Henche, una localidad romera

La Alcarria es una comarca en la que el folklore brota por doquier. En la totalidad de sus municipios existe –al menos– una celebración en la que las tradiciones ancestrales ocupan sus calles y plazas. Para comprobarlo, se ha de acudir a Mazuecos, y disfrutar de su soldadesca; a Albalate de Zorita, para deleitarse con los danzantes de San Blas; a Peñalver y a Yélamos de Abajo, para observar los desarrollos de sus respectivas botargas; a Salmerón, con el fin de saber más de sus mascaritas; o a Fuentes de La Alcarria, con el objeto de inmiscuirse entre La Pantasma y El Alforjero.

Incluso, en Tendilla y en Cifuentes se programan sendas ferias de mercaderías; mientras que los soldados de Cristo se pueden ver en Budia; los mayos, en Pastrana; las Mayordomas, en Alcocer; el alfombrado de las calles durante el Corpus, en Almonacid de Zorita; o el certamen de rondas navideñas de Torija, entre otras muchas propuestas. Por tanto, la comarca ofrece una multitud de alternativas tradicionales a lo largo del año. Una riqueza de la que tampoco ha es ajeno el municipio de Henche, ubicado a pocos kilómetros de Entrepeñas.

Allí se celebra una multitudinaria romería en honor a San Bartolomé, que se programa –puntual– el primer fin de semana de junio. “El santo es bajado hasta la ermita, donde la talla se queda hasta el 24 de agosto, festividad del apóstol”, explica Ángel de Juan. De hecho, los lugareños –entre bromas– aseguran que «con la llegada de los calores, el patrón acude al santuario a veranear». “La imagen del santo predicador de India y Armenia se queda en el oratorio hasta el día de su fiesta –el 24 de agosto–, fecha en que es subido en procesión al pueblo, donde permanecerá hasta el año siguiente”, confirman los etnógrafos.

En la mencionada celebración, que cuenta con siglos de historia a sus espaldas, asisten centenares de personas, procedentes de Henche y de múltiples localidades del entorno. Incluso, asiste público vinculado con el pueblo, pero que –por diversos motivos– vive alejado del mismo. “Es un momento para disfrutar y reencontrarse con los que viven fuera”, asegura Ángel de Juan. “Debido al éxodo rural, producido a finales de la década de 1960, la fiesta apenas se celebró. Sin embargo, se recuperó hace unos pocos años, organizándose durante la tarde del primer sábado de junio, para que pudieran llegar a tiempo los hijos del pueblo que viven fuera”.

Pero, ¿en qué consiste exactamente esta romería de San Bartolomé? “La procesión con el santo sale de la iglesia del pueblo sobre las seis de la tarde y es llevada a hombros por los participantes”, se confirma en la obra «Romerías por la Alcarria Alta». “Una pequeña orquestina anima el trayecto a los muchos que se atreven a bajar andando”. Además, “con rezos y cánticos al santo patrón, la talla atraviesa las calles de la localidad, para llegar a la carretera y, desde ahí, en algo menos de una hora, terminar en la ermita dedicada apóstol”.

Una vez en el santuario, “la estantigua se reorganiza y la talla, ante la expectación de toda la concurrencia, entra en el edificio, donde es depositada en un pequeño altar”, explica Ángel de Juan. A continuación, se celebra una misa –oficiada por el cura de la localidad– y, una vez concluido el sermón, la totalidad de los presentes “disfrutan de una merienda en agradable compañía”. Por tanto, a lo largo del evento se combina –a la perfección– la tradición, la historia, la naturaleza, la convivencia y el patrimonio monumental. ¡Un lujo!

Lugares centenarios
De hecho, durante esta romería se tiene la oportunidad de conocer parte de los monumentos existentes en Henche. Entre ellos, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, cuya edificación inicial se encuentra fechada en el siglo XIII, distinguiéndose –por tanto– el estilo románico en varios de sus elementos. Sin embargo, el complejo contó con reformas posteriores. “En el XV se amplió y se construyó una cúpula con artesanado de forma octogonal encima del altar mayor, mientras que en el XVI se levantó la espadaña, seña de identidad del templo”, explican desde el Ayuntamiento.

Lo más característico del templo es su puerta construida sobre el muro de levante. “Se trata de un acceso de aspecto medieval y tardorománico, compuesto por cuatro arquivoltas”, confirman fuentes consistoriales. Además, en el interior de la parroquia, se puede disfrutar de “una pila de agua bendita gótica con arcos y bolas como decoración, así como una magnífica pila bautismal mozárabe anterior al siglo XII”. El ábside también es románico y “merece una detenida visita”.

Asimismo, se puede conocer la ermita de San Bartolomé. “El oratorio se encuentra situado en el despoblado de Majanares y es de estilo barroco”, explican los historiadores el arte. De hecho, se construyó a finales del siglo XVI, con muros de mampostería. “La puerta tiene un arco de medio punto con dovelas, encima de la clave tiene un cuchillo símbolo del santo”.
Sin embargo, en Henche existen otros ejemplos patrimoniales de gran interés. Entre ellos, la ermita de San Bartolomé, del siglo XVI y ubicada junto al cementerio municipal; el puente medieval, situado en el parque del Pradillo, llegando a integrarse en su día en el camino que unía Madrid y Trillo, y que se utilizaba para acudir a los reales baños trillanos; el molino aceitero, un complejo industrial levantado en 1752; o las bodegas que trufan las calles y los alrededores del pueblo, donde “se guardan los productos de las cosechas de vino y huerta”.

Por tanto, Henche ofrece una gran cantidad de alternativas. Desde las tradiciones más ancestrales –como la romería de San Bartolomé–, a monumentos con siglos de historia. Todo ello, además, acompañado por un entorno natural único –típicamente alcarreño– y una gastronomía que hará chuparse los dedos a los más exigentes. En consecuencia, este municipio bien merece una visita, que deleitará a la totalidad de los visitantes. ¡No te lo pierdas!

Bibliografía.
DE JUAN–GARCÍA, Angel. Romerías por la Alcarria Alta. Guadalajara: Editores del Henares, 2007.