Mantiel, la joya desconocida

La Alcarria es una comarca de pueblos espectaculares. Sólo hay que conocer Brihuega, Cifuentes, Trillo y Pastrana para comprobarlo. Sin embargo, existen otros muchos municipios que –aunque son menos conocidos– tienen mucho que aportar. Y para muestra, Mantiel, una localidad de apenas 30 habitantes –de acuerdo al último padrón municipal del INE–, que cuenta con un sinfín de atractivos que sorprenderán al viajero más avezado. Entre ellos, se suceden múltiples propuestas naturales, patrimoniales, astronómicas y apícolas.

Lo primero que llama la atención es la ubicación de la localidad, sobre la loma de un cerro amesetado, muy cerca de Entrepeñas. El embalse se divisa desde el lugar, permitiendo unas vistas espectaculares. Además, en los alrededores del casco urbano se distinguen formaciones florísticas de tipo mediterráneo, que permiten la práctica del senderismo. La propuesta más interesante es una ruta circular, llamada de «La Fuente del Espino», que alcanza los 15,5 kilómetros de longitud de dificultad moderada. A pesar de ello, se puede completar en –aproximadamente– cinco horas, tras pasar por Chillarón del Rey o Cereceda, entre otros puntos.

Además, el caminante no sólo conocerá las joyas naturales de Mantiel. También las patrimoniales, entre las que destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, emplazada en la parte más elevada del municipio. El templo es de estilo barroco tardío –con rasgos del neoclásico–, mientras que su planta es de cruz latina. La espadaña se sitúa a los pies del complejo y se encuentra formada por un gran vano adintelado, rodeado de varias molduras. Además, cuenta con dos cuerpos. “El inferior, con la portada y un pequeño vano cuadrangular. Y el segundo, con dos huecos para alojar las campanas, en arco de medio punto con remate de tímpano triangular”, explican los especialistas. Asimismo, el templo se encuentra construido con sillar y su interior es de gran sencillez, aunque de interés.

De hecho, se encuentra dispuesto en cinco tramos. “La cubierta es de bóveda de cañón sobre arcos de medio punto, al igual que la capilla mayor, el coro y los brazos laterales”, explican los investigadores. A los pies de la nave principal se distingue el coro y lo que queda del antiguo órgano. Dicho instrumento está compuesto por “una elemental caja de tres cuerpos, toscamente decorada, sin tubos, sin teclado y sin fuelles. Data de 1.803, siendo su autor Josef Berdalonga, procedente de Alcalá de Henares”.

Sin dejar de lado el patrimonio religioso, se ha de mencionar la ermita de San Roque. Según cuentan las crónicas, este edificio fue levantado por los vecinos de Mantiel en el siglo XVII para protegerse de la peste, que azotó nuestro país tanto a inicios como a mediados de la referida centuria. La epidemia afectó –en sendas oleadas– a diferentes puntos de España, entre los que se encontró este municipio alcarreño, donde –tras superar la enfermedad– se decidió levantar el oratorio en honor al patrón de los pastores. “Es de estilo barroco tardío y ha sido rehabilitado recientemente”, confirman los historiadores.

Una restauración que también ha vivido el lavadero local, que se encuentra cubierto en su totalidad. Se emplaza a la salida del casco urbano, un entorno caracterizado por las huertas y por un bosque mixto. Desde este punto parte una nueva propuesta senderista circular de 6,5 kilómetros de longitud, que se puede completar en poco más de dos horas, tras recorrer los caminos y sendas propuestos, que se hallan en buen estado de conservación.

Unas opciones que no cesan
Pero la riqueza del pueblo no finaliza aquí. Llegó a contar con un balneario de propiedad municipal, que era arrendado por temporadas. “Pero antes de su fundación en la década de 1920, el lugar ya era concurrido por personas que, con diferentes enfermedades y dolencias, venían a tomar sus aguas curativas sin haber sido declaradas –todavía– de utilidad pública”, explican fuentes municipales. Como dato curioso, éste fue uno de los pocos establecimientos de su estilo que no era de gestión privada.

“El balneario de Mantiel es un caso excepcional en España, en cuanto a la propiedad municipal del establecimiento. La mayor parte –o casi la totalidad– de las infraestructuras similares eran particulares”, explican desde el Consistorio. Se puede conocer la historia de la infraestructura en obras como la desarrollada por Aurelio García López y denominada «El balneario de Mantiel: agua, higiene, salud y desarrollo industrial».

Asimismo, se ha de mencionar la calidad de los cielos de la zona. Una circunstancia que ha facilitado el diseño de una infraestructura en la que poder disfrutar de las estrellas. “Paseando cómodamente desde el casco urbano, y en tan sólo 15 minutos, el interesado podrá llegar al moderno observatorio instalado por el Ayuntamiento, y disfrutar de los misterios celestes”, explican fuentes municipales. El mencionado complejo “está situado a una altitud de 1.072 metros sobre el nivel del mar y presenta muy buenas condiciones para una estación de observación astronómica”. Todo un lujo que facilita el conocimiento de los secretos del firmamento. Y hacerlo, además, en un entorno privilegiado, sin apenas contaminación lumínica.

Y si el caminante no ha colmado sus expectativas –por difícil que parezca–, aún cuenta con más oportunidades de «turismo activo». Se puede acercar al centro Apícola de Mantiel, que se encuentra en funcionamiento desde hace 12 años. Fue inaugurado –oficialmente– en 2010 por parte del Consistorio. “Nuestra misión es ser el referente del desarrollo sustentable del sector apícola alcarreño, que orienta, promueve y coordina la integración, la investigación, la difusión, la información, certificación y capacitación de la miel”, subrayan los responsables de la iniciativa.

Por tanto, y como se ha podido comprobar, no hay cabida para el aburrimiento en Mantiel. Estamos ante una localidad que permite al caminante opciones históricas, patrimoniales, naturales y senderistas. Incluso, los más visitantes más curiosos podrán disfrutar del «astroturismo» en el centro habilitado con tal fin, un complejo que –además– ofrece visitas guiadas a los interesados. Nos hallamos, en consecuencia, ante una joya desconocida en plena Alcarria guadalajareña, muy cerquita del embalse de Entrepeñas. ¡No te quedes sin descubrirla!

Bibliografía.
GARCÍA LÓPEZ, Aurelio. «El balneario de Mantiel: agua, higiene, salud y desarrollo industrial». Guadalajara: Editores del Henares, 2002