Fracking: la energía cuestionada

Una manifestación contra el fracking (foto: Archivo)
Una manifestación contra el fracking (foto: Archivo)

Hace unas semanas, Saúca se convertía en el epicentro informativo de la provincia. Todos los focos periodísticos miraban hacia este municipio. La localidad acogía una reunión informativa de la Plataforma Antifracking de Guadalajara. Durante la cita, uno de los temas que se abordaron fue el recurso que el gobierno de España, presidido por Mariano Rajoy, había interpuesto a la ley en contra de esta técnica extractiva, aprobada por las Cortes regionales hace poco más de un año. Dicha norma autonómica establecía determinados requisitos que dificultaban bastante la fractura hidráulica en la región.

El Ejecutivo de Madrid, sin embargo, consideró que iniciativas legales como la castellanomanchega contravenían la estrategia nacional de hidrocarburos, que es una competencia estatal. Por ello, recurrió ante el Tribunal Constitucional (TC) el referido texto. El TC admitió a trámite la iniciativa del gobierno y, a continuación, suspendió cautelarmente la disposición autonómica hasta que se resolviera el contencioso. La polémica estaba servida.

Pero, en realidad, ¿en qué consiste el fracking? Es una técnica que pretende encontrar las reservas de petróleo y gas natural que permanecen en la roca, y que se encuentran en reductos de escasa permeabilidad y porosidad. Así se expone en los informes «La extracción de Gas No Convencional y la Fractura Hidráulica. El permiso de Arquetu» e «Impacto ambiental del sistema de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional».

En consecuencia, la materia prima aparece en menor concentración y, por tanto, su extracción es más difícil. “Se introducen unos tubos en la tierra hasta una profundidad que puede ser de varios kilómetros. En Estados Unidos hay pozos que superan los tres kilómetros”, explica Manuel Peinado, catedrático de la Universidad de Alcalá (UAH). “Y cuando las perforaciones llegan a la roca que tiene petróleo, hacen un codo y continúan en horizontal”, añade.

Sin embargo, la extracción no termina aquí. “Una vez que se ha perforado a la distancia adecuada, se mete agua a presión con una serie de productos químicos, para –literalmente– reventar la roca”, describe Manuel Peinado. “Tras la generación de una serie de grietas, el poco petróleo que queda rezuma por el tubo de perforación”, añade. En definitiva, se trata de arañar los últimos restos de hidrocarburos. “Imagínense que la Tierra es una naranja. Durante 150 años la hemos exprimido y ahora sólo queda la cáscara”, explica el catedrático de la UAH.

Charla en Saúca
Charla en Saúca

Los posibles efectos de la fractura hidráulica
Pero esta fórmula extractiva, ¿qué consecuencias tiene sobre el medio ambiente? Hay algunos expertos que hablan de un incremento de los temblores en las zonas afectadas. “Los bloques tectónicos son como los libros inclinados de una biblioteca. Se encuentran en equilibro inestable. Cualquier agresión puede generar un efecto dominó entre ellos, provocando su desplazamiento”, explica Manuel Peinado. “Estados americanos como Oklahoma, que no tenían registros significativos de terremotos, últimamente han vivido unos 12.200 debido al fracking”, complementa.

A esto unen las afecciones sobre los recursos hídricos. Por un lado, la utilización intensiva de agua. Un único pozo necesita el equivalente al consumo anual de entre 82 y 265 personas, según cálculos de Ecologistas en Acción (EA). Además, está la posible contaminación de los acuíferos por el uso de aditivos para romper la roca. “Son productos químicos altamente perjudiciales, como metales pesados o abrasivos”, explica Alberto Mayor, de EA-Guadalajara.
Pero la polución no quedaría aquí. También puede verse afectado negativamente el territorio.

“El fracking produce una gran cantidad de lodos contaminados, que se dejan a su albur en balsas abiertas en la naturaleza”, recuerda Manuel Peinado, de la UAH. “Los aditivos que se introducen en el agua a presión regresan a la superficie y se acumulan en balsas, que luego hay que tratar”, asegura la coportavoz de Equo en Guadalajara, Susana Tundidor.

Y, de igual forma, se podrían generar emisiones de efecto invernadero. “El gas natural está compuesto principalmente de metano, y […] entre un 3,6% y un 7,9% de este elemento se escapa a la atmósfera durante la producción del gas de pizarra”, señala el trabajo «Impacto ambiental del sistema de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional». “Hoy por hoy nadie asegura que el fracking sea completamente inocuo para el entorno”, asegura Alejandro Ruiz, delegado territorial de Ciudadanos en Castilla-La Mancha.

A pesar de ello, hay algunas voces que solicitan una reflexión sobre esta técnica. “He estado hablando con profesores de la Facultad [de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense] y decían que si se establecen las medidas correctas para este tipo de extracción, y se hace una vigilancia de la explotación, no tendría que haber problemas”, explica Lucía Enjuto, geóloga y diputada provincial del PP. “No podemos negar la investigación”, añade.

Charla en Saúca
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Y Guadalajara, ¿qué opina de esto?
Pero, dejando a un lado este debate, nuestra provincia se encuentra afectada por el fracking. Y lo está a través del Proyecto Cronos, que se extiende en 96.961,2 hectáreas compartidas entre Guadalajara y Soria. “Los intereses de los lobbies provocan que la fractura hidráulica coincida en las fronteras de dos Comunidades Autónomas diferentes. Entonces, ninguna región puede negarse a hacer un proyecto suprautonómico, ya que los permisos y licencias pasan a ser automáticamente de carácter nacional”, subraya Manuel Peinado.

Actualmente, Cronos se encuentra en fase de investigación, según la concesión otorgada por el Real Decreto 317/2013, de 2 de abril. Este periodo de exploración se prolongaría durante seis años –finalizaría, por tanto, en 2019– y estaría dividido en tres periodos bianuales. Los dos primeros años correspondieron con el trabajo de campo y la toma de muestras. En el tercero y el cuarto se ejecutó un sondeo sísmico. Mientras que, en el ciclo actual, se tendría que haber puesto en marcha el primer pozo. Y, para ello, “deberían haber solicitado un permiso y contar con la Evaluación del Impacto Ambiental. Pero, hasta ahora, no lo han pedido. Ni siquiera se sabe si se ubicará en Guadalajara o en Soria”, aseguran los ecologistas.

De hecho, Cronos ha generado muchas dudas. “Se han opuesto al mismo el movimiento ambientalista, las Plataformas Antifracking y alcaldes de todos los partidos, también del PP”, asegura el diputado regional del PSOE, José Luis Escudero. “En Soria también hay bastante contestación, tanto de vecinos como de ayuntamientos”, añade Alberto Mayor, de EA.

“El proyecto se ubica en un territorio donde no existe ningún gran cauce de agua, por lo que utilizará los recursos de los acuíferos”, señala Javier López, uno de los portavoces de la Plataforma Antifracking de Guadalajara. “Se trata de las reservas que surten a ríos como el Dulce, Tajuña y, en parte, al Henares”, confirma Susana Tundidor, de Equo. “Estas cuencas sufrirían contaminación, debido a la utilización de los aditivos ya mencionados”, confirma la representante del partido verde.

Pero “gracias a la fuerte oposición social, se ha conseguido aprobar una ley que intenta impedir el desarrollo de la técnica del fracking en la región”, indican desde Ecologistas en Acción. Se refiere a la norma que el año pasado impulsó la Junta de Comunidades con los votos favorables de Podemos y PSOE. “El gobierno regional, en el uso de sus legítimas competencias en materia de sanidad y ordenación del territorio, ha legislado sobre este asunto”, relatan desde la Plataforma Antifracking de Guadalajara.

“Se trata de un trabajo fruto de un diálogo prolongado. Se tramitó de forma transparente, contando con la ciudadanía”, explica el diputado regional socialista, José Luis Escudero. “La norma incrementa los requisitos previos para frenar los proyectos de investigación o explotación de la fractura hidráulica”, subraya.

Además, ha sido una ley que ha tenido el apoyo de diferentes sectores. Incluso desde el PP de Guadalajara la vieron con buenos ojos. “Me parece genial”, asegura Lucía Enjuto. “Desde el grupo Popular de la Diputación presentamos una propuesta en la que solicitábamos que se legislara lo máximo posible para controlar técnicas extractivas de este tipo”, complementa.

“Por eso, me parece muy bien que la Comunidad Autónoma legislara para controlar al máximo la fractura hidráulica.”, confirma Enjuto. “Pero no sólo tiene que ser una labor de la Junta. En nuestra proposición de la Diputación instábamos al propio Gobierno de España para que, si esta extracción se lleva finalmente a cabo, haya un control medioambiental y que no se produzca contaminación”, añade la diputada.

Sin embargo, lejos de dicha postura, el Ejecutivo de Rajoy ha recurrido la norma de Castilla-La Mancha ante el TC. “Esta decisión es indignante. Sobre todo, teniendo en cuenta que en el Consejo de Ministros está María Dolores de Cospedal, que conoce la total oposición que existe en la región en contra de esta técnica”, espeta Javier López, de la Plataforma Antifracking. “Es una medida decimonónica. Se vuelve a apostar por energías fósiles y contaminantes”, asevera Susana Tundidor, de Equo. Desde el PSOE son –todavía– más beligerantes. “Ha sido un boicot de Rajoy y Cospedal a una ley de Castilla-La Mancha”, asegura José Luis Escudero.

Sin embargo, desde Ciudadanos y el PP son más cautos a la hora de calificar el recurso. “Debemos esperar al posicionamiento del Tribunal Constitucional”, indica Alejandro Ruiz, de Cs. “Respetamos lo que haga el Gobierno y lo que decida el Tribunal”, complementa Lucía Enjuto, del PP. “Espero que el TC se pronuncie cuanto antes y podamos quedarnos tranquilos en la provincia”, añade la diputada.

– En este sentido, ¿cuál es su visión sobre el fracking? –repregunta el informador.

– Es una técnica que está produciendo mucha controversia –explica Enjuto–. Personalmente, no tengo claro que produzca los efectos que mencionan los ecologistas. Sin embargo, ante esta duda, siempre he apostado por la investigación. Y después, debemos legislar y controlar al máximo todos los trabajos de explotación.

Además, la diputada del PP denuncia las situaciones complicadas que se produjeron cuando se comenzó a hablar del Proyecto Cronos. “En algunos casos se encontraron pintadas en las puertas de las casas. Y cuando pensaron que yo estaba a favor del fracking –nunca he dicho que lo estuviera–, también aparecieron pintadas en rocas naturales del término de Mazarete [localidad de la que es alcaldesa]”, rememoran.

Al mismo tiempo, desde Ciudadanos critican que la fractura hidráulica se haya convertido en una “guerra política” entre el PP y el PSOE. “Nos gustaría que no se utilizase este tema como un argumento en el enfrentamiento perpetuo que mantienen estos dos partidos”, añade Alejandro Ruiz. “En el fracking deberíamos estar unidos y no jugar a los colores políticos”, dice.

Otras opciones
En cualquier caso, ¿hay alternativas a la fractura hidráulica? Para muchos sectores, sí existen. Entre ellas, las renovables. “En España tenemos una asignatura pendiente con la transición hacia un nuevo modelo energético”, asegura el diputado regional del PSOE, José Luis Escudero. “La apuesta por una energía limpia no se puede sostener en el fracking”, subraya.

Y en cuanto al transporte motorizado –uno de los principales consumidores de las energías fósiles–, también hay otras soluciones. “La mayoría de los vehículos se mueven con gasolina o gasoil. Entonces, en este tema tendríamos que trabajar a favor de los motores eléctricos o mixtos”, propone Alberto mayor, de EA-Guadalajara.

En relación a la comarca afectada por Cronos, desde la Plataforma Antifracking de Guadalajara lanzan varias ideas que permitirían un desarrollo económico sin pasar por la fractura hidráulica. Entre ellas, la ganadería extensiva o el turismo rural. “La zona se encuentra a caballo entre el río Dulce y el Alto Tajo”, recuerda Javier López. “Además, la actividad turística respeta el medio ambiente”, concluye Susana Tundidor, de Equo.

Por tanto, el fracking es una técnica que se ha visto cuestionada por diversos sectores de la sociedad. Desde partidos políticos a organizaciones sociales. Todos ellos han mostrado sus dudas en torno a una técnica extractiva que –parece– genera más incertidumbres que certitudes. En consecuencia, el estímulo de las diferentes alternativas podría reducir tanto la polémica y como los posibles impactos de esta técnica. Porque, como decía el ambientalista estadounidense Aldo Leopold:

«La conservación es un estado de armonía entre hombre y tierra»

Sobre el negocio del fracking

Se han observado algunos de los elementos relativos a la fractura hidráulica. Pero, desde el punto de vista económico, ¿se trata de un negocio provechoso? En Ecologistas en Acción no se creen la eficacia monetaria de esta técnica. “Si analizamos la inversión que se necesita con el beneficio que finalmente se obtiene, no es rentable”, explica Alberto Mayor. “Debido a la caída de los precios, los operadores que producen el petróleo no convencional –como el fracking– están entrampados hasta las cejas, pero se ven obligados a seguir produciendo para pagar deudas y para que no decaiga el inflado coste de las acciones”, asegura el catedrático de la Universidad de Alcalá (UAH), Manuel Peinado.

“El fracking es un negocio financiero. Se trata de un sistema piramidal que produce ventas por debajo de los gastos de producción, por lo que debe atraer a nuevos inversores para que sigan apoyando los proyectos”, explica. En otros países europeos, como Polonia, se han dado cuenta de esta situación. “No queda ninguna iniciativa de investigación”, asegura el catedrático de la UAH. “En 2011, el entonces primer ministro de Polonia, Donald Tusk, se comprometió a iniciar la fractura hidráulica comercial en 2014, después de que los estudios geológicos estimasen que el mencionado país europeo podría tener hasta 768 billones de metros cúbicos de reservas de gas de esquisto”, complementa.

Pero con el paso de los años, la situación cambió. “Las tensiones fueron creciendo en Ucrania y en Europa. La seguridad energética y la competitividad fueron las nuevas prioridades políticas y, además, hubo un aumento en la presión por parte de los activistas antifracking, que predecían las consecuencias nefastas de esta técnica”, indica Peinado. Además, “los bajos precios del gas de Estados Unidos habían dañado la competitividad del mercado y se advertía que en Europa podía darse un caso similar”, añade. “El grupo de los gigantes petroleros, encabezados por Exxon, Chevron y Marathon, se marchó con las manos vacías”, complementa.

“Mientras tanto, en España, las empresas siguen con los juegos de artificios, pero estos proyectos no tienen ningún viso de avanzar. Y, en este sentido, yo me atrevo a asegurar que en nuestro país, finalmente, no habrá explotaciones de fractura hidráulica”, predice. “De hecho, los grandes fondos inversores no están apostando por el fracking. Es la crónica de una muerte anunciada”, concluye.

Bibliografía

VV.AA., Impacto ambiental del sistema de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional, Madrid: CCOO, 2012.

VV.AA., La extracción de Gas No Convencional y la Fractura Hidráulica. El permiso de Arquetu, Cantabria: Asamblea contra la fractura hidráulica, 2011.