Pasear por las calles y los alrededores de Campillo de Ranas

Campillo de Ranas
Campillo de Ranas

La Arquitectura Negra de Guadalajara conforma uno de los primeros destinos turísticos de Guadalajara, un territorio montañoso y escarpado jalonado por el macizo de Ayllón y la sierra del Ocejón, en las estribaciones de la sierra norte de Guadalajara. Se trata de uno de los principales destinos turísticos de Guadalajara, plagado de pueblos con encantos cuyo rasgo común es el uso de la pizarra como elemento de construcción.

Tal vez Valverde de los Arroyos y Majaelrayo, a ambos lados del Ocejón, se han convertido en las dos poblaciones más conocidas de la Sierra Negra. Sin embargo, la fisonomía del paisaje está salpicada por decenas de pequeñas poblaciones que guardan la armonía entre construcción, paisaje y paisanaje, la clave de por qué los Pueblos Negros resultan tan sugestivos. Un ejemplo de ello es Campillo de Ranas, una población venida a más por la fuerza de sus habitantes y el empeño de mantener la vitalidad con una personalidad propia envidiable.

Campillo de Ranas
Campillo de Ranas

Hay una jota serrana que dice: “En el río cantan ranas, y en el palomar pichones, en la plaza de Campillo cantan los “chichirritones”. Ya sea invierno o verano, la plaza de Campillo de Ranas yace en la quietud de la sierra. No hay nada que desentone. El pueblo ha conservado con esmero el tipo de arquitectura que confiere un carácter especial a la zona hasta el punto de convertirse en un símbolo de Guadalajara. La Sierra Negra es una sierra pobre, pero extraordinaria en su riqueza de matices, en la flora y la fauna, en tradiciones que recrean la esencia etnológica del terruño. Campillo es un exponente mayúsculo de los Pueblos Negros. Situado a 1.100 metros de altitud, conserva una estructura arquitectónica fundamentada en el empleo de lajas de pizarra negruzca. Las viviendas se componen de zaguán, una planta baja destinada a vivienda, corral y piso superior usado como pajar, habitualmente completado con grandes chimeneas.

El concejo de Campillo de Ranas no sólo está formado por este núcleo sino que agrupa las pedanías de Campillejo, El Espinar, Roblelacasa y Robleluengo. Pueblos encantadores para pasear y dejarse llevar por la belleza sencilla y arrebatadora de una arquitectura hecha a medida del medio físico. Tanto Campillo como sus barrios son algunos de los pueblos más hermosos de la provincia, también con los nombres más sonoros y expresivos.

Durante los últimos años, además, Campillo ha logrado revitalizar su vida diaria además de convertirse en un hito del turismo rural de fin de semana en Guadalajara. Sus calles han sido escenario de varios anuncios de televisión y el pueblo ha sido objeto de reportajes en la prensa nacional e internacional por su capacidad de atracción como lugar de celebración de matrimonios homosexuales. La profusión de este tipo de enlaces ha sido aprovechada con inteligencia por Francisco Maroto, alcalde de Campillo de Ranas, y el resto de habitantes, que han encontrado un filón que aglutina un mensaje constructivo de reivindicación de la igualdad y de promoción de las zonas de interior.

Campillo de Ranas
Campillo de Ranas

“El pueblo de las bodas”, tituló un reportaje sobre Campillo el diario El País el 9 de septiembre de 2007. Anteriormente se habían hecho eco de esta realidad medios globales como The New York Times o la revista Time. Actualmente, en Campillo de Ranas se ofician cada año hasta 80 bodas al año, un rara avis en un pueblo pequeño de Guadalajara. El 30% de ellas son entre parejas homosexuales. Sigue siendo el pueblo de Castilla-La Mancha que más bodas realiza, lo que ha transformado el pueblo. De tener una casa rural y un bar en 2005 ha pasado a disponer ahora de una decena de alojamientos y establecimientos capaces de absorber la demanda de quienes elijan este enclave para casarse en un entorno idílico. Campillo de Ranas bien merece un viaje… o una boda.