Showcooking multicultural en el Parque de la Alameda de Sigüenza

El recién recuperado Parque de La Alameda ha acogido este fin de semana la celebración de un Festival Gastronómico Multicultural en el que los chefs no han sido cocineros profesionales, sino residentes o colaboradores del centro de acogida para refugiados de ACCEM en Sigüenza, que el año pasado cumplía treinta años en la ciudad.

En todo este tiempo, por ACCEM Sigüenza han pasado más de 7.000 personas que llegaron a España escapando de su lugar de origen o residencia a causa de la guerra, la violencia o la persecución. Los que decidieron quedarse, son seguntinos de adopción, aportándole a la sociedad local diversidad y riqueza cultural.

Organizado por la propia ONG y por el Plan de Sostenibilidad Turística de Sigüenza, el Festival ha puesto en valor esta gran riqueza cultural, a través de la gastronomía. Cerca de 300 personas, el aforo completo previsto para el Festival y su posterior degustación, se han dado cita en un evento que comenzaba a las doce de la mañana del sábado con las intervenciones de María Jesús Merino, alcaldesa de Sigüenza, Arantxa Pérez, gerente del Plan de Sostenibilidad, y de Braulio Carlés, responsable de ACCEM en Castilla-La Mancha.

El Festival comenzaba en formato showcooking. Para ello, la organización había ubicado previamente en La Alameda un gran escenario sobre el que las cocineras de ocho países daban a conocer los platos típicos de sus lugares de origen, atinadamente acompañadas en todo momento por los dos presentadores del evento: Pablo Franco y Mar Jiménez,

La armenia Armine; la ucraniana, Natalia; la colombiana Sandra. Zully, de Venezuela; la etíope Nani; Amina y Mame Awa, de Senegal; la iraquí Ameera; y Sabah, de Marruecos, fueron las encargadas de preparar diversos platos de su tierra.

Después de terminar las presentaciones, el público pudo, en el entorno de los quioscos y fuente de La Alameda, degustar cada uno de los platos, de los que se habían cocinando 300 raciones por cada uno, trasladando a ese entorno la fiesta de la multiculturalidad en la que se convirtió el Festival. Y, mientras tanto, sonaba en la pista de baile, la música de El Tino & La Tina.