Tamajón apuesta por la paleontología

El conocimiento del pasado –sea cercano o lejano– es muy positivo. Nos permite ser conscientes de lo ocurrido en tiempos pretéritos, así como interpretar el presente y afrontar el futuro con mejores herramientas. Por tanto, la historia –en todas sus vertientes y etapas– siempre nos genera réditos. Incluso, turísticos y económicos… En Tamajón son conscientes de ello. Por ello, quieren recuperar y poner en valor su herencia paleontológica. Siguen desarrollándose excavaciones en la zona, que están arrojando resultados muy interesantes. Y, además, hace unos meses, se inauguraba el Centro de Interpretación Paleontológica y Arqueológica de la localidad (CIPAT), con el fin de divulgar los valores del lugar.

De hecho, esta infraestructura se constituye como “un espacio expositivo y didáctico, diseñado para la presentación de materiales y actividades relacionadas con el rico patrimonio paleontológico y arqueológico de Tamajón”, explican desde la Universidad de Alcalá (UAH), que se encuentra involucrada en la propuesta, junto con el Ayuntamiento de la localidad. De hecho, miembros del grupo de investigación en «Paleontología Ibérica (PaleoIbérica)» de la UAH –entre los que se encuentran Mélani Berrocal, Julia Audije y Senay Ozkaya– forman parte del equipo científico del CIPAT. Fernando Barroso, profesor de Geología, Geografía y Medio Ambiente en la mencionada universidad, también es el coordinador del proyecto. Además, parte de estos investigadores son –a su vez– los que están desarrollando las excavaciones en el término municipal tamajonero. Por tanto, conocen a la perfección los recursos que luego se exponen.

Además, el complejo se amplió a inicios de la primavera. Se inauguró la nueva «Sala de la Evolución Humana» del CIPAT, completando –así– el discurso expositivo de la propuesta, basado en relatar tanto los avances paleontológicos como los arqueológicos obtenidos en Tamajón. “El proyecto científico y museístico le fue confiado a un equipo multidisciplinar de la Universidad de Alcalá, liderado por los profesores Manuel Alcaraz y Mercedes Conde, así como por el catedrático Ignacio Martínez Mendizábal”, confirman fuentes cercanas a la investigación. “Sin la colaboración del equipo científico de la UAH, nada de lo que hoy inauguramos hubiera sido posible”, añadía el alcalde, Eugenio Esteban de la Morena.
En este sentido, hay que tener en cuenta que existen dos tipos de yacimientos en las cercanías de Tamajón. Por un lado, los centrados en la investigación y recuperación de restos paleontológicos. Y, por otro, los basados en el legado arqueológico. En ambos casos, están gestionados por equipos científicos adscritos a la Universidad de Alcalá, confirma Fernando Barroso, profesor titular de la UAH. ¡Todo un lujo!

La antigüedad de la zona
Pero centrándonos en la parte paleontológica, ¿cuál es la riqueza que ofrece esta villa serrana? Se han encontrado restos pertenecientes al Cretácico Superior. Es decir, de una antigüedad que va desde los 92 a los 95 millones de años. “Podemos hablar de dos afloramientos paleontológicos principales”, relata Barroso. El primero de ellos es el más «longevo», al datarse –precisamente– hace 95 millones de años, y en él se han hallado varias huellas –sobre todo, de «cocodrilomorfos», aunque también se han descrito de dinosaurios y de peces–. “Estamos ante una época con un clima más tropical, en el que existía un nivel del mar superior al actual, por lo que se han registrado rastros de dichas especies”.

Este yacimiento fue descrito en la década de 1980 por el actual profesor emérito de la UAH Manuel Segura, mientras realizaba su tesis doctoral en las proximidades. Sin embargo, las investigaciones no arrancaron hasta 2015, cuando se observó un gran potencial científico y divulgativo en este punto. Precisamente, hace siete años es cuando se planteó la realización el CIPAT. Una propuesta que fue aceptada por los responsables políticos del momento –más concretamente, por el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban de la Morena–. Un trabajo que desembocó en la apertura de la infraestructura, gracias al apoyo del Ayuntamiento y de la UAH.

El segundo afloramiento paleontológico tamajonero, sin embargo, es un poco posterior. Se ha datado hace entre 92 y 93 millones de años. “En este caso, hemos encontrado –mayoritariamente– invertebrados marinos”, explica Fernando Barroso. “Es un momento en el que el nivel del mar ascendió todavía más y llegó a inundar el centro de la Península Ibérica”. En este contexto se ha de entender la recuperación –en el yacimiento– de bivalvos, gasterópodos, peces, erizos de mar e, incluso, tiburones y reptiles marinos. La existencia de estos fósiles en el lugar se conoce, al menos, desde la década de 1930, cuando se utilizaba el lugar por parte de la Escuela Normal de Guadalajara –actual Facultad de Educación– con fines didácticos. Las excavaciones –como tal– se iniciaron en torno a las décadas de 1970 y 1980 ¡Casi nada!
– Pero, ¿cuál es la relevancia de los descubrimientos paleontológicos que se están realizando en Tamajón?

– El primero de los afloramientos, el más antiguo, el de hace 95 millones de años, destaca por su excepcionalidad a nivel mundial. Contiene huellas prácticamente únicas y en una concentración extraordinaria. Además, nos da información no sólo de los organismos que vivían en ese momento en aquella zona, sino también de la forma en que lo hacían –confirma Fernando Barroso a Henares Al Día.

De hecho, los mencionados rastros se corresponden con una especie de «cocodrilos prehistóricos» de los que, hasta este momento, sólo se tenían noticias de su desarrollo en el norte de África. Tras este hallazgo, los investigadores suponen que llegaron a poblar –también– determinados contextos europeos. Se trataba de unos reptiles que “se encontraban muy adaptados a los desplazamientos en tierra”, frente a los que conocemos en la actualidad, más habituados a la vida y a los movimientos en el agua.

Y en relación al segundo de los afloramientos paleontológicos, el más «cercano» en el tiempo –el de hace 92-93 millones de años–, “lo excepcional es la extraordinaria abundancia” de recursos encontrados. Además, “es un yacimiento muy didáctico, que nos permite la enseñanza de nuestra disciplina sobre el terreno”. No en vano, han invitado a estudiantes de diferentes universidades a que se acerquen al lugar, participen en las excavaciones y puedan aprender esta profesión in situ, completando –así– sus estudios teóricos. Sin duda, estamos ante un compromiso con la ciencia, la divulgación y la formación en todos sus aspectos.

Y en esto, llegó el hombre…
Muchos más recientes son los yacimientos en los que habitaron homínidos. En este caso, “algunos corresponden a los neandertales y, otros, a los primeros homos sapiens, o cromañones”, asegura Ignacio Martínez Mendizábal, catedrático de la UAH. “En los dos tipos de excavaciones me he encontrado herramientas de piedra y restos de fauna, aunque –todavía– no se ha hallado ningún fósil humano”. Lo relevante de los primeros restos es que se “han recuperado en una zona en la que existía muy poca evidencia de poblamiento neandertal”, indica Mercedes Conde Valverde, profesora de la UAH.

De hecho, se pensaba el centro peninsular podría estar deshabitado en aquella época. No se pueden pasar por alto las condiciones climatológicas que había en esta zona hace 40.000 años, cuando se han datado parte de estas excavaciones. El frío era de una intensidad mucho mayor a la actual. Por ello, demostrar que el entorno se encontraba habitado significa un paso adelante en el conocimiento del pasado. Incluso, se ha encontrado utillaje de un gran interés de cara al estudio de los ancestros de los humanos modernos («homos sapiens sapiens»).

Por tanto, la comarca de Tamajón es muy rica en yacimientos paleontológicos y arqueológicos, que están arrojando resultados muy interesantes. Pero, además, estas investigaciones se están difundiendo a la ciudadanía a través de diferentes iniciativas, como el CIPAT. Unas propuestas que, además de democratizar el saber histórico y científico, permitirán atraer turismo hasta la localidad y a los alrededores. Estamos ante una muy buena oportunidad para acercarse a la Serranía de Guadalajara y, además, conocer su devenir pretérito desde hace millones de años. ¡No te lo puedes perder!