Mantiel apuesta por las estrellas

Cuando se habla de astronomía en Guadalajara, a todos nos viene a la cabeza el Observatorio de Yebes. Sin duda, se trata de un complejo científico de primer nivel, que cuenta con un relevante impacto internacional. Empero, no es el único enclave de la provincia que ha apostado por el conocimiento del Universo. En el corazón de la Alcarria se encuentra Mantiel, que cuenta con su propio complejo estelar, desde el cual se puede contemplar el espacio exterior. Una circunstancia que es posible gracias a las buenas condiciones que presentan tanto la infraestructura como el entorno en el que se ubica.
“Este observatorio está situado a 1.072 metros sobre el nivel del mar, y presenta muy buenas condiciones para una estación de observación astronómica, gracias a la escasa contaminación lumínica existente en el lugar”, confirman desde el Ayuntamiento. “Paseando cómodamente desde Mantiel, y en tan sólo 15 minutos, el caminante podrá llegar a la moderna infraestructura astronómica instalada por el Consistorio, y disfrutar de los misterios del cielo. Desde allí, observará las estrellas con nitidez”. Además, si lo prefiere, el interesado contará con la alternativa de utilizar el acceso rodado para llegar al complejo astronómico.

Desde este enclave, en cuyo interior existen diversos recursos divulgativos de la astronomía, el público también tendrá la posibilidad de disfrutar de observaciones cósmicas, de la mano del telescopio existente en el lugar. De hecho, se pueden programar visitas al complejo todos los viernes y los sábados, durante las primeras horas de la noche, bajo petición por los canales habituales, y “siempre y cuando el cielo lo permita”. Todo ello –además– a precios muy populares. Más concretamente, a tres euros –en caso de pases individuales– y a dos euros por persona, si quienes protagonizan el recorrido son grupos de más de 10 ciudadanos.

Una localidad con grandes recursos turísticos
Sin duda, acudir al complejo astronómico de Mantiel es imprescindible durante la estancia en la localidad. Pero a lo largo de la misma, el caminante también tendrá la oportunidad de disfrutar de otras muchas alternativas turísticas, tanto ambientales como históricas. No en vano, este municipio se encuentra encaramado “en la ladera de la meseta alcarreña, descendiendo vertiginosamente hacia las aguas de Entrepeñas”, señala Ángel de Juan–García, en el libro «Romerías por la Alcarria Alta». “El lugar está rodeado de olivares, tomillares y monte bajo”.

La localidad se emplaza en un punto idílico, el mismo en el que el municipio se ha desenvuelto desde su creación. Una fundación que se realizó durante la Edad Media. “Sabemos que el pueblo ya existía en el siglo XII debido a la aparición de su nombre en un documento fechado en 1190, según el cual, tras la toma de Cuenca por los castellanos en 1177 –y de acuerdo a una carta de Alfonso VIII al recién creado Concejo conquense–, el caserío pasó a depender del Común de Villa y Tierra de Cuenta”, explica Ángel de Juan–García. De esta forma, Mantiel se constituyó como la frontera occidental de la citada ciudad castellana.

Posteriormente, el pueblo pasó a depender del linaje de los Carrillo y Acuña. Sin embargo, su propiedad sobre el lugar no fue eterna. Lope de Acuña lo vendió en 1495 a Íñigo López de Mendoza, primer conde de Tendilla y marqués de Mondéjar, quien fue su señor hasta inicios del siglo XIX. La propiedad aristocrática de la localidad acabó en 1812, cuando se aprobó la Carta Magna de Cádiz y –en consecuencia– se suprimieron los señoríos. A partir de ese año, el enclave se alzó como Ayuntamiento constitucional, una consideración que mantiene hasta la actualidad.

Esta trayectoria pretérita ha permitido que dicha población presente un relevante legado monumental, en el que destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, emplazada en lo más alto del pueblo. El edificio es de estilo barroco tardío, aunque de transición hacia el neoclásico. “Su planta es de cruz latina, con portada y espadaña a los pies, formada por gran vano adintelado, rodeado de varias molduras”, se añade en «Romerías por la Alcarria Alta». El campanario “tiene dos cuerpos”. Por un lado, “el inferior, con la portada y un pequeño vano cuadrangular”, mientras que el segundo se distingue por aparecer “dos huevos para alojar las campanas, en arco de medio punto con remate de tímpano triangular”.

El templo se halla edificado en sillar. “Goza en su interior de su sencilla nave –dispuesta en cinco tramos–, y de una cubierta de medio cañón sobre arcos de medio punto, al igual que la capilla mayor, el coro y los brazos laterales”, explica Ángel De Juan–García. “El órgano se sitúa a los pies de la nave principal. Está compuesto por una elemental caja de tres cuerpos”. Por tanto, la iglesia de Mantiel bien merece una visita.

Sin embargo, el recorrido por la localidad no finaliza en este monumento. El caminante también puede visitar la ermita de San Roque, barroca y levantada por los vecinos para protegerse de las epidemias del siglo XVII. “En la actualidad, el edificio se encuentra totalmente rehabilitado y es objeto de una romería cada 16 de agosto, festividad del patrón de los pastores”, aseguran los especialistas. No muy lejos de este oratorio existe la posibilidad de disfrutar de la casona de «El Canónigo», un palacete del siglo XVIII que se encuentra habilitado como alojamiento rural.

Incluso, los viajeros podrán disfrutar de las historias en torno al balneario que –hace una centuria– se puso en funcionamiento en el pueblo, y que hoy se encuentra desaparecido. Se domiciliaba a dos kilómetros y medio del casco urbano. “En 1920 se llevaron a cabo los oportunos análisis para su declaración como de utilidad pública y, a partir de ese momento, se hicieron las obras del edificio de baños y del camino de acceso, inaugurándose el complejo el 15 de julio de 1926”, explican los historiadores.

Pero la vida del complejo termal no fue un camino de rosas. El 1 de agosto de 1926, dos semanas más tarde de su entrada en servicio, la infraestructura sufrió “un violento incendio” y, a pesar de que el fuego se extinguió rápidamente, “ardió la práctica totalidad del tejado”. Los gestores del servicio, para impedir perder la temporada, rehabilitaron las cubiertas en un breve lapso temporal, con el fin de continuar con el negocio. Como curiosidad, este alojamiento “es un caso excepcional en Guadalajara y España, ya que era de propiedad municipal, cuando la mayor parte –o casi la totalidad– de los balnearios del país eran privados”, aseguran los historiadores.

Esto no fue impedimento para que durante la dictadura de Franco la infraestructura fuera expropiada para la construcción de Entrepeñas, desapareciendo bajo las aguas del embalse a finales de la década de 1950. A pesar de ello, a Mantiel todavía que quedan muchos recursos patrimoniales, históricos y naturales dignos de ser conocidos por los ciudadanos más exigentes. Entre los mismos, destacan su observatorio astronómico, su iglesia parroquial o sus casonas palaciegas. Sin olvidar, el impresionante paisaje alcarreño en el que se enclava este municipio.

Bibliografía
DE JUAN–GARCÍA, Ángel. Romerías por la Alcarria Alta. Guadalajara: Editores del Henares, 2007.