La crisis social llega a Guadalajara… y se está comenzando a abordar

Durante los últimos días, y a colación de la crisis del coronavirus, diferentes organismos nacionales e internacionales están realizando múltiples previsiones económicas. Unos datos que –en ningún caso– son halagüeños y de los que España no sale bien parada. Por tanto, sabemos que las consecuencias sociales de esta pandemia van a ser muy importantes. Por ello, se han de tomar medidas cuanto antes. De hecho, diferentes administraciones y entidades no gubernamentales ya se han puesto manos a la obra para abordar dicha problemática. No han esperado ni un segundo para satisfacer las necesidades más acuciantes de los ciudadanos…

Un ejemplo de ello es Guadalajara. En la capital provincial ya se observan las secuelas del confinamiento. “Los efectos sociales de la crisis de la COVID–19 están dejando huella en las personas más vulnerables”, denuncian desde la delegación arriacense de Cáritas Diocesana. “Familias enteras están sufriendo por los ERTE´s y los despidos. Ya no tienen ingresos, por lo que no pueden pagar alquileres, suministros y alimentación”, denuncian.
Sin embargo, no son los únicos afectados. Hay autónomos que, debido al cierre de sus negocios, presentan una alarmante falta de ingresos. Sin olvidar a las personas mayores que viven en soledad y a los ciudadanos sin hogar que no poseen recursos para cubrir sus necesidades más básicas…

Unas situaciones que ya se están traduciendo en datos. “Durante el periodo del 15 de marzo al 15 de abril, Cáritas Diocesana Sigüenza–Guadalajara ha atendido a un total de 671 familias, de las cuales 378 han llegado a nuestros servicios por primera vez”, explican desde la mencionada ONG. Son más del doble de casos que antes del inicio de la crisis.

“En tan solo un mes se ha duplicado la atención a familias en nuestro «Restaurante solidario». Son unas personas que antes no recibían ayudas, pero que ahora se han visto abocadas a acudir a este programa”, asegura Lourdes López, delegada de Cáritas Sigüenza–Guadalajara. “Les facilitamos un lote de alimentos, para que puedan cocinarlos en sus hogares”, añade.

Sin embargo, el trabajo de esta organización no finaliza aquí. Sus iniciativas «Comida Sobre Ruedas» y de «acompañamiento a los mayores» también se han visto reforzadas. “Se está atendiendo a 205 ancianos, facilitándoles el almuerzo y la cena en sus domicilios, además del servicio de compra y de medicamentos”, explican desde Cáritas. “Las familias nos llegan con un sufrimiento y unas necesidades muy grandes”, confirman.

Cuando falta el alojamiento…
Además, desde el pasado 15 de marzo, y en virtud de un Real Decreto impulsado por el gobierno de Pedro Sánchez, España se encuentra confinada. De esta forma se ha buscado evitar el colapso del sistema sanitario ante la pandemia de la COVID–19. Una situación que se ha hecho especialmente dura para las personas sin hogar. Por ello, desde el Ayuntamiento de la capital, Cáritas, Protección Civil y otras entidades se han puesto las pilas para paliar esta situación. En total, en la ciudad se están atendiendo a 65 vecinos sin vivienda.

Por un lado, en el Centro Betania se está acogiendo a una treintena de hombres y mujeres. De hecho, la ocupación del complejo se encuentra al 100% desde el inicio de la crisis. A partir del 13 de marzo –dos días antes de la declaración del estado de alarma– se cerraron las puertas del albergue. No se han admitido nuevos ingresos desde entonces.

En ese momento “se invitó a permanecer en las instalaciones a las personas que ya se alojaban en el mismo. Así han mantenido una situación de aislamiento, como el resto de ciudadanos. La totalidad de los residentes han permanecido en el lugar, salvo una persona, que se marchó por voluntad propia”, explica Mónica García, responsable del área de inclusión de Cáritas.

En el interior, “todos respetan las medidas higiénicas y sanitarias. Existe una convivencia excepcional. Hay mucha solidaridad”, confirma García, quien asegura que –en Betania– se quiere recrear “la «sensación de hogar» que tenemos todos en nuestras casas»”. De hecho, se están impulsando diferentes terapias y actividades con este fin.
Entre estas iniciativas se hallan talleres de pintura o de manualidades, el estímulo de la lectura –que está teniendo mucho éxito– o el ejercicio físico en pequeños grupos. “Todos son muy colaborativos. Se han dado cuenta que es un riesgo salir del complejo y que aquí, además, cuentan con las necesidades cubiertas”, relata Mónica García.

Un incremento de las alternativas
Sin embargo, ante la situación que está atravesando el país, se brindaron nuevas posibilidades para las personas que quedaban sin hogar. Entre ellas, el polideportivo del Colegio «Badiel», donde se atiende a otras 34 personas, a las que también se ofrece alojamiento, manutención, cuidados sanitarios y farmacéuticos. Además, se les propone acompañamiento personal, emocional y psicológico, en caso de que así lo requieran.

Un trabajo en el que han colaborado varias administraciones públicas y entidades sin ánimo de lucro. Entre ellas, la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha, el Ayuntamiento de Guadalajara –ambas limpian y desinfectan periódicamente del emplazamiento–; Cruz Roja –que se encargó de la instalación de las camas–; o Cáritas, que se responsabiliza de proveer de alimentos a los residentes en el polideportivo. Además, se debe poner en valor la función de Protección Civil, cuyo personal realiza la atención continuada a los inquilinos de este complejo.

“Antes de montar el albergue en el «Badiel» nos contactaron desde el Hospital General para comunicarnos que había varios transeúntes viviendo en el centro hospitalario a causa del confinamiento. Por ello, tuvimos que buscar una solución para ese mismo día, ya que el Centro Betania se encontraba al límite de su capacidad”, describe el concejal de Bienestar Social arriacense, Ignacio de la Iglesia. Entonces, desde el Consistorio de la capital se buscó una primera solución transitoria, basada en alojar a estos ciudadanos en un hotel.

Bajo esta opción también se acogió una familia de la capital que se vio en «situación de calle» al principio del estado de alarma. “A medida que se fue incrementando el número de transeúntes se observó que la opción del hotel era menos viable, por lo que se decidió montar el albergue en el polideportivo del «Badiel»”, rememora De la Iglesia. Sin embargo, a la mencionada familia –que tenía hijos a su cargo– se la realojaba en un apartamento.

“Según la ley, a los menores no se les puede tener en un albergue”, explica el munícipe. Se trata del único caso de este tipo localizado en la ciudad.

 

El complejo habilitado en el «Badiel» estará en funcionamiento –al menos– durante el confinamiento. “En principio se mantendrá a lo largo del estado de alarma y la alerta sanitaria, ya que los ciudadanos no pueden estar en las calles”, anuncia De la Iglesia.

Además, este dispositivo se encuentra en un colegio, por lo que “cuando se retomen las clases, tendrá que volver a su uso habitual”, relata el concejal.

Más colaboración pública
Otra de las instituciones arriacenses que están comenzando a actuar es la Diputación Provincial. Desde esta administración van a poner en marcha un grupo de trabajo para la coordinación de ayudas sociales y económicas por la crisis del coronavirus. En esta comisión se trabajará con las entidades benéficas, agentes sociales y económicos para sentar las bases que determinarán las futuras convocatorias públicas en esta dirección.

“Queremos implicar a todos los actores en la recuperación, con el fin de que no se quede nadie en el camino”, asegura el presidente de esta institución, José Luis Vega Pérez. Unas declaraciones que realizó tras mantener una reunión con la vicepresidenta segunda y delegada de Bienestar Social, Olga Villanueva, para confeccionar el mencionado grupo de trabajo.

En consecuencia, la implicación de las administraciones públicas se ha de poner en valor, al igual que la del resto de ciudadanos. Pero hay que seguir haciendo grandes esfuerzos. No se puede bajar la guardia. La cohesión y la justicia social están en juego. “En un momento como este todo el apoyo es insuficiente. Por ello, también quiero destacar la colaboración de personas particulares, asociaciones y empresas. Han realizado tanto donativos económicos como en especie, que nos vienen fenomenal”, subraya Lourdes López, delegada de Cáritas Diocesana Sigüenza–Guadalajara.
En consecuencia, quien quiera ayudar a los demás, tiene la oportunidad de hacerlo. Cuenta

con la posibilidad de telefonear a Cáritas y preguntar por las diferentes opciones existentes. Incluso, puede realizar un donativo. En el mismo ha de especificar: «Cada gesto cuenta», que es el nombre de la campaña impulsada por esta ONG desde el inicio de la crisis para ayudar a los afectados por la recesión. Del mismo modo, existe la posibilidad de entregar alimentos.

“Nos encontramos ante una realidad en la que todos debemos hacernos partícipes y conocer la situación que están atravesando tantas personas que viven muy cerca de nosotros y que necesitan ayuda”, explica Lourdes López. “La actual crisis sanitaria está siendo también social”, corrobora Mónica García, también de Cáritas.

Por tanto, y como se ha podido observar, la negativa coyuntura económica derivada de la pandemia se está comenzando a notar a nivel mundial. También en Guadalajara. Las previsiones de los organismos nacionales e internacionales son necesarias para impulsar medidas de estímulo a medio y largo plazo. Pero lo que se necesita de forma inmediata son planes para atender a todas las personas que comienzan a sufrir la exclusión en sus carnes. Una situación que, por desgracia y como es habitual, se está cebando con los más débiles.

Al fin y al cabo, y como dijo el filósofo francés del siglo XVIII Jean Jacques Rousseau: «La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, y ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse». La dignidad del ser humano siempre ha de permanecer. También en épocas de crisis. Y ello se consigue, entre otros elementos, a través de la justicia social…

¿Cómo se puede pedir ayuda?
Aquellos ciudadanos que estén atravesando una situación personal o familiar complicada debido a la crisis social auspiciada por las medidas en contra de la COVID–19, poseen varios canales para solicitar ayuda. Por un lado, pueden contactar al Ayuntamiento de Guadalajara, donde le atenderán los Servicios Sociales. Allí se evaluará su situación y se le otorgará el «recurso» más adecuado para su situación, indican fuentes municipales.

Entre las formas para digerirse al Consistorio arriacense se encuentra un número telefónico que funciona entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche. Se trata del 949 010 333.

Además, también existe la posibilidad de escribir un correo electrónico a la dirección trabajosocial@aytoguadalajara.es. “Mediante estos medios se puede contactar con el Ayuntamiento y se derivará al usuario a los agentes que tenemos trabajando en Servicios Sociales”, asegura el concejal competente, Ignacio de la Iglesia.

Además, también podrá llamar a Cáritas Diocesana Sigüenza–Guadalajara. “Siempre tenemos técnicos trabajando que pueden definir la situación del afectado y derivarle al programa correspondiente, el que mejor se adapte a su problemática”, concluye Lourdes López, delegada de Cáritas Diocesana Sigüenza–Guadalajara.