Tamajón despide el año con villancicos

Han actuado Los Cencerrones de Cantalojas, la Ronda de Hita, la Ronda La Calandria de Cifuentes, y la Real Zambombada de Atanzón

El Umbral del Ocejón que es Tamajón recibió ayer, con más olor y temperatura de primavera que de invierno, el VI Certamen de Villancicos que organiza la villa agallonera. El Centro Cultural se llenó con el calor de los villancicos desprendía la alegría de hasta cuatro rondas. El pueblo de Tamajón las recibió a todas con la misma ilusión por celebrar la Navidad y al año nuevo de siempre. El alcalde de la villa agallonera, Eugenio Esteban, dio la bienvenida a las más de doscientas personas que llenaron el salón de actos, les deseó unas felices fiestas y próspero año nuevo, y leyó un cuento, escrito por él mismo, que cuenta la fábula de un tomillo, desarraigado de su sierra natural, y trasplantado en un invernadero, donde nunca volvió a ser el mismo.

Desde Cantalojas llegaban los Cencerrones, que no han faltado un solo año de estos seis a su cita con Tamajón. Los Cencerrones celebran su propio festival de villancicos en el puente de la Constitución, con cada vez más éxito de público, pero son fieles a Tamajón, “un pueblo al que nos sentimos muy vinculados”, terminaba Garrido. Como cada año, cantaron ‘La pastorada’, acompañados por instrumentos de percusión y de cuerda, y otros dos villancicos más, de tema pastoril, ‘Vengan todos los pastores’, y ‘Soy un pobre pastorcito’, como les es natural.

En segundo lugar actuó, por primera vez en Tamajón, la Ronda La Calandria de Cifuentes. Su portavoz es el animoso Faustino Batanero, que viaja por la provincia portando siempre entre manos su enorme zambomba. “No queremos que decaiga la alegría de la Navidad. Vamos a dar la nota, hoy también en Tamajón, pero tocando y cantando”, puntualizaba ayer con humor alcarreño. La Calandria cantó ‘Los pastores alcarreños’, ‘La alegría’ y, por supuesto, ‘La Virgen camina a Egipto’, “que es nuestro emblema”.

La Ronda de Hita cantó ayer hoy ‘Abre la puerta María’, ‘Los pastores dichosos’ y ‘El villancico de Teruel’. Ayer se dio la curiosa circunstancia de que, en el grupo, coincidieron cuatro generaciones de la misma familia. El bisabuelo, Santiago Esteban, tocaba la bandurria, y, detrás de él estaban su hija, nieta y bisnieta. Y en el recuerdo, el tatarabuelo de la familia, Pedro Esteban, que aparece en una foto de la antigua Rondalla de Hita, tomada en el año 1910. Fue Pedro quien la salvó de la quema en la Guerra Civil, cuando tuvo que huir de casa, guardándola en el forro de una vieja chaqueta, donde apareció años después.

Cerró el certamen la Real Zambombada de Atanzón, otra localidad en la que no se pierde la costumbre de cantarle a la Navidad. “Todavía hay unas rondas terribles”, cuenta divertido Valentín Pérez, otro de los músicos que es hermano de honor de la Virgen de los Enebrales. De un tiempo a esta parte, además, es costumbre salir a comer las uvas a la Plaza.

Cuando terminó el certamen, las rondas compartieron por cortesía del Ayuntamiento de Tamajón, una merienda abundante, y sobre todo, hermanamiento y cánticos.