los maestros.

Pero con el paso de los años, aquellos niños hemos crecido y –además– las formas de ocio infantiles han cambiando notablemente. Han ganando terreno otras propuestas. Algo que se ha observado –sobre todo– con la llegada de las nuevas tecnologías. El teléfono móvil ha supuesto una revolución en este sentido.

Sin embargo, todo regresa. Y el «fútbol-chapas» no ha sido una excepción. “El objetivo del juego es realizar una simulación del «fútbol once» tradicional, pero no replicándolo en detalle, sino adaptándolo con el fin de destacar la estrategia y la técnica”, se explica el «Reglamento Oficial del Fútbol-Chapas» que existe en España. “Se celebran partidos entre dos participantes, cada uno de ellos jugando con un equipo de chapas diferente. Un encuentro que se gana cuando se marca un mayor número de goles”, se añade.

Con estos lineamientos, y desde hace unos años, se han ido fundado una serie de clubes dedicados a esta actividad. Existen unos 25 en todo el país –lo que supone unos 500 jugadores federados–. Entre ellos, hay uno domiciliado en Azuqueca de Henares. Se trata de la única agrupación de estas características existente en la provincia. Se fundó en 2015 y, desde entonces, no ha parado de participar en campeonatos. Inicialmente, tuvo en sus filas a una treintena de participantes, aunque este año –y debido a las obligaciones diarias– su membresía ha descendido hasta los 14 socios.

A pesar de ello, el calendario de la entidad no se ha visto mermado. Sus miembros no han faltado a una sola cita. Han acudido a los torneos impulsados por los 25 clubes existentes en España. Unas iniciativas deportivas que se organizan con el fin de erigir una clasificación de jugadores. “Gracias a este ranking, se establece un número de participantes en el campeonato de España”, explica Andrés Mozos Moya, presidente del club «Fútbol Chapas Azuqueca». Los tres mejores posicionados de cada equipo son los que acuden a la liga nacional.

Además, a esta programación nacional la agrupación azudense suma otras 28 jornadas locales de liga, distribuidas en siete sábados. Unos encuentros a los que se añaden varias competiciones propias, como un «máster», la «Copa Azuqueca» o el torneo de Navidad. Sin olvidar el «open» impulsado por este equipo y que se prolonga durante un fin de semana.
Asimismo, “nos reunimos todos los viernes para entrenar o para jugar partidos atrasados”, asegura el presidente de la agrupación, que cuenta con un campo en su casa, al que le ha dado el nombre de sus padres, como homenaje. No obstante, los encuentros del club suelen desarrollarse en dependencias municipales de Azuqueca, como el «Espacio Joven Europeo». El «open», en cambio, y debido a su envergadura, se organiza –normalmente– en un polideportivo de la localidad.

El origen de todo
Por tanto, y como se puede observar, la tradición del juego de las chapas en Azuqueca de Henares es muy importante. Tanto que hasta el Consistorio de la villa ha querido colaborar con la actividad, cediendo diferentes dependencias municipales. “El Ayuntamiento nos apoya totalmente”, aseguran desde el club azudense. En este sentido, las instituciones municipales son “las que llevan la voz cantante en el estímulo a esta modalidad deportiva. Nos dan todas las facilidades para poder disfrutar de la actividad”, añaden.
– Pero, ¿cómo surgió la intención de fundar el «Fútbol Chapas Azuqueca»?

– Se trató de una idea del anterior presidente del club, que practicaba este juego en Alcalá de Henares, donde vivía –rememora Mozos Moya–. Sin embargo, se mudó a Azuqueca. Y en su nuevo hogar quiso continuar con dicha práctica deportiva, por lo que acabó creando un nuevo equipo…

Una fundación que ocurrió hace un lustro. Y, desde entonces, dicha agrupación no ha dejado de tener actividad. Incluso, se ha involucrado en la vida de la localidad. Gracias a este compromiso, Antonio Villalvilla –actual secretario de la entidad– pudo conocer el club. “Mi afición por las chapas comenzó durante una mañana en la que el Ayuntamiento de Azuqueca organizó un encuentro al aire libre con todas las asociaciones del municipio”, explica este vecino.

Allí, Villalvilla –que, inicialmente, acudió a ver bailar funky a su hija– se topó con dos campos de fútbol-chapas. “De repente, me vi con ocho años, tirado en el suelo, de rodillas, con el garbanzo que usábamos como balón… Fue alucinante”, confirma. Al final, se acabó involucrando en el club. De esta forma, puede desconectar del estrés diario. “Durante los 30 minutos que dura el partido, te evades de todo”, asegura.

Pero la querencia por este deporte que no se circunscribe a la mencionada localidad arriacense. De hecho, a nivel nacional se organiza la «Liga de fútbol Chapas Tour», cuyos participantes van sumando puntos en los encuentros que se organizan en todo el país. “Y al final de la temporada, el que mayor puntaje consiga, se convierte en el campeón”, narran los organizadores. “Además, los nueve primeros clasificados van directamente al campeonato de España”, añaden.
Sin límite de años.

Pero, ¿cuál perfil de la persona que practica el «fútbol-chapas»? Existen ciudadanos de todas las edades. De hecho, Andrés Mozos Moya tiene 55 años, aunque uno de los mejores jugadores a nivel nacional apenas alcanza los 22… “Y luego está la cantera de los infantiles, que también es muy importante”, explica.

Sin embargo, todavía existe un predominio masculino en este juego. A pesar de ello, los implicados en el mismo insisten en que no existe ningún tipo de limitación en relación al género. Todo lo contrario. Quien quiera, puede inscribirse. Gracias a ello, el apoyo popular a esta práctica se mantiene. E, incluso, aumenta en lugares como Alcalá de Henares, donde existe una gran afición.

Por tanto, el «fútbol-chapas» ha resurgido durante los últimos lustros. Ya no se alza como un juego exclusivo de niños. En su ejercicio se involucran personas de todas las edades. Eso sí, falta una mayor implicación femenina. Pero –poco a poco– las mujeres se van animando a participar en esta modalidad. Al fin y al cabo, y como señalan sus organizadores, a nadie «se le pide el carné» para formar parte de ella…

Las normas
Esta buena evolución del «fútbol-chapas» ha permitido que se haya normativizado su funcionamiento a nivel nacional. “Se trata de un juego, pero –a pesar de ello– se encuentra muy desarrollado, teniendo su propio reglamento, su campo y su balón oficial, entre otros elementos”, confirma Andrés Mozos Moya, cabeza visible del club azudense.
Este código se aprobó para evitar la dispersión de reglas que existió en un inicio.

Actualmente, se encuentra vigente su séptima versión. Y entre los aspectos que normativiza se hallan el número de chapas-jugadores (11), su peso (27,5 gramos, o 15,5 en el caso del portero) o su tamaño, entre otros ejemplos. Eso sí, “no hay fueras de juego”, confirma Mozos. “Además, cada jugador tiene un turno para golpear el balón dentro del terreno”, confirma.

“El disparo debe realizarse siempre con una sola mano y golpeando el balón mediante un movimiento exclusivo de dedos, que serán colocados en pinza y en tensión, y soltando uno de ellos como resorte”, se explica en el artículo tercero. “Cualquier golpeo antirreglamentario se sancionará con libre indirecto a lanzar desde el punto donde se inició el contacto con la chapa. Además, en caso de reincidencia se expulsará a una chapa del equipo infractor”, se añade.

Asimismo, también se regla la indumentaria de los «jugadores», que han de llevar un mismo uniforme de papel, pero con un nombre o dorsal que les identifique. “En un partido, la equipación de los dos equipos debe ser lo suficientemente diferente como para distinguirlos perfectamente desde cualquier punto del campo”, se observa en el artículo 4.2.

E, incluso, se contempla cómo debe ser el estadio. “El terreno de juego está compuesto por el campo, los pasillos laterales y los fondos”, se indica en el artículo 5. La zona donde se moverán las chapas se constituye “de una moqueta situada sobre una superficie rígida, que se encontrará a una altura entre 70 y 90 centímetros del suelo”. Asimismo, “el balón será una pelota esférica de plástico, con un diámetro de 15 mm. y un peso entre 1,2 y 1,5 gramos”.