La Alcarria retumba con la tamborrada de Fuentenovilla

 

Tamborada en Fuentenovilla
Tamborada en Fuentenovilla

Todos los miembros de la Banda de Cornetas y Tambores de la villa han hecho sonar sus tambores durante una hora, en la Plaza Mayor de Fuentenovilla, en señal de duelo por la muerte de Cristo. Ha sido la segunda edición de una iniciativa que nacía el año pasado para conmemorar el X aniversario de la Asociación Musical Virgen de la Soledad de Fuentenovilla.

El año pasado, y para celebrar los primeros diez años desde su fundación, la Asociación Musical de la Virgen de la Soledad de Fuentenovilla llevaba a cabo un concierto de Semana Santa, basado en marchas procesionales. En 2018 también tenía continuidad en una segunda edición, celebrada el pasado domingo. Sus músicos, desplegados en su doble condición de Banda de Cornetas y Tambores, y también, después, de Banda de Música, y a la vera de la bellísima Picota de la villa alcarreña interpretaban un emotivo concierto basado en marchas procesionales, con un sonido bien distinto en una y otra versión.

Igualmente el año pasado la Asociación asumía el reto de convocar la I Tamborrada de Fuentenovilla, el día de Viernes Santo. La mañana de Viernes Santo, a la misma hora, las doce, los tambores de Fuentenovilla han estremecido La Alcarria, en una mañana fría, de cielos algodonados, que se iban cubriendo según avanzaba hacia el mediodía y que dejaban escapar alguna gota.

En todo caso, el gris encapotado no ha podido con los redoblantes. Hoy, todos los miembros de la Cofradía de la Virgen de la Soledad han hecho retumbar La Alcarria con el sonido de sus tambores.  Después del toque de Angelus, Isabel Alarcón, una de las integrantes de la Banda de Música fuentenovillera, hacía sonar la llamada con su caja redoblante. A continuación, el resto de los tamborileros seguía sus pasos, unos con timbales y bombos, otros con cajas. El despliegue sonoro, impresionante, hacía vibrar los cristales de los edificios de la Plaza Mayor, en señal de duelo por la muerte de Cristo.

De acuerdo en un mismo ritmo de fondo marcado por los bombos, y tomado de la Tamborrada de Hellín, los tambores solistas le añadían su estilo particular al espectacular despliegue sonoro. Durante exactamente una hora, sin parar, los treinta percusionistas hacían sonar sus instrumentos, en pleno centro de la villa alcarreña. A la una de la tarde, cesaban los redobles, dando paso a los aplausos de los fuentenovilleros que se han acercado a presenciarla.