La Caballada de Atienza, a un paso de convertirse en Bien de Interés Cultural

El Gobierno regional inicia el trámite para otorgar a esta fiesta ancestral la distinción en la categoría de Bien Inmaterial

Desfile a caballo de los Cofrades de la Santísima Trinidad durante la celebración de la Caballada de Atienza.
Desfile a caballo de los Cofrades de la Santísima Trinidad durante la celebración de la Caballada de Atienza.

La fiesta de la Caballada de Atienza será declarada próximamente Bien de Interés Cultural. Así lo comunicó el Gobierno de Castilla-La Mancha, que inició ayer el expediente para reconocer esta festividad como BIC dentro de la categoría de Bien Inmaterial. A partir de hoy se abre el periodo de información pública de un mes, tiempo durante el que cualquier persona interesada puede examinar el documento y presentar alegaciones.

La Viceconsejería de Cultura destaca en el Boletín Oficial de Castilla-La Mancha que esta festividad está cargada de multitud de registros y valores culturales que hacen que pueda ser considerada por su trayectoria histórica, significado y antigüedad, así como por su arraigo identitario y de pertenencia, como una de las fiestas más importantes de Guadalajara.

La Caballada atencina es una de las tradiciones más antiguas de España con más de ocho siglos de celebración continuada en esta histórica localidad de la Sierra Norte de Guadalajara. El origen de esta festividad se remonta a la hazaña de unos arrieros atencinos que el día de Pentecostés de 1162 sacaron al rey Alfonso VIII, cuando era niño, de Atienza para ponerlo a salvo en Ávila. La huída del niño se produjo después de que su nombramiento despertara la ira de su tío, el rey de León Fernando II, que intentó arrebatarle el trono de Castilla.

El Domingo de Pentecostés, la Cofradía de la Santísima Trinidad, encargada de la custodia y organización de la efeméride, rememora este episodio de la historia de Atienza. Los actos más representativos de esta efeméride, que ha preservado su autenticidad a lo largo de los siglos son ‘el sábado de las siete tortillas’, la rifa de la bandera; la reunión en la casa del prioste o las galopadas en pareja y el privilegio mariano de bailar con la Virgen delante de la ermita para ofrecer luego vino a los visitantes, en recuerdo de la fiesta que realizaron los arrieros para despistar a los soldados leoneses que perseguían al rey Alfonso VIII.

La declaración de la Caballada como Bien de Interés Cultural supone de facto una mayor protección para esta muestra del Patrimonio Cultural castellano, que ya cuenta con la distinción de Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1980.