Marcellesi: “Las macrogranjas destruyen empleo”

Florent Marcellesi, eurodiputado por Equo, en el Parlamento de Estrasburgo

Florent Marcellesi (Angers, Francia, 1979) tiene una gran experiencia a sus espaldas. No en vano, este ingeniero de caminos especializado en urbanismo y en cooperación internacional, lleva participando en iniciativas políticas y sociales desde hace más de dos décadas. Incluso, llegó a involucrarse en la Marcha Zapatista y en el Congreso Nacional Indígena mexicano. Actualmente, es eurodiputado de Equo, dentro de la alianza «Primavera Europea». Estos días ha visitado Guadalajara, donde se ha reunido con diversas organizaciones de la provincia, invitado por su partido, por la coalición Ahora y por Ecologistas en Acción. Henares al Día ha querido hablar con él para analizar la actualidad ambiental.

En su agenda tiene previsto reunirse con las plataformas contra las macrogranjas. ¿Por qué usted y su grupo político no están de acuerdo con este tipo de producción intensiva?

Dicha alternativa tiene un impacto directo sobre el mundo rural. Genera más despoblación y una gran afección sobre la salud de los consumidores. Se trata de una industria low cost de producción de carne, que perjudica el clima y el bienestar de los animales. Las macrogranjas son la cara oculta del híper consumo cárnico actual. Ponen en peligro la agricultura de calidad, ecológica y extensiva. Tampoco benefician a la alimentación sana y saludable…

Otra de las críticas que se realizan a este tipo de explotaciones son las precarias condiciones laborales de sus empleados. Usted, ¿qué opina al respecto?

En bastantes casos, las condiciones son malas. En primer lugar, porque en muchas de estas plantas se emplean a inmigrantes en circunstancias muy cuestionables. Tienen que sufrir importantes situaciones de estrés. Y, también, hay casos de violencia: deben destripar animales durante todo el día, lo que deja un impacto en la salud psicológica de las personas… A todo ello se añade la precariedad laboral, relativa –por ejemplo– a los bajos salarios. Todo esto deja una huella sobre los trabajadores y las trabajadoras.

Además, estas explotaciones, en lugar de crear empleo, lo destruyen. Un ejemplo se observa en la macrogranja de Soria, donde se quieren meter 20.000 vacas, y que reducirá por cuatro los puestos existentes en la zona. De hecho, acabará con ocupaciones de calidad, vinculadas a la ganadería y a la agricultura extensiva, y al turismo rural. Por tanto, las nuevas plantas intensivas no permiten mantener un campo vivo. Todo lo contrario. Son industrias en las que se contratan a muy pocas personas.

Por tanto, si queremos evolucionar hacia otro modelo protagonizado por la agricultura y la ganadería de calidad, necesitamos aminorar la demanda de carne e incrementar la de proteínas vegetales. Es decir, tenemos que apostar por una «Dieta Mediterránea», mucho más equilibrada. En otras palabras: si consumimos más carne, habrá más macrogranjas. Pero si escogemos otras opciones, serán necesarias menos explotaciones intensivas. Al fin y al cabo, producción y demanda son dos caras de una misma moneda…

¿Qué alternativas existen a este tipo de producción?

Si queremos un medio rural vivo y poblado hay que fomentar el sector ecológico y extensivo. Debemos ser capaces de generar más proteínas vegetales de forma sostenible y respetuosa con las condiciones laborales de los trabajadores. Además, el campo también tendría que diversificar sus actividades. Podría apostar por el turismo de calidad, las energías renovables o la construcción y renovación de edificios. Con esta variedad se conseguiría la repoblación. O, al menos, evitar que los habitantes de estas zonas se sigan marchando…

Marcellesi, durante un Pleno del Europarlamento.

En este sentido, quiero preguntarle por la sentencia de los pobladores de Fraguas, que les condena a un año y medio de prisión y a una multa de más de 2.000 euros a cada uno. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ¿debería haber retirado la denuncia por delitos contra la Ordenación del Territorio y de Usurpación de Monte Público?

Éste es uno de los temas que vamos a tratar en Guadalajara y me gustaría expresarme una vez que me haya entrevistado con los afectados. Junto con ellos, analizaremos en profundidad dicho asunto [la conversación de Henares al Día con Florent Marcellesi se realizó el jueves 28 de junio de 2018, un día antes de que el eurodiputado visitase la ciudad].

Sin embargo, permítame que insista. Su partido, Equo, está coaligado a nivel nacional con Podemos. Y, precisamente, la formación de Pablo Iglesias está integrada en el gobierno de Castilla-La Mancha. Por tanto, ¿sus miembros deberían haber mediado en este asunto?

Equo forma parte de las confluencias. Y desde nuestra postura verde, también influimos en las causas comunes que tenemos con nuestros socios –Izquierda Unida y Podemos–. Desde luego, hacemos siempre lo máximo para que nuestros compañeros de viaje se acerquen a las posturas que defendemos. Además, lo hacemos de una forma leal. Por tanto, no me voy a meter en las decisiones que corresponden a Podemos.

En cualquier caso, lo que queremos es conseguir un éxito en el 2019, cuando habrá comicios municipales, autonómicos y europeos. Por tanto, debemos construir una alternativa electoral atractiva, emocionante e ilusionante, basada en la democracia, los derechos de las personas y la sostenibilidad…

Desde una perspectiva nacional, ¿qué opina de la nueva ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera?

Me parece muy buena noticia que España haya decidido tener un ministerio de Transición Ecológica. Y que, además, se encuentre dirigido por una persona tan formada en estos temas como Teresa Ribera. Necesitábamos un cambio radical en la política energética, porque el PP no sólo había congelado la transición hacia un nuevo modelo. También había tomado medidas en contra de dicha evolución.

Además, la nueva situación es, asimismo, positiva para Europa. Hasta ahora, España –con el PP en La Moncloa– se constituía como uno de los mayores obstáculos para lograr medidas ambiciosas. Y con este cambio –espero– podamos tener un gobierno más comprometido a la hora de abordar retos climáticos, energéticos y medioambientales….

Eso sí, yo estaré atento a las decisiones de la ministra. Aplaudiré aquellas que me parezcan correctas y criticaré las que considere insuficientes. Pero, en todo caso, me alegro que se haya elegido a una persona favorable a la transición ecológica.

Entiendo, entonces, que la actual titular de Medio Ambiente le gusta más que la anterior, Isabel García Tejerina….

Teresa Ribera ha  asumido dos carteras. Por un lado, la relativa a medio ambiente y clima y, por otro, la de energía, que ocupaba Álvaro Nadal. Para desarrollar la transición ecológica es muy importante haber unido los asuntos climáticos y energéticos en un mismo ministerio.

Asimismo, estamos contentos por otras dos razones. Primero, porque el señor Nadal era muy reaccionario en su materia. Por tanto, el cambio ha sido muy positivo. Además, en medio ambiente teníamos a García Tejerina, que era invisible respecto a la lucha climática. Sin olvidar los conflictos de intereses que tenía en diversos asuntos, como el de los fertilizantes…

¿Qué medidas ha de tomar el gabinete de Sánchez para asegurar la transición energética?

El ejecutivo debe trabajar en dos niveles. El primero se refiere a España, donde tiene que impulsar una Ley de cambio climático y de transición energética, que se ha de aprobar lo antes posible. Además, debe ser una norma muy ambiciosa. Más, incluso, que lo diseñado por la Unión Europea. Han de ser capaces de establecer la fecha final al carbón y a la energía nuclear, así como apostar por la reducción del consumo, por la eficiencia y por las renovables.

El segundo nivel en el que tendrá que trabajar el ejecutivo será el papel que debe adoptar nuestro país en las conversaciones europeas. Estamos negociando el paquete energético y la última pieza importante que queda es el diseño del mercado eléctrico. Se trata de todo lo relacionado con la pobreza energética, con la factura… Por ello, es importantísimo que España sea más ambiciosa, con el fin de conseguir la mejor reforma posible.

Estamos a finales de junio. Uno de los grandes problemas de los veranos tiene que ver con los incendios forestales. ¿Qué medidas se pueden tomar para reducir estas catástrofes y amortiguar sus efectos?

En este sentido, debemos abordar las consecuencias que acarrea el modelo de desarrollo actual. Tradicionalmente, ¿quién poseía la capacidad de controlar el territorio y los fuegos? Los agricultores y ganaderos. Pero, cada vez, hay menos campesinos en el medio rural… Además, el sistema beneficia –sobre todo– a los grandes monocultivos. Por ejemplo, en algunas regiones se plantaron campos enteros de eucaliptos, que son una caja de cerillas. Hay otros ecosistemas más biodiversos, que pueden evitar los fuegos. Todo ello, sin olvidar la prevención, que es fundamental…

Cambio climático, incendios forestales, producción intensiva de carne… ¿Existe esperanza para el medio ambiente a corto plazo?

Necesitamos crear esta esperanza. Al fin y al cabo, es algo que nace de una voluntad política y social, y por lo que estamos apostando diversos actores en diferentes niveles: en la calle, en los grupos de consumo, en las cooperativas de producción y de banca ética, en las instituciones…. La esperanza se está construyendo por estos hombres y mujeres.