Más de un millar de serranos subieron al Alto Rey

Tras dos años sin poder celebrarse –debido a la pandemia de la COVID19–, se desarrolló, con gran éxito, una de las tradiciones más esperadas del norte de la provincia. Al fin, el pasado sábado, 3 de septiembre, hubo la posibilidad de disfrutar de la fiesta. Nos referimos a la romería en honor al Santo Alto Rey y a Nuestra Señora de los Ángeles, que –a 1.852 metros sobre el nivel del mar– consiguió reunir a 1.000 personas procedentes de diferentes municipios de la serranía. ¡Todo un lujo!

Más concretamente, en el mencionado evento se involucraron –de forma directa– siete pueblos, emplazados en las cercanías del Alto Rey. Se trata de Albendiego, El Ordial, Aldeanueva de Atienza, Bustares, Las Navas de Jadraque, Prádena de Atienza y Gascueña de Bornova. Los habitantes de estas localidades ascendieron hasta la cumbre de la montaña, con el fin de disfrutar de una jornada de diversión y asueto, en una de las cordilleras más elevadas de la provincia de Guadalajara. Y, por ende, de Castilla–La Mancha.

Existieron dos formas de acudir a la cita. Por un lado, la habitual a lo largo de los siglos, que consistió en ir haciendo senderismo desde cada uno de los pueblos participantes, hasta alcanzar la cima. Sin embargo, desde hace varias décadas, muchos de los participantes optan por ir en vehículo. Y, para ello, utilizaron la pista asfaltada que une la carretera de Bustares con la antigua base militar existente en la sierra, y que estuvo en funcionamiento hasta hace 25 años.

De todos modos, las 1.000 personas que participaron en la romería vivieron un día espectacular. Algo ventoso, pero muy soleado, lo que facilitó la diversión de toda la concurrencia. De hecho, se desarrollaron –sin problema– todos los eventos programados para la jornada. Unas actividades que fueron desde una procesión a una misa de campaña, pasando por la ascensión de las imágenes hasta la cumbre del Alto Rey o la introducción de las imágenes en la ermita, cuya forma actual es de finales del siglo XVIII, aunque sus orígenes son muy anteriores. Incluso, hay quien asevera –sin pruebas fehacientes– que los templaros se establecieron en el lugar…

Pero, regresando a la romería, el evento de la misma que más éxito tuvo fue la «comida de hermandad», como es habitual. En la misma, los participantes degustaron sus viandas –cada uno trajo las suyas– en la vertiente de la sierra que mira hacia el pueblo al que pertenecen. Se trató de un momento de compartir alimentos, anécdotas, bebidas y risas.

En definitiva, un periodo de distención y relajación, que dio paso a una larga sobremesa, que finalizó con música. Más concretamente, se tuvo la oportunidad de bailar jotas y escuchar a un grupo de música folklórica, que dio a conocer sus compases en la misma explanada que –poco antes– había sido ocupada por la misa de campaña.

Una vez finalizados los acordes musicales, los romeros comenzaron a descender a sus localidades de origen, bien fuera a pie o en coche. Entre el público, se distinguieron varios representantes políticos arriacenses y castellanomanchegos. Participaron miembros de la Diputación Provincial de Guadalajara, además del consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, la subdelegada del Gobierno, Mercedes Gómez Mena, y el presidente de las Cortes de Castilla–La Mancha, Pablo Bellido; así como el presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara, José Luis Vega.

La historia
Las primeras noticias existentes de esta romería proceden del siglo XVI. Más concretamente, de 1580, cuando apareció en la «Relación Topográfica de Bustares». En la misma se indicaba que «a media legua del lugar de Bustares está, en lo alto de la sierra, una casa y ermita que se nombra y llama del Señor Rey de la Majestad, la cual es de grandísima devoción y donde, por esta causa, acude gente de muchas partes».

Inicialmente, la fiesta se impulsaba individualmente por cada pueblo. Así, en Albendiego se ascendía el 9 de mayo y el 12 de septiembre; en Aldeanueva de Atienza y El Ordial, el día siguiente de la Pascua de Pentecostés; en Bustares y Las Navas de Jadraque, el 13 de junio; en Gascueña de Bornova, el domingo de la Santísima Trinidad, en primavera; y en Prádena de Atienza, el domingo de Pentecostés.

Empero, “la caída de un rayo en la década de 1940 en medio de la reunión festiva de Albendiego, que supuso la muerte de un hombre y una mujer, hizo que se unificara la subida al monte por parte de todos los pueblos”, explican los afectados. Primero, se optó por el 12 de septiembre, luego por el primer domingo del mismo mes y, finalmente, por el primer sábado septembrino, como sucede en la actualidad.