Quabit BM Guadalajara se despide de su afición con una victoria redonda ante Abanca Ademar León (25-23)

Espectacular tarde de balonmano vivida en el Santamaría, con un comienzo irregular por parte de los morados, que rompieron el partido en la segunda mitad, culminando con una victoria por 25-23 que coloca al conjunto morado en el octavo puesto, con 15 puntos en el bolsillo y con la sensación de que el equipo ha ido de menos a más en esta primera vuelta, que ha terminado con muy buenas sensaciones y buen juego, a pesar de las bajas de Chema Márquez y Víctor Montoya.

Quabit BM Guadalajara salió ligeramente despistado a la pista azul del Santamaría, con pérdidas de balón que permitieron una rápida subida al contrataque del equipo leonés. Llegado el minuto 9:51, el equipo visitante ya acumulaba una ventaja de 4 tantos, algo que forzó a César Montes a detener el cronómetro por primera vez, buscando la reacción de sus hombres, a los que les estaba costando entrar en el encuentro. Pronto, el combinado alcarreño se puso las pilas en defensa, consiguiendo transformar las pérdidas de los leoneses en goles los contrataque. La situación llevó a Rafa Guijosa a detener el tiempo llegado el minuto 23, cuando un 10-11 lucía en el Santamaría. Escasos segundos después llegaría el empate y a partir de entonces la igualdad se instaló en la pista azul del municipal. Los últimos minutos estuvieron protagonizados por el ansia del Quabit, que quería marcharse al descanso con el luminoso a su favor. La precipitación se tradujo en gol en el minuto 28, primer momento en que Quabit se puso por delante en el marcador, gracias a un gol anotado por el joven Antonio Serradilla. La grada, animada, consiguió aupar a su equipo y conducirlo al descanso con un ventajoso 15-13 en el marcador.

A la vuelta del descanso, Quabit ganó en intensidad y siguió aumentando su ventaja, llevando a Rafa Guijosa a pedir su segundo tiempo muerto del encuentro llegado el minuto 6, con 17-14 en el marcador y León completamente desubicado en ataque, enfrentándose a una defensa local cada vez más sólida. José Javier Hombrados “cerró la portería” y cinco minutos después, Guadalajara ya se había hecho dueño y señor de la pista, forzando a Guijosa a parar de nuevo el cronómetro, absolutamente incapaz de reaccionar. Poco a poco, el equipo visitante recuperó la concentración, sin llegar a conseguir que los morados se pusieran nerviosos. Sin embargo, León no quería volverse a casa con las manos vacías, disminuyendo poco a poco la distancia y llegando al minuto 25 habiendo reducido la ventaja a tan solo 3 tantos, lo que avecinaba un final intenso, que culminó con un luchado 25 a 23 que dejó un delicioso sabor de boca en la afición, con el equipo en estado de gracia y una capacidad de reacción digna de los mejores.