Breves pinceladas para visitar Guadalajara

Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, una rápida visita a Guadalajara
Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, una rápida visita a Guadalajara

El turista que llega por primera vez a Guadalajara no debe de perderse algunos de sus monumentos más característico y emblemáticos como el Palacio del infantado, iglesias como la de Santa María, o el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, por poner tan solo tres ejemplos.

Guadalajara es una ciudad moderna, pero también respetuosa con su pasado al que cuida y protege para deleite de los que la visitan.

El turista ha de pasar primero por la Oficina Municipal de Turismo, ubicada en la avenida del Ejército muy cerca del emblemático Palacio del Infantado. Le recomendamos que solicite la información necesaria para visitar y conocer la ciudad e incluso que participe en cualquiera de las visitas guiadas que se organizan desde esta oficina.

En Guadalajara podemos vistar:

Palacio del Infantado
En la plaza de los Caídos se alza el edificio que conforma el palacio de los duques del Infantado, calificado como un “único en su género” por aquellos autores que se han ocupado de él, señalándolo como una peculiar muestra del arte universal.
En la actualidad opta a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por lo que el ayuntamiento capitalino ha realizado diferentes acciones y eventos promocionales.

En el interior se encuentra el patio de los Leones que se resuelve bajo esquemas góticos, es decir, creando un programa en el que la ornamentación domina sobre los valores arquitectónicos y en el que el efecto de conjunto prima sobre la calidad del detalle; pero, también, incluyendo figuras enfrentadas –leones y grifos–, una iconografía extraída de la tradición islámica más oriental. El resultado es una exquisita puesta en escena, reiterativa pero no repetitiva.
Dentro del edificio se encuentra el Muso provincial, digno de ser visitado.

Capilla de Luis de Lucena
Esta capilla es bello edificio de arquitectura funeraria que visitaremos en otro reportaje dedicado a este tema, junto con la cripta de la iglesia de San Francisco y el Panteón de la Duquesa del Sevillano.

Concatedral de Santa María
Concatedral de Santa María

Concatedral de Santa María
La iglesia concatedral de Santa María de la Fuente, se encuentra en la plaza del mismo nombre, a un lado de la calle Doctor Santiago Ramón y Cajal.

En esta iglesia, cuyo origen se remonta a fines del siglo XIII o principios del XIV, se suceden tres estilos principales: el mudéjar, que define las puertas de ladrillo, con arcos de herradura apuntados, y la torre, inicialmente exenta; el estilo renacentista, incorporado a principios del siglo XVI, en el pórtico, con característicos capiteles alcarreños, y, finalmente, el barroco, en la bóveda interior.

En el interior de Santa María, de tres naves con arcos apuntados, muy transformado, se suceden las capillas, lápidas, altares y otras obras de arte, entre las que destaca el retablo policromado, que trazó fray Francisco Mir en 1624.

Convento de la Piedad y palacio de Antonio de Mendoza
En la antigua calle de Santa Clara, hoy Teniente Figueroa, se halla el conjunto formado por el palacio del caballero Antonio de Mendoza y la iglesia de la Piedad, hoy rehabilitado como Instituto de Bachillerato Liceo Caracense.

El palacio fue proyectado por Lorenzo Vázquez y construido en torno a 1510. Años después, Brianda de Mendoza estableció en el edificio una comunidad de religiosas franciscanas, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad. A partir de 1525 comenzó la edificación de la iglesia, bajo la dirección de Alonso de Covarrubias, la portada plateresca de la iglesia, coronada por la escena de la Piedad, revela la mano maestra de Covarrubias.

El Convento de San José
El Convento de San José

Convento de San José
Cerca de Santa María, en la calle Ingeniero Mariño, sobrevive el convento de Carmelitas de San José (Carmelitas de Abajo), construido a partir de 1625, según trazas del arquitecto carmelita fray Alberto de la Madre de Dios. En la fachada de la iglesia, a izquierda y a derecha, los escudos de los fundadores del convento, Frías y Mendoza; en la portada del convento, figura el escudo del Carmelo. En el interior del templo, destaca el barroquismo espléndido del retablo mayor.

Fundación de la condesa de la Vega del Pozo
Gracias a la reciente urbanización de la zona, desde el recinto del Fuerte de San Francisco se puede acceder de manera fácil y cómoda al final del parque de San Roque, donde se encuentra uno de los conjuntos monumentales más bellos de la arquitectura española del siglo XIX.
Fue trazado por Ricardo Velázquez Bosco por encargo de la duquesa de Sevillano y condesa de la Vega del Pozo.

Los tres edificios de esta fundación benéfica, destinados a asilo, ocupados actualmente por el Colegio de las Adoratrices, se ordenan en torno a dos ejes perpendiculares. En el edificio principal destaca el gran patio central, interior, y su portada monumental, de piedra caliza, sobre la fachada de ladrillo tostado, con influencias renacentistas.

Velázquez Bosco proyectó y ejecutó este encargo de forma impecable. Su estilo ecléctico halla siempre el equilibrio entre los elementos tectónicos y la profusión y variedad ornamental.
Iglesia de los Remedios

Frente al antiguo alcázar, en la plaza de los Caídos en la Guerra Civil, se alza la Iglesia de los Remedios. Esta iglesia renacentista, que formaba parte del convento y Colegio de Doncellas de Nuestra Señora del Remedio, que regentaron las monjas jerónimas, ha sido restaurada recientemente y rehabilitada como auditorio de música. Fue edificada a partir de 1573; en su exterior resalta la bella composición del atrio, formado por tres grandes arcos de medio punto.

Iglesia de San Ginés

La iglesia actual fue, antaño, la del convento de Santo Domingo de la Cruz, ya desaparecido. Su construcción comenzó en 1561. Por varias razones la obra se detuvo en 1566, de modo que el edificio actual es aproximadamente la mitad del que se había proyectado. En la enorme fachada de piedra, la portada queda enmarcada por dos grandes contrafuertes, que se prolongan en espadañas. Sobre el rosetón central figura el escudo de la orden de Santo Domingo.

En el interior de San Ginés, de una sola nave con capillas laterales, pueden contemplarse cuatro ejemplos excelentes de escultura funeraria: a los lados del presbiterio, las estatuas orantes de los fundadores del convento, Pedro Hurtado de Mendoza, séptimo hijo del marqués de Santillana, y de su mujer Juana de Valencia; en las capillas del crucero los sepulcros de los primeros condes de Tendilla, Iñigo López de Mendoza y Elvira de Quiñones, del siglo XV, trasladados aquí en el siglo XIX, desde el desaparecido monasterio jerónimo de Santa Ana, en Tendilla.

Iglesia de San Nicolás
Situada a un lado de la plaza, se levanta la iglesia de San Nicolás, y, casi desapercibida, la portada almohadillada del palacio de los condes de Coruña; en otro lado, el edificio, característico, del Banco de España, construido en 1934.

La iglesia de San Nicolás, iniciada en 1647, fue primero la del colegio jesuita de la Trinidad, fundado por la familia Lasarte en 1619. Sobre su fachada de ladrillo destaca la portada barroca de piedra, de fines del siglo XVII. En ella, desde una hornacina, la estatua de la Fe preside una representación de la Santísima Trinidad.

Iglesia de Santiago
El interior de esta iglesia, gótico y mudéjar, por debajo del nivel de la calle actual, es de tres naves, separadas por pilastras de piedra, sin crucero. Entre ellas se levantan a gran altura los arcos apuntados. Sobre toda la extensión de la nave central se extiende un artesonado mudéjar.
En la cabecera hay dos capillas laterales: la capilla de la Epístola, fundada por Diego García de Guadalajara, que mantiene la traza gótica, y la capilla del Evangelio, plateresca, proyectada, probablemente, por Alonso de Covarrubias a comienzos del siglo XVI, para servir de enterramiento al caballero de Santiago, Juan de Zúñiga.

Palacio de Dávalos
En la plaza de Dávalos, encontramos la Biblioteca Pública del Estado, que tiene por alojamiento un antiguo palacio del siglo XVI.

Palacio de la condesa de la Vega del Pozo

Tanto el edificio como capilla aneja de San Sebastián, hoy pertenecen al colegio de los Hermanos Maristas.

Palacio de la Cotilla
Palacio de la Cotilla

Palacio de la Cotilla y salón Chino
La construcción de esta noble casona de los Torres se remonta al siglo XVI, según revela su portada blasonada y el patio central en que descubrimos la influencia del modelo trazado por Lorenzo Vázquez en 1500.

Salón chino: A finales del siglo XIX, los marqueses de Villamejor dieron a su palacio un toque oriental siguiendo las modas decorativas que imperaban entonces en Europa. Después del paso del tiempo y de la alternancia del gusto, se mantiene impecable la decoración mural en papel de arroz del llamado Salón Chino, su rareza en España le otorga un valor excepcional.

Torreón de Alvar Fáñez

En la parte posterior de los jardines del Infantado, hacia el parque de la Huerta de San Antonio, el visitante encontrará este interesante resto de la antigua muralla medieval.
Hoy convertido en Centro de Interpretación del escudo de armas de la ciudad. El nombre de este torreón recuerda la leyenda de la reconquista de Guadalajara por Alvar Fáñez de Minaya en 1085.

Esta torre pentagonal, erigida a comienzos del siglo XIV, fue nombrada durante siglos como puerta de la Feria o del Cristo de la Feria por permitir la comunicación con el recinto donde se celebraban aquellos eventos comerciales.

Torreón del Alamín
Torreón del Alamín

Torreón del Alamín
La torre del Alamín y el puente de las Infantas, constituyen un conjunto de especial interés. El Alamín es el barrio extramuros que desde época medieval se asienta al otro lado del barranco del mismo nombre, al Este de la ciudad.