Alcohol y menores: más protección y mayor vigilancia

Alcohol y menores, mala combinación
Alcohol y menores, mala combinación

Hace un par de días desde el gabinete de prensa del ayuntamiento capitalino en una nota de prensa enviada a los medios, se informaba de una denuncia por la venta de bebidas alcohólicas a menores, en concreto la nota dice:

Denunciado un establecimiento por venta de alcohol a menores de 18 años y por admisión de menores de edad
Por infracción a la Ley 7/2011 de Espectáculos Públicos, en la madrugada del sábado, se denuncia al titular de un establecimiento de la calle Capitán Arenas por venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años, tras comprobarse que al menos ocho de ellos estaban consumiendo alguna bebida alcohólica. También se formula denuncia por admisión de menores de 18 años, al contabilizarse al menos quince menores de edad en dicho local“.

Un aplauso a la policía municipal por estar ahí y por denunciar estos hechos deleznables y proteger a los menores de las garras del alcohol.

Pero hay que seguir ahondando en la prevención y sobre todo en la vigilancia.
Y para ello voy a contar el caso del que fui testigo hace unos pocos días en un local regentado por chinos.

No voy a citar el lugar exacto, pero diré que está muy cerca del parque de la Concordia. Entré con un amigo a esta tienda regentada por chinos y a la par entraron unos jovenzuelos de no más de 16 años. Ellos, cuatro chicos, se situaron aparte, en un rincón, y ella, la chica, cogió dos litronas de cervezas. Los chicos salieron del establecimiento y la chica estaba delante de nosotros para pagar. El chino se dio cuenta de nuestra presencia y que estábamos pendientes de lo que ocurría y la china, que estaba en la caja a punto estuvo de cobrarla hasta que se percató de que yo estaba observando la escena. Al verse sorprendidos por haber dos personas mayores, la china, la cajera, le pidió la documentación a la joven y la pregunto si tenía más de 18 años y ella le dijo que no. Hizo ademan de devolver las botellas. Nos cobró a nosotros, salimos del establecimiento y dentro se quedó la joven. No puedo saber si tras nuestra marcha la china hizo negocio y vendió las litronas a la chica, pero de ser así, cosa que creo que ocurrió, a estos chinos lo único que le interesaba es el negocio.

Creo que hay que vigilar un poco más por parte de la policía, tanto municipal como nacional a este tipo de tiendas, pero advierto, no hay que ir de uniforme, sino camuflados para evitar que nuestros jóvenes entren en una espiral que no le lleva a buen puerto y al tiempo penalizar y multar a esta clase de establecimientos que sin ningún pudor venden bebidas alcohólicas a los más jóvenes; solo hay que recordar el caso de la niña de 12 años de San Martín de la Vega que fallecía el pasado mes de octubre tras sufrir un coma etílico después de participar en un botellón junto a varios amigos en un descampado del municipio

Todo es educación por parte de los padres o de los colegios pero también por parte de la sociedad y si alguien observa un caso como este que yo he narrado, hay dos soluciones, o pedirle a los dueños del establecimiento que no se lo venda o avisar a las autoridades.

Juan Pablo Sánchez ha tomado recientemente posesión como Subdelegado del Gobierno, desde aquí le pido que controle aún más a estos establecimientos por parte de las Fuerzas Cuerpos de Seguridad del Estado y que lo haga en colaboración con el ayuntamiento y la policía municipal y que no se baje la guardia.

Creo que es poco pedir, sobre todo cuando se trata de la salud de las siguientes generaciones.