Henche, una villa para caminar

La Alcarria es una comarca con unos paisajes diversos e impresionantes. En la misma, el caminante puede encontrar desde un extenso altiplano –que supera los 1.000 metros de altitud– a profundos valles, como el del Tajo o el Tajuña. Todo ello salpicado –además– por grandes embalses que –como Entrepeñas y Buendía– permiten el ejercicio de deportes acuáticos. Por tanto, nos topamos ante una gama de alternativas ambientales y lúdicas que invitan a recorrer este territorio. Incluso, facilitan el ejercicio del senderismo por los múltiples caminos que atraviesan los diferentes parajes alcarreños. ¡Un lujo!

Y para muestra, el caso de Henche, un municipio de 85 habitantes empadronados –según la última actualización del INE–, situado en las cercanías del «Mar de Castilla». Por tanto, esta población se emplaza “en el corazón de La Alcarria”. Más concretamente, “a orillas del arroyo de la Vega, en el fondo de un pequeño valle que desciende hacia el río Tajo, entre Solanillos del Extremo y Gualda, y atravesado por una carretera –no muy antigua– que une estos dos pueblecitos”, explica el especialista Ángel de Juan.

“Llegando desde Solanillos y siguiendo el regato de la Vega, se nos presenta Henche, pequeño, recogido, casi un pueblo de nacimiento, rodeado de montes, desde los que podemos contemplar una buena panorámica del caserío”, añaden los expertos. “La vista cambia de tonalidad con la estación del año, aunque siempre podremos disfrutar de su paisaje”. De hecho, “el término municipal ofrece al excursionista diversas oportunidades de recorrerlo, a pie o en bicicleta”.

Entre las múltiples opciones para conocer el referido enclave y sus alrededores destaca la RCGU–86, más conocida como «El camino de las tainas». Se trata de una propuesta circular de 7,3 kilómetros, que se puede completar en dos horas y media. Se transita por caminos agrícolas en buen estado. “Conviene hacer el trayecto con pausa, deteniéndonos en las fuentes y en las mesas de interpretación”, confirma Ángel de Juan, especialista en la materia.

“Existe la posibilidad de realizarlo en cualquier época del año, aunque si elegimos el verano, hemos de salir pronto, para evitar el calor”. Así, se podrá disfrutar de un paisaje alcarreño compuesto por olivares, monte bajo y campos cerealistas. También se distinguen las preciosas vistas del valle del arroyo de la Vega.

De igual forma, se puede conocer la RCGU–24, «Camino a la ermita de San Bartolomé», de 3,9 kilómetros y que se puede completar en apenas dos horas a pie. Permite una caminata circular, al finalizar en el punto de partida. Se pasa por una carretera de poco tráfico y por un camino bien conservado. Como en el caso anterior, el paisaje es típicamente alcarreño, con cultivos agrarios de secano y hortícolas.

Asimismo, los más avezados tienen la oportunidad de realizar la RCGU–74, «La fuente del colmenar», un poco más larga que las anteriores. En total, se proponen 8.1 kilómetros, transitando por sendas en buen estado, que se completarían en dos horas y media. Durante el recorrido se conocerán las tierras de la Alcarria, con olivares y monte bajo. “Es muy interesante el barranco de la fuente de la Cabra”, señala Ángel de Juan. Además, “vemos algunos viñedos, producto muy popular en Henche, con interesantes bodegas en su casco urbano”.

Estas opciones permiten adentrarse a fondo en el entorno natural de Henche. Además, tras el finalizar el recorrido seleccionado, el caminante tiene la opción de recorrer la localidad y tomarse un refrigerio en la misma. “El municipio dispone de un pequeño bar que está abierto a diario. También tiene un parque llamado «El Pradillo» y diversas pistas deportivas, así como diversos monumentos históricos, con siglos de historia a sus espaldas”, explican los expertos.

Un pueblo milenario
El devenir pretérito de la población se cuenta por siglos. Las primeras referencias escritas sobre el municipio están fechadas tras la toma de los castellanos de la zona, acaecida a finales del siglo XI. En aquel momento, el núcleo perteneció al Común de Villa y Tierra de Atienza. Sin embargo, hacia 1434, “la reina doña María, esposa de Juan II de castilla, lo donó a Gómez Carrillo, junto a otros lugares y posesiones de la comarca”, se explica en el libro «Romerías por la Alcarria Alta». “Alfonso Carrillo, hijo de Gómez Carrillo, lo vendió –a su vez–, en 1478, al conde de Cifuentes, Juan de Silva, formando parte de su señorío y jurisdicción hasta el siglo XIX, cuando se suprimieron los señoríos”.

Esta decisión se adoptó en 1812, tras aprobarse la Carta Magna de Cádiz, en la que se establecieron los ayuntamientos constitucionales. Una consideración que el Consistorio de Henche ha mantenido hasta la actualidad, salvo en dos periodos –el reinado absolutista de Fernando VII y la dictadura de Franco–. En cualquier caso, durante el siglo XIX, este municipio vivió un periodo de florecimiento.

El Diccionario geográfico estadístico histórico de España y sus posesiones de Ultramar, de Pascual Madoz, indicaba que el pueblo contaba con 259 habitantes registrados. Los mismos, se distribuían en 83 casas, entre las que destacaban la consistorial, la escuela de instrucción primaria –frecuentada por 20 alumnos–, o la iglesia parroquial. Incluso, ya se encontraba en funcionamiento un cementerio público, contiguo a la ermita de San Roque.

En el término municipal había una fuente “de buenas aguas”, que proveía “las necesidades domésticas del vecindario”. Asimismo, se mencionaban los oratorios de San Bartolomé y San Pedro. Todo ello, rodeado de un entorno natural impresionante, que ya era puesto en valor en el compendio editado por Pascual Madoz.

Sin duda, nos encontramos ante un municipio que ofrece una gran cantidad de alternativas naturales e históricas, que pueden ser recorridas a pie o en bicicletas. Por tanto, se trata de un pueblo que refleja –a la perfección– el legado histórico y ambiental de La Alcarria. Una provincia que cuenta con un amplio devenir histórico y ambiental a sus espaldas, que debe ser conocido a fondo. ¡No te lo pierdas!

Julio Martínez

Historiador y periodista, especialista en comunicación ambiental y en Masonería mexicana. El reporterismo es mi vocación. Ahora informando desde Guadalajara. “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez, 1867).