Bellido evita criticar a Pedro Sánchez por su rectificación sobre el trasvase y Page lo achaca a “una táctica electoral”

Sánchez rectifica sus palabras en las que pedía “el fin de los trasvases” durante un mitin en Murcia, en el que defendió que el acueducto del Tajo “debe seguir teniendo su papel”

Pablo Bellido, secretario provincial del PSOE: “El partido que acabará con el trasvase será el Partido Socialista”

El presidente de Castilla-La Mancha asegura que “como presidente, pongo por encima los intereses de CLM a los de cualquier partido político, incluso del mío”

La asociación de municipios ribereños denuncia que el líder del PSOE “se ha bajado los pantalones” ante los regantes murcianos

Pedro Sánchez, secretario general del PSOE durante su intervención en el acto celebrado ayer en Molina de Segura (Murcia) //Foto: EFE

Las recientes declaraciones realizadas por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en Albacete con motivo de la celebración del Día Mundial de la Tierra en las que apostaba con claridad por el fin de los trasvases y el uso de las desaladoras soliviantó a los regantes de Valencia y Murcia, que interpretaron ese mensaje como un argumento para apoyar el cierre del acueducto del Tajo, que lleva operativo desde hace casi cuatro décadas. Tanto es así que días después, Sánchez se ha visto obligado a matizar sus palabras. Ayer, durante un mitin de su partido en Molina de Segura (Murcia), cambio su postura y aseguró que “el trasvase Tajo-Segura debe seguir teniendo su papel”, aunque también defendió la necesidad de subvencionar la desalación.

Este vaivén del líder socialista en un asunto medular para Castilla-La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana demuestra la falta de una posición consensuada en el seno de esta formación. Mientras el Gobierno autonómico que preside Emiliano García-Page está siendo muy duro con las derivaciones al Segura –especialmente, a raíz del último triple trasvase aprobado por Medio Ambiente-, la Generalitat valenciana, que preside el socialista Ximo Puig, ha exigido mantener el acueducto con el marco legislativo que ahora rige.

El giro de Sánchez ha irritado al Gobierno de Page, según ha podido saber este digital. Entre otras razones, porque su comentario en Albacete –luego amplificado en las redes sociales- en el que se mostraba a favor de la eliminación de los trasvases –en plural- se debió a una improvisación del secretario general del PSOE. No respondió a una petición de Fuensalida ni tampoco llega como consecuencia de un debate en el seno de la cúpula socialista para fijar una posición consensuada. De ahí el enojo de los socialistas murcianos y valencianos, y también de la industria agroindustrial del Levante, y de ahí que el propio Sánchez se haya visto obligado a rectificar en apenas una semana yendo a Murcia a desdecirse de sus propias palabras.

La Asociación de Municipios de Entrepeñas y Buendía también ha mostrado su enfado con Sánchez. En su perfil de las redes sociales ha publicado este duro comentario: “He aquí el ejemplo de cómo bajarse los pantalones ante las pretensiones de los regantes insaciables y las mafias del agua. Vendido Sánchez”. El cambio en el discurso del líder socialista ha sido aprovechado por el PP en la región de Murcia. Jesús Cano, diputado regional del PP en Murcia, afirmó que “Pedro Sánchez, la segunda parte de Zapatero, quiere acabar con los Trasvases, siguiendo la doctrina de Narbona. Desconoce qué más de 200 municipios beben agua gracias a estos Trasvases y que no sería posible una agricultura como la nuestra”.

Las palabras de Sánchez no sólo revelan la desunión de los socialistas en materia hídrica, sino que han tenido el efecto de desplazar del foco mediático hacia el PSOE en un momento en el que todas las miradas estaban puestas en el Gobierno y en el PP tras la aprobación del triple trasvase de 60 hectómetros cúbicos (hm3) en total, que podría ampliarse en las próximas fechas dado que las reservas de Entrepeñas y Buendía han superado los 645 hm3 y, por tanto, han pasado al nivel 2. De hecho, como prueba del enfado que ha provocado esta decisión en Castilla-La Mancha, la Plataforma en Defensa del Tajo ha pedido la dimisión de la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, “si como ministra todo lo que puede hacer por los ríos es apostar por más embalses, más trasvases, más regadíos, más depredación y más insostenibilidad”.

Pablo Bellido, diputado nacional y secretario provincial del PSOE de Guadalajara, ha evitado criticar las manifestaciones de Sánchez y, en declaraciones a Henaresaldia.com, advierte de que “el PSOE es el partido que acabará con el trasvase cuando gobierne, mediante la puesta en marcha de las desaladoras en Levante. El PSOE de Castilla-La Mancha ha sido el único que ha defendido el fin del trasvase frente a la traición de Cospedal y la ambigüedad de otros partidos”.

Esta postura, a juicio de Bellido, la “comparte la mayoría del partido, como quedó reflejado en el documento marco del agua del Comité Federal”. Además, añade que, “a pesar de la división que existe en la región sobre el trasvase, que nos perjudica, ganaremos la batalla interna para acabar con un disparate histórico que ha provocado el saqueo económico de la provincia”.

Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado este lunes al hilo de las palabras de Sánchez en Murcia que “todo el mundo está expuesto a las tácticas del momento y del sistema electoral”. A preguntas de los medios tras una rueda de prensa, el mandatario castellanomanchego ha sostenido que Sánchez prefiere “un modelo donde lo general es la desalación” y coger agua del trasvase “una excepción”. Dice Page que “hay gente a la que le cuesta matizar y precisar”, aunque recuerda que el PSOE a escala nacional siempre ha apostado por la alternativa de la desalación frente a los trasvases.

“Hay gente que en Madrid, en términos políticos, aunque tiene clara la meta final, no tiene la determinación suficiente para ver el calendario” hasta llegar a esa meta, subrayó. “Yo he hablado mucho con Pedro y sé que con mucha claridad preferiría un modelo donde lo habitual sea la desalación. Pero se lo digo con claridad, como presidente, pongo mucho más por encima los intereses de Castilla-La Mancha a los de cualquier partido político, incluso del mío”, concluyó.

Guerra avivada

La llamada “guerra del agua” entre comunidades” se ha reavivado en los últimos meses, entre Castilla-La Mancha y Murcia, después de que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente autorizase la última derivación al Segura hace un mes. Esta decisión, que molestó profundamente a los pueblos ribereños, se produjo después de once meses en los que la tubería había permanecido cerrada por la falta de agua en la cabecera y, cuando los pantanos se encontraban al 25% de su capacidad.

Pantano de Entrepeñas, en abril, después de que Medio Ambiente autorizara el último trasvase al Segura. //Foto: Henares al Día.

Frente al malestar de los pueblos de la cabecera del Tajo, el PP de Murcia defendió la “legalidad” del trasvase, así como avisó de que reclamarán los 18 hectómetros cúbicos adicionales, si la cabecera del Tajo alcanza el nivel 2. Y es que la última derivación se ajustó a las cláusulas del Memorándum del Tajo, aprobado por María Dolores de Cospedal, cuando era presidenta de Castilla-La Mancha en 2013. Una normativa, que significó en la práctica el blindaje del trasvase, a cambio de aumentar la cota mínima no trasvasable a 400 hectómetros cúbicos, un nivel que los pantanos de Entrepeñas y Buendía superaron en enero.

La firma del Memorándum del Tajo supuso también un giro con respecto a la posición que Cospedal había mantenido en la oposición durante la legislatura de José María Barreda. Entonces, el PP de Castilla-La Mancha firmó en 2008 con el PSOE el ‘pacto de Fuensalida’ con el objetivo de reformar el Estatuto de Castilla-La Mancha, que, entre otras condiciones, contempló la clausura del trasvase en 2015. Un compromiso que se desvaneció tan pronto como se convirtió en presidenta castellano-manchega en 2011 y, que los socialistas de Castilla-La Mancha consideran como “la traición de Cospedal, porque decidió anteponer sus intereses personales a los de toda una región”.