Bussons: “La contaminación lumínica cierra la única ventana de la Tierra hacia el exterior”

Atardecer en el castillo seguntino
Atardecer en el castillo seguntino

Turolense de nacimiento, pero seguntino de vocación –y de origen familiar–. Así es Javier Bussons, astrofísico y profesor de la Universidad de Murcia. Un investigador que, además, ha recorrido medio mundo. Hizo el doctorado en Irlanda y sendos postdoc en Estados Unidos y Francia. Pero, sobre todo, Bussons es un apasionado de la astronomía. Una disciplina que ha convertido en el leitmotiv de su vida. No sólo investiga sobre esta temática. También hace divulgación en torno a ella. Un ejemplo es el curso de verano que dirigirá en Sigüenza en  colaboración con la UNED de Guadalajara.

Aprovechando esta circunstancia, Henares al Día ha querido hablar con el mencionado especialista sobre la cultura astronómica de nuestro país. Pero, también, charlamos en torno a la contaminación lumínica –que tan negativamente afecta al cielo–. E, incluso, tuvimos tiempo para mencionar el Proyecto Starligth, en el que dicho experto se encuentra involucrado.

Determinadas civilizaciones, como el clasicismo árabe, los egipcios o los aztecas, concedieron una gran importancia a la astronomía. ¿A qué se debió esta apuesta?
La astronomía nace por la necesidad de conocer el transcurrir del tiempo. Por ello, una de las primeras consecuencias de esta disciplina es la definición de día, de semana y de mes. Incluso, permite el conocimiento de las estaciones del año y de los puntos cardinales. Así, en lugares muy distanciados en el espacio y el tiempo, diversas civilizaciones han hecho estudios astronómicos. Y los han realizado desde muy temprano.
En este contexto, la UNESCO considera Proyecto Starligth entre sus acciones especiales. Porque, además de considerar a la astronomía como motor de desarrollo económico, esta disciplina se puede emplear como herramienta para entender la evolución las diferentes culturas, conociendo la herencia que nos han legando pueblos como los mesoamericanos –mayas y aztecas–, el árabe, el hindú, China, Grecia y Roma.

Javier Bussons
Javier Bussons

Hace unos días ha tenido lugar el solsticio de verano. Este acontecimiento, ¿qué relevancia tiene astronómicamente hablando?
Marca el inicio de una nueva estación. Técnicamente es el momento de mayor separación entre el Sol y el Ecuador celeste. En términos prácticos, esto se traduce en la llegada del día más largo del año en el Hemisferio Norte y del más corto en el Sur.

Precisamente, estas circunstancias, ¿han llevado a que solsticios y equinoccios sean considerados como motivos de celebración?
Efectivamente. Esto es primitivo, muy anterior al desarrollo de las religiones actuales. En el caso del Cristianismo está claro que previamente a su aparición existían unas fiestas paganas relacionadas con acontecimientos astronómicos, que posteriormente se aprovecharon para instaurar ritos en esas mismas fechas.
La Navidad, por ejemplo, coincide con el solsticio invernal en el Hemisferio Norte. Otro ejemplo son las hogueras de San Juan, cuya cercanía con el solsticio de verano es evidente. La determinación de la fecha de Semana Santa tiene también un clarísimo tinte astronómico. El Domingo de Pascua es el posterior a la primera luna llena de primavera.

bussons02En el Hemisferio Norte, ¿qué diferencias se producen entre el cielo de primavera y de verano?
Si se mira al firmamento, se puede reconocer en qué estación estamos. Por ejemplo, en otoño y en invierno podríamos marcar el «hexágono invernal», que tiene seis vértices. Uno sería Cástor y Pólux, los gemelos de Gémini. Otro, Procyon, en el Can Menor. En tercer lugar estaría Sirio. Después tendríamos a Aldebarán, en Tauro. Y, por último, distinguiríamos a Rigel, en Orión y a Capella, en la constelación de la Auriga.
Una vez que este hexágono se va retirando de nuestro cielo, aparece el «diamante primaveral», que consiste en un rombo con cuatro vértices muy reconocibles. Estaría constituido por Denébola, en Leo; Espiga, en Virgo; Arturo, en la constelación del Boyero; y una estrella un poco menos conspicua, llamada el Corazón de Carlos [Cor Caroli], que se ubica en los Perros Cazadores. Cuando uno ve este rombo sabe que se encuentra en la primavera.
Y en el momento en que este diamante comienza a desaparecer, se distingue un triángulo por el Este. Sus tres vértices son Vega, una estrella encuadrada en la constelación de la Lyra; Deneb, en la cola de El Cisne; y Altair, en el Águila.

En otro orden de cosas, ¿cuáles son las causas que producen las Perseidas y las Leónidas?
Lo que conocemos como estrellas fugaces son, realmente, granos de polvo que atraviesan la atmósfera y que entran en incandescencia debido la alta velocidad que llevan –más de 20.000 kilómetros por hora, que es la celeridad con que la Tierra se desplaza alrededor del Sol–. Se trata de un espectáculo gratuito, natural y para todo el mundo.

bussons06Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la observación astronómica es la contaminación lumínica. ¿Se están tomando medidas para atajar este problema?
Si me permite la expresión, ésta es una contaminación estúpida. No tiene ningún sentido iluminar hacia arriba. No existe efecto secundario positivo alguno. No hay que iluminar menos, sino hacerlo más eficientemente y en la dirección correcta.
Por tanto, nos encontramos ante un despilfarro. En algunos casos, se pierde entre el 50% y el 80% de la luz emitida por una farola. En lugar de estar enfocada correctamente, la energía se desvanece ya que no existe una carcasa superior que la recubra. Y esto, al mismo tiempo, nos cierra la única ventana que tiene la Tierra para mirar hacia el exterior.

Y ante este problema, la Ley del Cielo 31/1988, de 31 de octubre, ¿supuso un avance?
Claro que lo fue. Pero, las normas por si solas –sin un mecanismo y un presupuesto para aplicarlas– no sirven de gran cosa. Sin embargo, a nivel municipal, existen muchos ayuntamientos que han entendido este problema y que se han movido para resolverlo. Y lo han hecho por dos motivos: por el despilfarro energético que supone y por la incapacidad de mirar al cielo que genera.
Además, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), durante mucho tiempo, ha mantenido unas subvenciones orientadas a los consistorios que quisieran cambiar sus luminarias a una tipología menos contaminante.
Asimismo, existen Comunidades Autónomas que han mostrado una mayor sensibilidad sobre este problema, implantando y dando fuerza esta ley [31/1988]. Entre las mencionadas regiones se encuentran Canarias, Cataluña o Cantabria.

bussons03Entiendo que estas administraciones también asumen algunos de los postulados de la Declaración de La Palma de 2007…
Efectivamente. Además, en esta declaración se desarrollaron por primera vez de forma expresa y por escrito una serie de criterios para la iluminación de lugares astronómicos. También se redactaron consejos para el alumbrado ornamental de ciudades y monumentos. Antes, castillos y catedrales se encendían de abajo a arriba, para conseguir el efecto de la luz dando sobre los lienzos de piedra. Pero este mismo objetivo se puede lograr tomando medidas inversas, mediante la instauración de brazos salientes en las partes superiores, e iluminando hacia abajo.

Yendo a la provincia de Guadalajara, Molina de Aragón es una de las zonas menos contaminadas lumínicamente de España y Europa. ¿Esta circunstancia se podría emplear para impulsar un «turismo de estrellas»?
Así es. Esta comarca ha sido elegida varias veces por investigadores por su baja polución lumínica. La ausencia de contaminación debe utilizarse como patrimonio propio, pudiéndose explotar para generar actividad económica y fijar población en la zona.

bussons05En este sentido, ¿en qué consiste el Proyecto Starligth?
Se trata de una iniciativa declarada como acción especial de la UNESCO y que ha sido inspirada por el Instituto de Astrofísica de Canarias. Además, cuenta con el respaldo de la Unión Astronómica Internacional. Por tanto, y aunque sea una propuesta con sede en España, su acción transciende las fronteras nacionales.
Entre sus objetivos se encuentran la protección del cielo nocturno y evitar la contaminación lumínica. Todo ello para poder seguir disfrutando del legado científico y cultural que nos han transmitido otras civilizaciones, y como posible motor económico gracias al «turismo de estrellas».
En este sentido, el Proyecto certifica diferentes emplazamientos como «lugares Starligth». Un reconocimiento al que pueden optar desde un establecimiento hostelero, a un paraje, una reserva natural e, incluso, una ciudad entera. La etiqueta Starligth permite tener un sello de calidad y que los visitantes tengan garantizados un buen cielo nocturno y propuestas divulgativas.
Una realidad que se está promoviendo en Sigüenza. De hecho, el Ayuntamiento quiere establecer un mirador astronómico –que estaría ubicado en el polvorín– y una serie de rutas unirían la Ciudad del Doncel con pueblos que tienen todavía menos contaminación lumínica, como Barbatona, Pozancos o Guijosa. De igual forma, el Parador de Turismo ha celebrado cuatro veladas astronómicas, mientras que el sector empresarial de la localidad también está interesado en conseguir certificados Starligth. Incluso, la universidad está trabajando en este sentido. Un ejemplo es el curso de verano que tendrá lugar en julio gracias a la UNED.

A través de la divulgación, ¿ustedes notan un mayor interés de la población por la astronomía?
Creo que sí, porque esta disciplina es la ciencia más antigua –la llevamos imbricada en nuestro interior desde hace muchas generaciones–. Además, mirar al cielo y comprenderlo es algo ilusionante. Es un auténtico placer poder interpretar el firmamento.

Las administraciones, ¿se deberían comprometer más intensamente en fomentar la astronomía y evitar la contaminación lumínica?
Evidentemente. Desde el punto de vista económico, tendrían que implicarse en mitigar este tipo de polución. Y han de hacerlo por eficiencia y ahorro energético. Por otro lado, en relación a la divulgación, estamos convencidos de que la formación y la educación son herramientas de igualdad. La extensión del conocimiento es una forma de evitar la exclusión social.
Esto entra perfectamente entre los objetivos de cualquier administración… Mucho más en un asunto que es natural y gratuito, como la astronomía. El cielo lo tenemos toda la noche para nosotros. Nadie nos puede cerrar esta ventana.