La Cueva de Los Casares también destaca por sus grabados

Se trata de uno de los yacimientos más antiguos de Guadalajara –sus vestigios remiten al Paleolítico–. Sin embargo, continúa ofreciendo resultados de gran impacto. Nos referimos a la cueva de Los Casares, emplazada en el término municipal de Riba de Saelices. Cuenta con 264 metros de recorrido y se halla a una altitud superior los 1.000 metros, en una de las lomas del valle del Linares. Es un emplazamiento tan rico que –aún hoy– permanece bajo estudio.

De hecho, las campañas de excavación son las protagonistas del lugar. Unos trabajos que se encuentran dirigidos por los investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) Manuel Alcaraz Castaño y José Javier Alcolea, quienes llevan analizando la gruta desde 2014. Uno de sus avances más llamativos han sido la descripción e interpretación de los grabados existentes en la cavidad. Las referidas composiciones incluyen tanto elementos animales como antropomorfos.

“Nos acercan –cada vez más– a comprender los comportamientos culturales, incluyendo aspectos simbólicos, económicos o tecnológicos, que los moradores de la cueva desarrollaron en Los Casares y su entorno”, confirman desde el Ayuntamiento de la Riba de Saelices. “Los habitantes del Paleolítico Superior utilizaron esta cavidad para grabar, pintar y realizar sus posibles rituales”, aseguraban desde la Agrupación de Amigos del enclave.

Los mencionados grabados se hallan emplazados a lo largo de toda la gruta. Sin embargo, la mayor parte de los mismos “se distribuyen por las dos cavidades principales, los Senos A y C”, se indica en «Los grabados de la cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)». “En menor medida, hay también composiciones en el «Seno B» y en los diferentes pasillos”.

“Una constante singular de esta caverna es la gran cantidad de representaciones humanas o antropomorfos, colocados por todo el recorrido”, y que son de diversos tipos. Van desde los recién nacidos a niños, pasando por siluetas adultas, tanto femeninas como masculinas. En cambio, “el número total de grabados y pinturas representando animales es muy difícil de evaluar, dado el deterioro ocasionado con el paso de los años, bien sea intencionado –a través de grafitis– o de forma natural”.

De cualquier forma, se han distinguido varias categorías de representaciones faunísticas. Entre ellas, cabezas de équido, caballos, ciervos, uros, cápridos, renos, felinos, bisontes, rinocerontes lanudos, glotones, nutrias, comadrejas, liebres, peces, córvidos, serpentiformes o mamuts. Unas muestras pertenecientes a épocas diferentes, como el Auriñaciense, el Solutrense o el Magdaleniense. “El caballo es una figura omnipresente, el único que aparece en la totalidad de las estancias. Y, además, es el más numeroso, siguiéndole en frecuencia el ciervo”. Algo que se puede explicar por la abundancia de estas especies en el entorno en aquella época.

Muestras de la variedad artística de Los Casares

Antropoformo Cabalgante. Página 52 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Antropoformo Cabalgante. Página 52 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Antropoformo Cabalgante. Página 53 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Antropoformo Cabalgante. Página 53 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

De hecho, una de las representaciones más conocidas es la cabeza de caballo existente en el pasillo de entrada a la caverna. Tiene 10 centímetros de alto y 22 de largo. Cuenta con una “presentación lateral mirando a la izquierda” y, aunque la figura aparece incompleta por diversos deterioros, el perfil del equino es “claro e indiscutible”. En el mismo se distingue el copete, las crines, el cráneo, la frente, la quijada, el ojo y el cuello.

Antropomorfo nadador. Página 70 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Antropomorfo nadador. Página 70 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Antropomorfo nadador. Página 71 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Antropomorfo nadador. Página 71 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

También es destacable un «antropomorfo cabalgante», en el que se observa “una figura con aspecto humano que parece estar encima y se agarra al cuello de un équido de pequeño tamaño”, indican los investigadores. Se plasma en la pared izquierda del «Seno A» y posee unas dimensiones de 46 centímetros de alto y 25 de largo. Incluso, el visitante puede ver liebres en la primera estancia de la cueva, con una talla de 18 por 14 centímetros. Aparecen “en posición de saltar”. Este tipo de animales –las liebres– son “sumamente escasos en el arte paleolítico”.

Cabeza de caballo en el pasillo de entrada. Página 49 (1) del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Cabeza de caballo en el pasillo de entrada. Página 49 (1) del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Cabeza de caballo en el pasillo de entrada. Página 49 (2) del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Cabeza de caballo en el pasillo de entrada. Página 49 (2) del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Además, se distingue un «antropomorfo nadador», que aparece tirándose al agua. Cuenta con 35 centímetros de longitud, presentándose lateralmente y mirando a la izquierda. “La figura se conserva muy bien, apareciendo prácticamente entera”, confirman los estudiosos. En la misma dependencia –el «Seno A»– existe otra representación muy afamada. Se trata de un caballo con un arnés, sobre el que hay representado un ciervo. El equino se representa de lateral y contemplando a la izquierda. Sin embargo, el cérvido se orienta en sentido contrario, hacia la derecha. “La cabeza del équido es de un intenso naturalismo”, mientras que su «compañero» es mucho más esquemático.

Leona. Página 122 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Leona. Página 122 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Leona. Página 123 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Leona. Página 123 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Un poco más allá –en el pasillo que une el «Seno A» con el «Seno B»– se puede conocer la «Venus de Los Casares». El grabado tiene unas dimensiones de 40 centímetros de alto por diez de ancho. “Se trata de un antropomorfo femenino, muy ventrudo, con presentación lateral hacia la izquierda”. Se alza como “una réplica muy fiel de las venus auriñacienses de bulto redondo, aunque en éstas los senos y las nalgas presentan una mayor acentuación”.

Asimismo, se han de conocer las figuras de la leona, existente en la pared izquierda del «Seno C»; del glotón, grabado en esa misma estancia; o del rinoceronte lanudo, domiciliado –también– en el «Seno C». Según los expertos, dicha especie habitó la Península Ibérica durante el Solutrense, por lo que el grabado se debió realizar durante el referido periodo. Asimismo, se debe mencionar la cabeza de «ciervo gigante» o el cáprido, ambos situados en la misma sala.

Caballo con hipotético arnés y ciervo. Página 63 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Caballo con hipotético arnés y ciervo. Página 63 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Una riqueza paleolítica que no cesa
Asimismo, también existen signos grabados, entre los que ocupan un lugar destacado “posibles vulvas, un aparente pene con forma de pisciforme, elementos arborescentes, azagayas, trazos largos atravesando figuras…”. De cualquier forma, “una característica importante de los grabados de Los Casares es la distribución de muchos de ellos en escenas”.

Venus de Los Casares. Página 92 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Venus de Los Casares. Página 92 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Venus de Los Casares. Página 93 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Venus de Los Casares. Página 93 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

De hecho, “esta disposición coordinada –donde se muestran vulvas, penes e hipotéticas cópulas, así como peces omnipresentes en casi todas ellas– nos hace reflexionar sobre las dos posibles preocupaciones fundamentales de los seres humanos del momento, basadas en la reproducción y alimento”. O, dicho de otro modo, “en la lucha por la supervivencia” …
Así, en el complejo de Los Casares se podrían distinguir dos funciones diferenciadas. El «Seno A» albergaría “una primera sala de posibles rituales de fecundidad humana”, mientras que “el «Seno C», llamado «sancta sanctorum», albergaría un segundo lugar de posibles rituales zoolátricos totémicos, o propiciadores de caza”.

Liebres. Página 61 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Liebres. Página 61 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

Rinoceronte lanudo. Página 130 del libro  «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)
Rinoceronte lanudo. Página 130 del libro «Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara)

No obstante, los investigadores deben seguir desvelando los secretos contenidos en esta cueva, que todavía son muchos y cuya resolución nos permitirá conocer –más a fondo– la riqueza de nuestro pasado. No en vano, nos encontramos ante complejo con una gran relevancia científica, cuyos resultados facilitarán divulgar el devenir de la Humanidad. Algo que es fundamental, porque tal y como señaló el poeta escocés Robert Burns:

«La historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado, estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser»

 

La importancia de Los Casares
Este yacimiento se encuentra en las proximidades de Riba de Saelices, un municipio de la provincia de Guadalajara. “Desde su boca se puede divisar tanto el valle que se abre abajo del río Linares como el encajonamiento que se produce aguas arriba. Por tanto, su posición de control del territorio circundante es privilegiada”, aseguran los investigadores Alberto Mingo, Jesús Barba, Miguel Ángel García y Ricardo Berzosa.

Por ello, no es extraño que en las proximidades de la gruta existieran poblamientos desde antaño. Se trata de una cavidad que estuvo habitada a partir del Musteriense, un horizonte cultural enmarcado dentro del Paleolítico Medio. “Los Casares contienen en su interior el mejor arte paleolítico español después de Altamira, con grabados de más de 30.000 años de antigüedad”, confirmaba Aroa Gutiérrez Alonso.

Sin embargo, esta amplitud temporal no es óbice para que se hayan desarrollado diversas prospecciones contemporáneas en la cueva. “Llevamos trabajando en el lugar desde 2014 y hemos avanzado bastante en el conocimiento atribuible a los neandertales [que habitaron dicho emplazamiento]”, aseguran los involucrados en el proyecto. “En la cueva se ha encontrado un resto humano de esta época. En concreto, un metacarpiano de una mujer de entre 18 y 20 años”, aseguraba Jesús Valiente en «Guía de la Arqueología en Guadalajara».

Pero estas poblaciones acabaron abandonando la gruta, dejando paso al hombre moderno. Así, Los Casares continuó habitado durante el Paleolítico Superior. De hecho, éste fue su momento de esplendor. “Se superpusieron uno o varios asentamientos de pequeños grupos, que fueron los autores de las magníficas manifestaciones rupestres del interior”, narraban Ernesto García-Soto, Susana Ferrero y Adolfo Guillén.

Esta utilización de la gruta se prolongó –aproximadamente– durante 10.000 años, hasta que en el 2.000 a.C. se registraron nuevos testimonios de presencia humana. Algo que se ha determinado gracias a la existencia de varios fragmentos cerámicos –algunos, de estilo campaniforme–, varios punzones de hueso y utensilios de piedra tallada. “La cueva se utilizaría como lugar de enterramiento, a juzgar por los restos aparecidos”, explica Jesús Valiente.

Todo este legado hizo que el complejo fuera declarado como Monumento Nacional en 1935, siendo considerado como el yacimiento con grabados paleolíticos más relevante del centro peninsular. Dos años antes –en 1933–, se produjo el descubrimiento oficial del espacio, por parte del maestro de Riba de Saelices, Rufo Ramírez, y de su hermano Claudio. Tras ello, entraron en contacto con Francisco Layna Serrano –natural del cercano pueblo de Luzón–, que fue el primero en publicar una referencia sobre los grabados.

Sin embargo, el investigador primigenio que acometió un estudio “serio y profundo” de estas representaciones fue Juan Cabré, junto a su hija María Encarnación, en 1934. La repercusión de este trabajo fue impresionante y un año después –en 1935– visitaron la cueva especialistas de primer nivel, como Henri Breuil, publicándose artículos en revistas científicas internacionales. Incluso, la gruta llegó a aparecer en diversos periódicos nacionales, como «Ya» o «El Debate». Gracias a ello, el yacimiento adquirió una fama muy merecida, que se mantiene en la actualidad.

 

Bibliografía
Agrupación de Amigos de la Cueva de Los Casares y del Arte Paleolítico. Ateneo de Madrid. Los grabados de la Cueva de Los Casares. Riba de Saelices (Guadalajara). Guadalajara: AACHE, 2008
García-Soto Mateos, Ernesto; Ferrero Ros, Susana; Guillén Álvarez de Sotomayor, Adolfo, «Los Casares, un poblado hispanomusulmán en las serranías del norte de la provincia de Guadalajara», Investigaciones arqueológicas en Castilla-La Mancha: 1996-2002, 2004, 395-408.
Gutiérrez Alonso, Aroa. Representación Morfométrica de Grabados y Petroglifos: Nuevas Tecnologías y Procesos en el Tratamiento Digital de Imágenes RGB. Tesis (Doctoral): E.T.S.I. en Topografía, Geodesia y Cartografía (UPM), 2017.
Mingo Álvarez, Alberto; Barba Rey, Jesús; García Valero, Miguel Ángel; Berzosa del Campo, Ricardo. «El yacimiento prehistórico de Los Casares (Riba de Saelices, Guadalajara): revisión del material lítico y cerámico depositado en el Museo Arqueológico Nacional y sus implicaciones crono-culturales». Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló, 32, 2014, 21-42.
Valiente Malla, Jesús, Guía de la Arqueología