El palacio de los Arias, en Molina de Aragón, pasa a engrosar la Lista Negra de Hispania Nostra

No ha sido suficiente que la asociación Hispania Nostra incluyera en febrero de 2021 el palacio de los Arias de Molina de Aragón (Guadalajara) en su Lista Roja (https://listaroja.hispanianostra.org/). Entonces, se advirtió de la amenaza de desplome del notable edificio del siglo XVIII por su pésimo estado de conservación.

Lamentablemente, no se hizo nada al respecto y el ayuntamiento acaba de proceder a la demolición controlada de la práctica totalidad del palacio de los Arias, quedando en pie tan solo una pequeña parte de la fachada.

Por estos motivos, el palacio de los Arias de Molina de Aragón pasa de la Lista Roja a la Lista Negra de Hispania Nostra. Sólo hay otros 15 monumentos más en el citado listado, y éste es el primero de la provincia de Guadalajara en incorporarse. En la Lista Negra se incluyen todos los bienes que han sido retirados de la Lista Roja al haber desaparecido o haberse alterado sus valores esenciales de manera irreversible (https://listaroja.hispanianostra.org/lista-negra/).

Hispania Nostra lamenta la pérdida irreparable de uno de los mejores palacios del municipio, y vuelve a hacer un llamamiento a toda la sociedad y a las Administraciones del Estado para que se tome conciencia del inmenso acervo patrimonial con el que cuenta España. Bien gestionado y promocionado, este tesoro artístico y cultural se puede convertir –como de hecho ya sucede en numerosísimas partes de nuestro país- en un motor de desarrollo y de oportunidades, especialmente en la España abandonada o vaciada.

Hace unos años, la demolición del edificio colindante al palacio provocó que la pared medianera quedara al descubierto. Debido a esto se produjeron derrumbes parciales dejando al descubierto el interior. El riesgo de colapso de la estructura de medianería provocó que en el año 2013 tuviera que ser apuntalado su interior.

Se trataba de un palacio de gran tamaño al estilo de los palacios aragoneses de entre los siglos XV al XVIII. Contaba con una planta sótano, entreplanta, dos plantas superiores y una planta bajocubierta. Poseía muros de mampostería en la parte inferior y estructura de madera en las plantas superiores.

Centraba su valor en la fachada principal, lo único que se conserva en parte en pie, destacando la deteriorada portada de sillería labrada y su escudo, así como la ordenada disposición de huecos y la progresión en la administración de las dimensiones de los mismos. De los medallones pintados en los entrepaños de los balcones, en la fachada principal, únicamente quedaban algunas esquinas. La fachada posterior poseía una galería abierta en la planta superior de gran belleza.

Durante los años de esplendor de Molina de Aragón, varias serían las familias nobiliarias que decidieron hacerse construir notables casonas en la localidad. Esta es la razón por la que este municipio castellano cuenta con tantos palacetes en su casco histórico, como son el del marqués de Villel en la calle de Cuatro Esquinas, la casona de los marqueses de Embid en la plaza Mayor, la de los Garcés de Marcilla (hoy Casino) en los Adarves o el Palacio de los Arias.

Perteneció al linaje de los Arias, familia de origen judío y una de las más ricas del Señorío de Molina, con tierras y ganados, e incluso otras casonas en lugares de la Sesma de la Sierra, así como en Tordelpalo, donde aún se ve una casona con los escudos de este linaje sumado al de los Cienfuegos.

Sobre el muro de la fachada se conserva el escudo de la familia, magníficamente tallado y cuartelado, el primero representa a los Arias: un castillo atacado por un león que asciende a las almenas por una escalera, al pie una granada, un ramo de laurel y una rueda de molino; el segundo es de Muela: un árbol atacado de un león; tercero de Malo: un cordero místico, rodeado de tres leones y dos estrellas de seis puntas, con tres calderas al pie; y el cuarto de Ruiz de Molina: un castillo con dos ruedas de molino. Por timbre lleva una celada diestrada sobre cartela barroca.