La relación entre Guadalajara y Parma está de aniversario

Uno de los Hermanamientos más conocidos por todos los arriacenses es el existente entre nuestra capital y Guadalajara–Jalisco. Una vinculación que este 2022 cumple 40 años de vigencia. Cuatro décadas de relación que también se mantienen con otra una ciudad –en este caso, europea–. Se trata de Parma, una localidad italiana que es capital de la provincia homónima. Más concretamente, el referido enclave se ubica en la región de Emilia–Romaña, al norte del país transalpino. En la actualidad, su censo asciende hasta los 200.000 habitantes.

El 9 de abril de 1982, siendo primer edil Francisco Javier de Irízar Ortega, el pleno del Ayuntamiento caracense daba luz verde al acuerdo que unía a las dos localidades. “Parma y Guadalajara, recociéndose en las comunes tradiciones existentes entre ambas, se proponen estrechar un pacto de amistad y activa colaboración que deberá interesar a los principales sectores de la vida cultural, social y económica de las dos municipalidades”, se declaraba en el referido pacto transnacional.

“Este entendimiento nace de la voluntad de consolidar el proyecto de desarrollo social y civil de una Europa que ha crecido con la presencia de la nueva España democrática”, se subrayaba en 1982, cuatro años antes de nuestra entrada oficial en la CEE –predecesora de la UE–. “Una verdadera colaboración internacional exige el empeño de los gobiernos, pero también de las ciudades”. De hecho, entre los postulados consensuados se encontró el de la “promoción de iniciativas tendentes a favorecer relaciones entre entes, organizaciones y ciudadanos”.

Y, para ello, se establecieron diferentes ámbitos de colaboración. El más significativo, el cultural, que buscaba el establecimiento de “reciprocidades y representaciones en los campos teatral, musical y folklórico”. Un trabajo que debería profundizarse con políticas educativas compartidas, mediante “el intercambio de estudiantes italianos hospedados en casas de familias guadalajareñas”, y viceversa. De igual forma, “los Institutos Superiores podrían proceder al diseño de programas didáctico–turísticos de clases enteras” en la referida población de la región de Emilia–Romaña.

Incluso, el documento de Hermanamiento también contempló lo económico. “Vista la particular afinidad e importancia que las industrias de Guadalajara tienen con respecto a Parma, así como el relevante peso del sector artesanal, se prevé la participación de los operadores en la Exposición–Feria de la artesanía parmense, además de un intercambio de técnicos y obreros”. Y, en este contexto, tampoco podía faltar una referencia al turismo. Se pretendía “favorecer y organizar viajes que comprendieran –en sus itinerarios– estancias y visitas a Guadalajara y Parma”, se explicaba en el convenio rubricado hace 40 años.

El Hermanamiento entre las dos ciudades fue aprobado unánimemente por el pleno arriacense. Sin embargo, se generó polémica en torno a un comentario que, en el mencionado documento, se realizó a la guerra civil –como se verá más adelante–. La parte más ultramontana de los 20 concejales presentes –sólo faltó un edil a la reunión– exigió quitar dicho comentario. Empero, esta solicitud no prosperó, ya que el texto fue aprobado íntegramente –alusión a la contienda incluida– por 11 votos a favor, cinco en contra y cuatro abstenciones.

“A continuación, el alcalde [Francisco Javier de Irízar] manifestó que se daría nota del texto aprobado a la prensa, manifestando –seguidamente– que estimaba procedente que la Corporación invitase a los miembros del «Sindicato Di Parma» a que visitasen Guadalajara como réplica a la atención que dicha entidad había tenido con los miembros del pleno arriacense”, explican fuentes municipales. Una propuesta que salió adelante a pesar de la oposición –una vez más– de los sectores más ortodoxos de la derecha alcarreña. Se aprobó con 17 votos a favor, dos en contra y una sola abstención.

El origen de todo
Pero, ¿cuál fue el detonante de la vinculación entre Parma y la capital provincial? Existía “un profundo motivo ideal de solidaridad y de amistad” entre ambas localidades. El mismo se remontaba “a los años trágicos de la Guerra Civil que ensangrentó España y que vio en aquel lugar [por nuestra ciudad] el primer éxito de las fuerzas que combatían en defensa de la libertad y de la democracia, entre los cuales se encontraban los antifascistas de Parma”, se exponía en el acta de la sesión plenaria de 1982. Aquí encontramos la mención que no gustó a los conservadores arriacenses más radicales.

A pesar de este posicionamiento de algunos, los trámites para el Hermanamiento se iniciaron en 1979. Fue en aquel momento cuando en la localidad italiana “se enteraron que en Guadalajara gobernaban los partidos socialista y comunista”. Tras esta información, desde el país mediterráneo “se pusieron rápidamente en contacto con nosotros, puesto que muchos de sus representantes eran hijos de combatientes que habían estado en la batalla desarrollada en nuestra provincia en 1937”, rememora José Morales, historiador y actual concejal arriacense de Unidas Podemos.

En este contexto, y una vez recibida la petición de cooperación por parte de Italia, la Comisión Municipal Permanente del Consistorio caracense dio luz verde a que se iniciaran los trámites de vinculación entre los dos municipios. “Por parte del señor alcalde [Francisco Javier de Irízar] se dio cuenta a la Corporación de que había recibido una carta del regidor de Parma, por la que se proponía el Hermanamiento con Guadalajara. La Comisión Municipal Permanente quedó enterada, mostrando su aceptación a la petición de la localidad italiana”, señalaba Santos Albalá Cortijo, quien era el secretario de nuestro Consistorio en aquel momento.

Una vez realizados los trabajos preliminares oportunos, se firmó el acuerdo entre ambas ciudades. Ocurrió en 1982. Sin embargo, desde entonces, poco más se ha sabido de la colaboración entre Parma (Italia) y Guadalajara (España). No obstante, desde hace algunos años, se ha intentado recuperar esta vinculación. Dicho interés ha sido mostrado, por ejemplo, por José Morales. Lo ha expuesto desde la pasada legislatura.

El que hasta 2019 era portavoz de «Ahora Guadalajara», y actualmente es el cabeza visible de Unidas Podemos, viajó a la urbe italiana en enero de 2017 con motivo de la conmemoración de los 80 años del fallecimiento de Guido Picelli, un diputado italiano responsable de organizar “la resistencia contra el fascismo en Parma en 1922”. De hecho, al inicio de la guerra civil, “Picelli decidió venir a combatir a las tropas franquistas, muriendo en combate en la provincia de Guadalajara”. Lo tirotearon cuando se dirigía a Algora, tras tomar Mirabueno.

Una vez en Parma, y en el marco de estas conmemoraciones, José Morales llegó a intervenir en el salón de plenos de la ciudad transalpina. Una visita que, además, el edil aprovechó para recuperar la memoria del Hermanamiento entre los dos municipios. Y como el documento base de esta colaboración sólo se conservaba en el Archivo Municipal arriacense –en Italia no lo encontraban–, Morales se lo hizo llegar al regidor parmense.

A su regreso a España, el concejal caracense también aprovechó para plantear un ruego al pleno de nuestra población. Lo registró el 11 de enero de 2017. “Solicitamos a este equipo de gobierno [comandado por Antonio Román Jasanada] a que recupere el acuerdo de Hermanamiento con la ciudad de Parma, y que acoja a los parmenses que acudirán a Guadalajara en este año con motivo del 80 aniversario de la primera derrota del fascismo”.
Finalmente, esta petición no fue atendida por el equipo de Román, aunque se consiguió que “Parma fuera reconocida formalmente como ciudad hermanada en la página web del Ayuntamiento”. En cualquier caso, durante este 2022 se podría relanzar este acuerdo bilateral, aprovechando que se cumplen 40 años de la firma del convenio entre las ciudades. No hay que olvidar que estamos ante una relación internacional que busca fortalecer los lazos culturales, educativos, democráticos, turísticos y económicos entre dos municipios europeos. Y, además, pretende hacerlo en un momento en el que el diálogo internacional es más necesario que nunca, ante lo incierto del panorama mundial. ¡No perdamos la oportunidad de hablar y conocernos un poco mejor!