Trillo también fue tierra de necrópolis

La Alcarria es un territorio en el que se suceden municipios con un gran interés cultural, histórico, patrimonial y natural. Esta realidad se puede comprobar –de primera mano– en Trillo, una localidad atravesada por dos ríos –el Tajo y el Cifuentes–, rodeada de frondosos bosques, y con una serie de edificios de gran calado que jalonan sus calles. Entre ellos, su iglesia parroquial, dedicada a la Asunción de Nuestra Señora, levantada a mediados del siglo XVI y de estilo renacentista. De la misma época procede el puente principal de la localidad, aunque es posible que se proyectase sobre una construcción anterior, mucho más antigua…

Sin embargo, el edificio más antiguo del emplazamiento es «La Casa de los Molinos». “El complejo es mencionado por primera vez en una serie de documentos del Fernando IV, rey de Castilla y de León (1295–1312)”, indican desde el Ayuntamiento. Pero, según confirma Agapito Pérez Bodega en su «Guía y notas para una Historia de Trillo», se construyó en el siglo XII. Actualmente, alberga el Museo «Prometeion», sobre «El Hombre y la Energía».
De igual forma, en la villa existen otros elementos históricos de interés, como el rollo. “Este complejo fue erigido en la primera mitad del siglo XVII, cuando Trillo adquirió el rango de villa”, aseguran las actas municipales. Este tipo de inmuebles consistían en “monumentos que se proyectaban previa autorización regia, al conceder a la población el título de villazgo”.

Pero hay otra serie de ejemplos patrimoniales trillanos de gran impacto que –sin embargo– no son tan conocidos. Nos referimos a las necrópolis existentes en el término municipal. La principal de ellas procede de época visigoda, aunque con una expansión medieval. Una de las primeras excavaciones realizadas en la zona data del inicio de la década de 1970. “El ingreso en el Museo Arqueológico Nacional –en 1971– de una serie de objetos procedentes de un enterramiento asentado en las proximidades, condujo a la realización de prospecciones en el lugar durante el mes de octubre de 1972, con el fin de determinar la naturaleza del enclave”, explicaban los investigadores Ricardo Izquierdo Benito y José María Izquierdo Bertiz, en uno de sus artículos académicos.

Los primeros análisis determinaron que los materiales anteriores a las excavaciones –los registrados en el Museo Arqueológico Nacional en 1971– se encuadraban en la época visigoda. Un resultado que se obtuvo gracias a que “unos elementos muy semejantes fueron encontrados en unos enterramientos visigóticos ubicados en Almodóvar del Pinar (Cuenca)”, confirmaban Izquierdo Benito e Izquierdo Bertiz. “Tanto la forma de los pendientes como su sistema de enganche, además de la decoración de los anillos y el material en el que están realizados –plata de baja ley–, presentaban un gran parecido con los procedentes de la necrópolis de Trillo”.

Una amplia cronología
Pero la necrópolis de esta localidad arriacense es mucho más rica. En otra de las fases de las extracciones arqueológicas se encontraron vestigios procedentes de la Alta Edad Media. “Especialmente, en una de las tumbas excavadas –que tenía forma de bañera y sus extremos eran semicirculares–, que podemos relacionarla con tipos parecidos hallados por los arqueólogos en varios cementerios altomedievales”, explican Ricardo Izquierdo y José María Izquierdo. Este tipo de inhumaciones con apariencia de tina “parecen corresponder a sepulturas femeninas, como muy bien pudiera ser el caso hallado en las cercanías trillanas”.

En consecuencia, “nos enfrentamos a dos fases de utilización, tanto en época visigoda como altomedieval”. Una opinión que es compartida por otros miembros de la comunidad científica. “La necrópolis de Trillo representa una transición del mundo visigótico al Medioevo, siendo utilizada hasta la Alta Edad Media”, explican los especialistas Maciej Henneberg, Renata J. Henneberg y Carmen de Miguel, en uno de sus trabajos académicos.

El origen de todo
En este sentido, los expertos reconocen que el yacimiento del municipio alcarreño se conocía desde antiguo. Al menos, por los habitantes de la localidad, que habían encontrado restos humanos “en numerosas ocasiones, durante la realización de faenas agrícolas en el entorno”. Y, como ya se ha mencionado, en 1971 Florentino García López y Antonio Linero Doña se toparon –en una sepultura– con una serie de anillos y pendientes.

Un conjunto de vestigios que entregaron de forma automática al Museo Arqueológico Nacional, donde aún hoy se conservan. En vista de estos materiales, se decidió iniciar las prospecciones que comenzaron en octubre de 1971, así como algunas campañas posteriores, que han permitido definir la cronología y el impacto del mencionado yacimiento.

La necrópolis se encuentra situada en los campos que circundan las ruinas de la ermita de San Martín, emplazada en el término municipal de Trillo. Para llegar hasta el lugar –al que se puede acceder andando– se sale del casco urbano, tomando el «Camino de la Barca», que bordea al Tajo. Cuando el caminante lleve recorridos apenas unos escasos metros, ha de tomar una desviación existente a la izquierda. Justo en ese punto se inicia el ascenso de la «Cuesta de San Martín» –también conocida como «Camino nuevo de Óvila»–, que desembocará en las ruinas del santuario, en cuyas inmediaciones se domicilian los referidos enterramientos.

Los vestigios de las inhumaciones se evidencian por los pequeños fragmentos de losas que se observan repartidos por el entorno, así como por los rastros de las excavaciones desarrolladas en el lugar –tanto legal como clandestinamente–. Allí, el visitante no sólo se podrá deleitar con un impactante recurso patrimonial e histórico de la villa –tan relevante para profundizar en el pasado de la provincia–. También tendrá la posibilidad de dar un paseo hasta el enclave, que se halla rodeado de naturaleza. Una circunstancia que invita a la práctica del senderismo. Por tanto, estamos ante una combinación perfecta, en la que se entremezclan cultura, naturaleza y deporte. Y todo ello, a poco menos de una hora de la capital arriacense. ¡No te lo pierdas!

Bibliografía
CARMEN DE MIGUEL, RENATA J. HENNEBERG, MACIEJ HENNEBERG, «Examen antropológico de restos humanos óseos en Trillo (Guadalajara), pertenecientes al Alto Medievo», Boletín del Museo Arqueológico Nacional, 19, 1–2 (2001), pp.: 82–87.
IZQUIERDO BÉRTIZ, José María, e IZQUIERDO BENITO, Ricardo. «Excavaciones en la necrópolis altomedieval de Trillo (Guadalajara)», Wad–al–Hayara: Revista de estudios de Guadalajara, 4 (1977), pp.: 261–265.
PÉREZ BODEGA, Antonio. Guía y notas para una Historia de Trillo. Trillo: Ayuntamiento de Trillo, 1986.